Cultura
Dudamel y la Wiener Philharmoniker impulsan la música como “derecho humano esencial”
Gustavo Dudamel y la Wiener Philharmoniker volvieron a México para cumplir los sueños de muchos, entre ellos los del director venezolano, que no había nacido todavía cuando la afamada orquesta vino por primera vez al país en 1981. De ahí que en la presentación de la serie de los tres conciertos programados para esta gira, Dudamel subrayó que lo suyo es un sueño, el sueño de todo niño, porque “la música debe ser un derecho humano esencial”.
En 1996 Dudamel (Barquisimeto, Venezuela, 1982) estuvo en el teatro principal del Palacio de Bellas Artes como violinista de la Orquesta Nacional Infantil de Venezuela. En conferencia de prensa la tarde del viernes pasado, a una hora de su primer concierto con la Wiener Philharmonik, recordó la relación tan estrecha que lo une a México y cómo el más importante programa cultural de Venezuela, emblema internacional de ese país, recibió el apoyo de directores legendarios mexicanos como Carlos Chávez o Eduardo Mata.
El Sistema de Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, creado por José Antonio Abreu, recordó, “decidió hacer de la música el lenguaje cotidiano de los niños en el país”. Él creció en él y dijo que por eso cuando ve a una niña o niño en una orquesta infantil “ahí me veo yo, no hay ninguna separación de las realidades entre lo que ellos viven y están desarrollando con sus sueños, cantando, tocando y luchando, yo me siento parte de ellos”, dijo el célebre director de orquestas como la Wiener o la Berliner Philharmoniker.
Por eso, a 22 años de que Dudamel debutó en México y doce de la última vez que la orquesta austriaca pisó nuestro país, el director venezolano confesó que dos de sus sueños eran volver a Bellas Artes y, sobre todo, pararse en el atril de la Wiener Philharmoniker a la que dirigíó muchas veces de niño a través de grabaciones, en alusión a esos sueños de niño.
Y así anunció que durante su estancia en México, como parte de una gira que se inició en Estados Unidos y concluirá en Argentina, músicos venezolanos, él y músicos de la orquesta vienesa darán talleres a músicos infantiles mexicanos.
Dudamel, cuya visión de la música siempre ha sido con un enfoque social como herencia de su formación en el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, dijo entonces en la conferencia de prensa que su misión es “hacer de la música un derecho humano esencial, que no se vea como algo alejado de nuestra vida cotidiana, sino como parte de nuestro crecimiento como seres humanos”.
“Estoy infinitamente honrado y feliz de estar acá en México, junto a la Orquesta Filarmónica de Viena. Para mí es un sueño hecho realidad”, expresó Dudamel, cuya relación con la afamada agrupación comenzó en Lucerna, Suiza, en 2006, justo el año en que estuvo en México por segunda vez la Wiener Philharmoniker, en el concierto que dio bajo la batuta del italiano Riccardo Muti en el Auditorio Nacional.
Dudamel es el director invitado más joven al frente de la agrupación nacida en 1842, que entre sus directores contó ni más ni menos con Gustav Mahler, Herbert von Karajan o Karl Böhm, La primera vez que vino a México fue en 1981, un año antes de que Dudamel naciera, para el Festival Cervantino y para un concierto en la Ollin Yoliztli en la capital, con Carlos Kleiber en el atril.
“Una de las primeras orquestas que me invitó a dirigirla fue la Filarmónica de Viena. Yo no lo podía creer: me confundí, corrí, brinqué, celebré. Era una realidad. Y a partir de ahí, desde Lucerna (Suiza) en el 2006, hemos creado una relación maravillosa, única, de familiaridad, de cooperación y de hermandad, y eso es lo que esperamos mostrar en estos tres conciertos”, mencionó Dudamel, sentado al lado del primer violinista de la agrupación y su presidente, Daniel Froschauer.
Dudamel destacó la relevancia del proyecto musical venezolano encabezado por Abreu, que se mantiene vivo a pesar de la crisis social y política durante el régimen de Nicolás Maduro. Recordó que cuando Abreu lanzó la iniciativa, pocos creían en él y ella, pero ahora es un emblema de su país que traspasó ya fronteras y se duplica en muchas naciones.
“El sistema abarca el mundo entero. Han sido 43 años de historias y de experiencias en los que más de 900 mil niños han tenido la oportunidad de acceder de manera gratuita a la educación musical. El maestro Abreu ha entregado su vida a esto; ha luchado contra viento y marea.
“Dentro de la crisis que vivimos, el sistema es un jardín hermoso, que llena a un país de esperanza. Cuando se habla afuera del sistema de orquesta, se habla del país también, por eso yo siento orgullo de lo que represento como miembro del sistema de orquestas y también como ciudadano de mi país”, expuso el músico.
También evocó su infancia musical en su natal Barquisimento y, ante la secretaria de Cultura María Cristina Cepeda y la directora del INBA, Lydia Camacho, reinvindicó la filosofía de su maestro Abreu.
“Cuando de niño tocaba en una orquesta de Barquisimeto nos decían: ‘La Orquesta de Los Sin Techo’. Recuerdo al maestro Abreu diciéndome: ‘la cultura para los pobres no puede ser una pobre cultura’. Los niños más necesitados deben tener los mejores instrumentos, las mejores edificaciones, y eso es lo que se ha hecho a través de esta historia”, expuso.
El viernes 2 de marzo, el programa en Bellas Artes incluyó de manera insólita la Sinfonía número 2 de Chales Ives, rara vez programada en salas de conciertos, y la Sinfonía número 4 de Piotr Ilich Chaikovski. El público ovacionó varios minutos la entrada inicial de la orquesta y de Dudamel, y al final también se volcó con los músicos, que coronaron los aplausos con un vals de encore.
El sábado 3 de marzo, Dudamel dirigirá la Academic Festival Overtura op. 80, de Johannes Brahms; el Concierto para flauta, KV 314, de Wolfgang Amadeus Mozart, y cierra otra vez con Brahms y su Sinfonía número 1 en Do menor, op. 68. El director concedió dos encores ante los aplausos y ovaciones, entre ellos una obra de Berstein.
Para el concierto mozartiano viene como solista el austriaco Walter Auer, flautista principal de la Wiener Philharmoniker y de Wiener Staatopern desde 2003.
El último concierto será en el Auditorio Nacional, con precios más populares a los que se podían encontrar en Bellas Artes que iban de los 4 mil a los mil pesos, aunque ya todo está agotado. En el centro de espectáculos de Paseo de la Reforma, con boletos hasta de 260 pesos.
El programa en el Auditorio, que se antoja apotéosico, incluye la Sinfonía número 10 de Gustav Mahler y la Sinfonía Fantástica de Héctor Berlioz.
Dudamel y el compositor y director mexicano Arturo Márquez también encabezan este sábado en Bellas Artes Encuentros México y las Américas unidas a través de la música, en el que participaron cerca de 300 niños, jóvenes y adultos.
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