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Primero fue Coca, ahora Pepsi cierra planta en Guerrero

Foto: Cuartoscuro

Ante un entorno permeado de inseguridad, la empresa Pepsi decidió cerrar la planta de distribución que mantenía en Ciudad Altamirano, en el municipio de Pungarabato, en Guerrero, debido a las extorsiones de un grupo criminal.

Desde el viernes de la semana pasada, la refresquera suspendió sus actividades y comenzó a liquidar a su personal este lunes. Alrededor de 70 personas ya recibieron su liquidación, como lo estipula la ley, y ahora se han quedado sin un empleo. La embotelladora operaba en la región desde hace 30 años.

A través de un comunicado de prensa, Pepsico explicó que “al no estar presentes las condiciones requeridas para la continuidad de la distribución de su portafolio de productos al mercado”, se retira.

La compañía refresquera comenzó a retirar refrigeradores de las tiendas desde hace algunas semanas y acabaron con el producto almacenado, así  lo confirmó Roberto Álvarez Heredia, el vocero del Grupo Coordinación Guerrero.

Por su parte, la Secretaría de Desarrollo y Fomento Económico del gobierno estatal, dirigida actualmente por Álvaro Burgos, no ha podido contactar con el personal de la compañía para confirmar la causa del cese de operaciones.

Sin embargo, de acuerdo con la información que se dio a conocer ayer de manera extraoficial, se sabe que la refresquera decidió suspender labores debido a las extorsiones de la delincuencia organizada que opera en Ciudad Altamirano.

En tan solo dos meses, dos empresas de bebidas carbonatadas abandonaron la entidad. La primera fue Coca-Cola, quien clausuró sus actividades, desde el pasado 23 de abril, por la misma razón: el cobro de cuotas de la delincuencia. El caso de Pepsico no fue nada diferente.

La ola de violencia que azota al país ha causado muchos estragos, pero sobre todo en Guerrero, el cual es uno de los estados con más altos índices de criminalidad.

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