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Internacional

Virólogos consideran desmedidas acciones en el mundo por el Covid-19

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El esquema manejado por las autoridades de salud a nivel internacional ante el Covid-19 fue considerado como «desproporcionado y contraproducente» por Wolfgang Wodarg, reputado epidemiólogo y expresidente de la Comisión de la Salud del Consejo de Europa; Manuel Elkin, el descubridor de la vacuna contra la malaria, y Pablo Goldsmith, prestigioso virólogo, entre otros científicos.

De acuerdo con el portal ‘La Matrix Holográfica’, estos investigadores han sido ignorados por completo y los gobiernos se han dedicado a prestar más atención al conteo de las personas enfermas y los fallecidos por el Covid-19.

«¿Cómo pudimos sobrevivir el año pasado a 525,300 enfermos de gripe frente a 25,000 de coronavirus y 6,300 muertes (de gripe) frente a 1,350 muertes (de coronavirus) sin paralizar el país? ¿Y cómo lo sobrellevamos en 2018 que hubo 800,000 casos de gripe y 15,000 muertes?», cuestiona Javier Aymat, responsable del artículo escrito en marzo.

El coronavirus siempre ha estado presente en la gripe, pero lo que ocurre ahora es que se aisló una variante de coronavirus concreta sobre la cual se hace un conteo sobre sus efectos, los casos de contagio y los muertos, responde.

Esta vez, por la tendencia a provocar neumonía y ser más contagioso y letal, se han realizado los conteos de Covid-19, a diferencia de otros seguimientos a coronavirus de cualquier otra variante y que mucha gente lo padeció de modo asintomático y lo transmitió.

«Sin embargo, en enero de 2018 aumentó la mortalidad de la gripe en un 77% registrando, del 15 al 21 de enero, 121 fallecidos en una sola semana. ¿Fue un colapso mundial? ¿O Simplemente se habló en 2018 de una gripe con mayor virulencia?», cuestiona el autor.

“Nuestro planeta es víctima de un nuevo fenómeno sociológico, el acoso científico-mediático”, ha denunciado con Pablo Goldsmith, virólogo, bioquímico, farmacéutico, psicólogo y una «infinidad de especialidades más».

Goldsmith también acusó también que el pánico generado en torno a la cepa de coronavirus identificado en China, mejor conocido como Covid-19, es tan injustificado como el que se creó en 2003 con el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) o en 2009 con el virus de la gripe A.

Por otra parte, Manuel Elkin, inmunólogo creador de la vacuna de la malaria, apunta que “estamos entrando en un juego mediático sin sentido”, advirtiendo que se debe permanecer alerta pero sin caer en pánico que pueda derivar en medidas contraproducentes.

“Muchos científicos en el mundo no lo vemos lógico. Hay muchas voces de protesta que manifiestan que hay que tener cuidado con el virus, no se puede ignorar, pero no instalar un sistema de histeria colectiva como el que hay”, señala Elkin.

El profesor de Salud Pública en el University College de Londres, Vageesh Jain, se plantea la conveniencia de “un escenario de apocalipsis zombi que no ayuda en la coordinación operativa de actividades complejas de salud pública”, lo cual, además de considerarlo superflúo, asegura que traerá más problemas de los necesarios.

«La primera semana de cuarentena ha conducido a hospitales abarrotados, escasez de alimentos y economías estancadas», concluye el investigador.

A pesar de que estas opiniones no son compartidas por una gran cantidad de personas cada vez son más los científicos que ponen en duda la validez de estas medidas extremas contra «la libertad de la ciudadanía».

Para el autor estas consideraciones también son reales ya que, a diferencia del actual Covid-19, la gripe estacional durante la primera semana de febrero del año pasado contabilizaba 150,000 casos, además de que su tasa de mortalidad estaba sobre el 10% de los hospitalizados.

Para ejemplo de la ‘histeria colectiva’ creada, el autor señala que la tasa de contagio, con las medidas mínimas de higiene y salud, se verían reducidas considerablemente pero que, debido a que la paranoia puede mover masas a placer, se han desatado campañas con las que se podría infundir el miedo.

«Cuando la gente habla de «si le pego el coronavirus a mi abuela o a mi abuelo» da por hecho algo que es muy improbable pero que los medios le han hecho ver como muy posible (sin que esto signifique no tomar medidas con respecto a los mayores)», señala.

Situciones así podrían tomar cualquier síntoma de rutina que podría alarmar a las personas y considerarse inmediatamente como Covid-19, y ya de paso esto devendría en un gran consumo de insumos como cubrebocas, guantes, mascarillas, vacunas y cualquier variable vendida aprovechando la situación.

