Un recuento de los peores tiroteos en los Estados Unidos

Por Frida Sánchez

Hoy se registró un tiroteo en el West Side Highway en Manhattan, las víctimas se suman a la cifra de más de 33 mil muertes al año por armas de fuego en Estados Unidos. Este no es un hecho aislado.

Apenas el 1 de octubre de este año, Stephen Paddock, un hombre de 64 años, acabó con la vida de 58 personas  y dejó alrededor de 500 heridos, durante un concierto de música country que se realizaba frente al Hotel Mandala Bay en Las Vegas. El tiroteo masivo se traduce como la peor matanza en la historia contemporánea de los Estados Unidos.

En 2016, el ciudadano Omar Mateen disparó contra los usuarios de un bar gay en Orlando, Florida. Con un saldo de 49 muertos y 53 heridos, el atentado confirmó las especulaciones que aluden a que uno de los principales móviles de estos sucesos ocurren debido a la libertad con la que los ciudadanos pueden apropiarse de armas de fuego, pues el atacante, quien tendría 29 años de edad, había comprado en Florida, al menos dos armas de fuego una semana antes de cometer el delito.

Cuatro años antes, en 2012, Adam Lanza incurrió en las mismas acciones en  Newtown, Connecticut. El hombre de 2o años mató en cuestión de minutos a 26 personas que se encontraban en la primaria Sandy Hook, antes de cometer suicidio. En su mayoría las víctimas fueron menores entre los seis y los doce años, a quienes se sumó un herido.

En 2007, en la Universidad de Virginia Tech, en Blacksburg, el entonces estudiante surcoreano Seung-Hui Cho, disparó contra sus compañeros de clase y después se suicidó. Con sólo 23 años de edad, el joven había terminado con la vida de 32 alumnos de la Universidad entre los que se encontraban dos latinoamericanos.

Aunque ocurrieron otros tiroteos previos a los antes mencionados, la masacre de Columbine en Colorado, figura como una de las más recordadas por los ciudadanos estadounidenses. En 1999, los jóvenes Eric Harris y Dylan Klebald provocaron la muerte de 15 personas y dejaron al menos 24 heridos luego de perpetrar un tiroteo cuyo objetivo de inicio era afectar al menos a 600 personas por medio de una instalación de bombas situadas en la cafetería del lugar.