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Metrópoli

Mujeres inundan calles para exigir alto a la violencia y una vida libre de miedo

Foto: Elia Cruz Calleja

Tres horas antes de la cita ya eran miles en la calle. Los gritos de “mujer escucha, está es tu lucha”, “señor, señora, no sea indiferente, matan a mujeres en la cara de la gente”, se comenzaron a escuchar en las principales avenidas de la Ciudad de México, dónde convergieron las mujeres, principalmente jóvenes, a exigir una vida libre de violencia para todas.

Carteles con consignas como “¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”, “¡Frágil como una bomba!”, denotaba la principal exigencia del contingente que parecía sin fin, pues mientras unas ya se encontraban en la Plaza de la Constitución, otras apenas avanzaban por avenida Juárez.

La marea morada en punto de las 4:00 de la tarde partió de la glorieta de Las Mujeres que luchan en Paseo de la Reforma para continuar su marcha por avenida Juárez donde se unieron con otros contingentes que previamente se habían reunido en el Monumento a la Revolución. El río de mujeres vestidas con prendas púrpura se fundían con las florecientes jacarandas que adornan la Alameda Central donde también caminaban niñas que cargaban anuncios pidiendo crecer sin miedo.

Contrario a marchas pasadas, ahora se respiraba a un ambiente pacífico, de mucha sororidad, pero también de respeto por los hombres que acudieron a marchar acompañando a sus esposas, novias, hijas, madres o que iban solos porque al igual que cientos, también buscan a una mujer de su familia que ha desaparecido. E incluso decenas de vendedores ambulantes ofrecían sus productos a las integrantes de los contingentes.

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La frase “nos queremos juntas, libres y sin miedo”, engloba la exigencia de ya no querer leerr cientos de historias trágicas que en un pedazo de papel dejan ver vidas de jóvenes destrozadas, desde chicas violadas por sus propios padres, abuelos o compañeros de escuela, hasta madres y tías pidiendo encontrar a sus hijas. Pero cuyas revelaciones desataban la solaridad de todas que al unísono coreaban “no está sola, no estás sola”, para después abrazarse.

El río de gente, que no se cansaba de cantar “alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por américa latina, y tiemblen y tiemblen los machistas, porque América Latina será toda feminista”, avanzó por 5 de Mayo hasta el zócalo de la ciudad, no sin antes hacer una parada en frente al Palacio de Bellas Artes, en la ‘antimonumenta’, dónde con batucada, ellas se pusieron a bailar mientras lanzaban humo morado y verde, en señal de la lucha feminista y la marea pro aborto.

Las vallas que cercaban los negocios al paso del recorrido y que resguardaban los edificios de gobierno, el Palacio Nacional y la Catedral metropolitana, incluidos, se convirtieron en lienzos para denunciar con nombres y apellidos a abusadores, violadores, para pegar carteles y poner fotografías de hombres que las violentaron.

Pero pese a que la mayoría del recorrido fue pacífica, hubo un grupo de encapuchadas que con marros en mano rompieron cristales de puestos ambulantes sobre avenida Juárez, al igual que desprendieron y destrozaron una estructura que cubren la entrada del Metro Zócalo.

Asimismo, decenas de ellas, vestidas de negro, se lanzaron contra las vallas que cubrían Palacio Nacional y la Cátedra para tratar de derribarlas, lanzando bolas de fuego, que de inmediato eran sofocadas por policías que se encontraban en dos filas tras las altas estructuras metálicas, pero que en respuesta también lanzaban chorros de humo verde.

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