A esto le llama ‘El Negocio del Miedo’, una maquinaria para que «los gobiernos hábilmente pastoreados por los laboratorios hicieron lo que les correspondía hacer; comprar millones de vacunas. Hoy sabemos que la gripe A ha producido la décima parte de muertes que una gripe estacional».

Por esto el Consejo de Europa investigó el caso, y denunció la poca transparencia de la OMS y su ‘servidumbre’ a los lobbies farmacéuticos.

«En vista del hecho bien conocido de que en cada ola de gripe entre el 7% al 15% de las enfermedades respiratorias agudas (ERA) son causadas por coronavirus, el número de casos que ahora se suman continuamente siguen estando completamente dentro del rango normal», señala el autor, poniendo en tela de duda los fines de la pandemia anunciada.

A partir de ahí, según Wodarg, los gobiernos consultaron a sus expertos que, a su vez, consultaron a los expertos que iniciaron la alarma. “Los gobernantes han sido seducidos por científicos que quieren formar parte de esto, que quieren dinero para sus instituciones y otros que proponen aplicaciones, estudios, programas y muchas ganas de ‘ayudar’ y ganar relevancia”.

Goldsmith es de la misma opinión: “Se fueron replicando comunicados emitidos desde China y Ginebra, sin que se los confronte desde un punto de vista crítico y, sobre todo, sin subrayar que los coronavirus siempre han infectado a los humanos y siempre provocaron diarreas y lo que la gente llama resfrío banal o resfrío común”.

El doctor en Medicina Darren Schulte, CEO de la compañía de análisis Apixio, también ha manifestado que “la reacción de los medios y de muchos gobiernos va a producir más daño a las sociedades de todo el mundo que el propio virus. Un perjuicio que se extenderá además durante muchos años.”

Tom Jefferson, del centro de investigaciones independientes Cochrane Nordic, dice no reconocer nada nuevo en el hecho de que se descubra una nueva variante dentro del coronavirus.

Al doctor Schulte la situación le recuerda a la crisis del coronavirus de 2003, cuando China tomó medidas parecidas de aislamiento, lo que el Banco Mundial calculó en pérdidas de 33 billones de dólares.

Por esto sería mucho más adecuado y efectivo, aislar temporalmente a las personas infectadas o que tienen un alto margen de riesgo, ponerse en mascarillas en esos casos, mientras el resto toma medidas de higiene básicas, considera el autor.

En ese sentido también, John P.A. Ioannidis, profesor de medicina, epidemiología y biomedicina expone que se están tomando decisiones muy exageradas sin un contraste fiable de datos.

De hecho, todos parecen coincidir en que los gobiernos no se están rodeando de científicos que realmente vean el problema con perspectiva, con datos fiables y comparados, con criterios desinteresados, ni con una coordinación con el resto de expertos del mundo.

Ante esto surgen una infinidad de preguntas: ¿Quién puede medir los daños psicológicos, emocionales y físicos de mantener a una población aislada y lejos de sus seres queridos? ¿Cómo ha afectado esto a nuestro sistema inmune? ¿Cuántas de las personas enfermas no lo están más por el nivel de estrés al que hemos sido sometidos? ¿Cuál va a ser el síndrome post traumático de todo esto?

Por otra parte, teniendo en cuenta que en España la primera causa de muerte no natural es el suicidio el autor cuestiona ¿Dónde están las cifras de suicidio actualmente? ¿Qué consecuencias ha tenido el aislamiento y la falta de contacto en las personas con tendencia a la depresión o enfermedades metales? ¿Cuántas mujeres han muerto por violencia de género en estos días?

¿Qué ocurría si este colapso económico al borde del abismo nos sorprendiera algún tipo de catástrofe natural como incendios o inundaciones de hace meses? ¿Cuántas víctimas podrían venir ante un sistema paralizado y un pánico generalizado al contacto con el otro? ¿Tendremos el próximo invierno o el siguiente otra edición de un nuevo coronavirus?

«Hacinados. Agazapados en nuestros hogares, rendidos por el miedo y el acicate constante de los medios, hemos hecho el virus mucho más grande de lo que es y, mientras, en nuestra idea de que nada es demasiado, los poderes han visto que ancha es Castilla a la hora de arrasar con nuestros derechos más básicos» cuestiona el autor.

Las ideas del autor brindan un margen de credibilidad a las teorías sobre un Nuevo Orden Mundial lanzado desde China ante afecciones como las protestas en Hong Kong; las tensiones militares, políticas, económicas y comerciales con Estados Unidos; el dominio de las plataformas en internet y los futuros conglomerados a los que actualmente se perfilan compañías norteamericanas.

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