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Reseña Star Wars: The Last Jedi (sin spoilers)

Foto: Especial

Star Wars: The Last Jedi se estrenó esta semana con altas expectativas por parte de los fans y de gente ajena a la franquicia pero amante del cine. En LaHoguera te traemos la reseña de la película sin spoilers, para que no sufras por enterarte anticipadamente de lo que pasará en el sendero de la fuerza.

En primer lugar, hay que destacar la calidad audiovisual que la cinta. Rian Johnson vuelve a integrar elementos de maquillaje y prótesis para crear toda una gama de extraterrestres nuevos, así como regresar ese toque cómico de los años ochenta, en este caso recreando un casino intergaláctico y carreras de caballos en el espacio.

En cuanto a cómo se retoma la trama original, el director se esforzó por recobrar la personalidad impulsiva e inestable de Luke Skywalker, pues aunque en El despertar de la fuerza vimos a Mark Hamill como un imponente sabio jedi, pronto nos damos cuenta que el personaje se desarrolla más como un viejo gruñón, pesimista y un poco melodramático.

Entre las cosas más destacables es que volvieron los muppets a la franquicia, así como la integración de pequeños animales tiernos (como los ewoks en El retorno del jedi). Es curioso cómo el director adaptó mejor los guiños a otras cintas de la saga, para que estos no fueran pequeños elementos separados de la historia, sino engranes fundamentales para entenderla y no verla como un episodio descontextualizado o poco relevante de la historia (como algunos críticos destacaron en Internet).

Otra cosa importante de la película es que aborda sentidos pedagógicos que se habían descuidado en otras entregas. Si fue una revolución tener como jedi principal a una mujer en El despertar de la fuerza, este episodio integra la lucha por los derechos de los animales, las relaciones interraciales en la pantalla (como se hizo en Rogue One con la participación de Diego Luna), y la integración de defectos claros en los protagonistas, que lejos de ser cursis le dan momentos de tensión necesarios a la trama.

En cuanto a la situación de la Resistencia, recuerda un poco a lo que quedó de las fuerzas rebeldes luego de la ofensiva de Darth Vader en El imperio contraataca, pues vemos a unas fuerzas diezmadas y que más que ofensivas, buscan la supervivencia, porque si bien lograron destruir la megaestación de la Primera Orden, siguen siendo minoría y necesitan escapar bajo las órdenes de la princesa Leia Organa.

Un elemento que fue muy cuestionado en el episodio I, II y III fue el exceso de acrobacias en las peleas de sables. Aquí se regresó a las peleas más sobrias y coordinadas, con golpes más fuertes y menos piruetas.

Mark Hamill había adelantado en su visita a México que éste era un Luke Skywalker más complejo que original, y tenía razón. Dejando la nostalgia a un lado, el héroe jedi de las películas originales era opacado por la personalidad de Han Solo. En cambio, en esta película su presencia se siente constantemente, y eso agrada mucho, porque se cumple la expectativa que tanto se difundió en promocionales.

Para concluir, hay que decir que fue un gran detalle retomar el asunto de cómo los jedis muertos regresan en forma de espíritus, como regresaban en las antiguas películas, es decir, rodeados de una tenue aura azul y con la personalidad que tenían en vida y no con esta sobreexplotación de lo místico que se vio en el episodio III de la saga.

Si bien la película no es la mejor se Star Wars, podría situarse como la segunda mejor de la nueva continuidad, después de Rogue One y delante de El despertar de la fuerza.

 

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