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Metrópoli

Funerarias en la Ciudad de México: populares vs las élite

Foto: Especial

Durante esta pandemia de Covid-19 en México, los negocios que no pueden cerrar y que continúan con su horario de 24 horas, son las funerarias, lugares en donde cada 5 minutos tienen una llamada solicitando informes, pues un conocido o familiar falleció, la mayoría por causas respiratorias.

Desde que la pandemia del nuevo coronavirus comenzó en marzo en el país, muchas cosas cambiaron, entre ellas, el dar “el último adiós”. Esto incluye protocolos sanitarios estrictos, y la operación precisa y exacta de éstos si se quiere disminuir al máximo los contagios.

“Le decimos a la gente qué es lo que no se puede hacer porque hay riesgo para la familia, si fallece de Covid-19 se ejecuta un protocolo para que no haya riesgo para los deudos, todas las personas que fallecen del virus se retiran del hospital y se va directo al crematorio o a sepultar”, dice Mario del Moral, dueño de la funeraria “Del Moral”, ubicada en la Colonia Casas Alemán, en la alcaldía Gustavo A. Madero, a las personas que quieren velar a sus muertos.

Mario señala que más que nada estos protocolos estrictos que se siguen son para cuidar a la familia, ya que han tenido casos en que a la semana o a los quince días de fallecer una persona fallece otro familiar, dado que el índice de contagio es muy alto.

Cuando una persona fallece de Covid-19 en los hospitales, a un familiar se le coloca en un cuarto con una ventana para identificar el cuerpo. Después de que se cercioró que sí es su familiar, el cuerpo es embolsado y retirado por el equipo de funeraria, quien porta un equipo especial que cubre todo su cuerpo.

Foto: Adriana Pacheco

Después de retirar el cuerpo se deposita en un ataúd que se coloca en la carroza y se dirige hacia su destino final. Ya sea a un horno crematorio o a un panteón. Luego de ello, se sanitiza la carroza, así como todos los elementos que utilizaron para el transporte del cuerpo, incluyendo sus trajes.

“El personal se va bien preparado para que no haya riesgo de contagios. Nosotros tampoco nos queremos enfermar” subraya.

En caso de que la persona pida enterrar a su familiar, la funeraria “Del Moral” ofrece su paquete (ataúd, trámites de defunción, traslado de la carroza especial, y hasta un lugar en el un panteón) a 7 mil 500 pesos.

Los panteones que ofrecen cercanos a la zona son: Panteón “San Isidro” o Panteón “Santa Lucía” pues son los que aún tienen cupo.

Mario señala que para despedir al familiar solo pueden ir de 10 a 15 personas, al ser lo máximo que aceptan estos panteones. “No puede ser un entierro normal y hay que señalar que de lejos van a ver el proceso de inhumación, y con sana distancia”.

En el caso de que la familia escoja el proceso de incineración, el precio es de 8 mil 500, pesos e incluye el traslado de la carroza especial, el costo de la cremación –hay que comentar que que las funerarias “populares” no cuentan con la infraestructura para la cremación, es por ellos que los rentan-, y una urna para las cenizas. Se recomienda que de adquirir el servicio se diga con dos horas de anticipación para buscar hornos disponibles .

Foto: Adriana Pacheco

“Los Coyotes”

El dueño de la funeraria, destaca que hay que tener cuidado, ya que por su práctica constante han podido detectar que a los alrededores de varios hospitales, desgraciadamente hay personas apodadas “Coyotes”, que se coluden con distintas funerarias. Abordan a los dolientes, aprovechando el momento de dolor e incertidumbre, ofrecen el servicio funerario, llevan a los deudos a las funerarias y perciben una comisión, y en otros casos la colusión en con personal del hospital. Así que dígale a su familia que no se deje engañar por nadie.

“Servicio de élite”

En el caso de que la familia quiera un servicio en una funeraria “elite”, el costo es mucho mayor. Por ejemplo, el servicio de incineración en funerarias Gayosso es de 45 mil pesos, o sea, siete veces más que lo que puede llegar a cobrar una funeraria popular.

El paquete no lleva velación, como lo dictan las autoridades, e incluye el traslado del hospital al crematorio, los trámites de defunción y la urna para las cenizas.

Si la familia quiere enterrar al difunto, los deudos deberán notificar a su panteón para solicitar el espacio. Después de retirar el cuerpo del hospital, el equipo funerario lo trasladará directamente al cementerio, dentro de un ataúd de metal. El costo sería 55 mil pesos e incluye, el traslado, los trámites del Gobierno y el ataúd.

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