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Metrópoli

Entre alegría y reservas reabren restaurantes en la CDMX; siguen protocolo de higiene

Foto: Adriana Pacheco

Los fogones en la cocina se volvieron a encender después de más de tres meses de cuarentena. El sonido de los cubiertos y platos, que muchos consideran “molesto”, ahora parecía una melodía armoniosa tanto para los trabajadores de los restaurantes como para los comensales, luego de días de incertidumbre.

La Ciudad de México, la entidad más golpeada por el Covid-19 en México, reabrió este día sus restaurantes con la esperanza de volver poco a poco a la “nueva normalidad”, luego de que la jefa de Gobierno informara que el semáforo pasó de color rojo a naranja, lo que indica que los comercios de la urbe podrán abrir con horarios específicos y con cupos de hasta 50% los restaurantes.

Foto: Adriana Pacheco

Los restaurantes pusieron en marcha sus protocolos con el reglamento anunciado constantemente por la Secretaría de Salud. Después de horas de reuniones entre encargados de estos negocios y sus empleados, incluyendo meseros y personal de limpieza todo quedó listo para recibir a sus clientes, algunos leales desde hace años.

La puertas de PF. Chang’s se abrieron a las 12:00 horas de este miércoles, en la recepción esperaban paradas tres personas, la recepcionista, la gerente del restaurante y un mesero, todos, con cubrebocas y caretas y con cuestionario en mano, atentos para recibir a los comensales.

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“Señorita, en esta ‘nueva normalidad’ tengo que hacerle algunas preguntas”, dijo la recepcionista. Desde luego- respondí -. ¿En estos últimos días has presentado fiebre, tos, o gripe?, fueron los cuestionamientos que me realizaron antes de ingresar.

Luego de dar una respuesta negativa firmé un formulario y anoté mi nombre. Después de pasar este primer filtro, me pidieron desinfectar mis zapatos en un tapete sanitizante y me tomaron la temperatura.

Foto: Adriana Pacheco

Siempre respetando la distancia de metro y medio, la recepcionista me guió a mi mesa, en la contigua no se permitía su ocupación, así lo decía el letrero. En mi mesa había un código QR para que con mi celular ingresara al menú. Antes de pedir mi orden, el camarero sanitizó la mesa enfrente de mí, pese a que a que se veía que ya habían sido limpiada.

Luego de eso y de leer detenidamente el menú digital procedí a ordenar. Miré a mi alrededor y no me tomó mucho tiempo descubrir que era la primera en aquel restaurante de comida asiática, que permaneció cerrado por más de 90 días debido a la pandemia del coronavirus. Los muebles y lámparas lucían exactamente iguales a como los recordaba.

Los repartidores de comida de plataformas no dejaban de arribar al restaurante, uno tras otro pasaban por la puerta de entrada, siempre sanitizando sus zapatos y sus manos antes de tomar la bolsa con la comida para llevar que había pedido un cliente. Poco a poco los comensales comenzaban a llegar en este primer día de reapertura.

¿Ya se puede ingresar?, preguntó titubeando una mujer, que llegó al local junto a su pareja. Al recibir una respuesta positiva, en su cara se reflejó una sonrisa. “Pasen ustedes”, se escuchó a la gerente del local.

La puerta de entrada era limpiada rápidamente cada vez que alguien pasaba por el lugar.

En los sanitarios que se encuentran en el primer nivel había señalizaciones en el piso que marcaban la distancia entre una y otra persona, así como indicaciones de la forma correcta para lavarse las manos.

Foto: Adriana Pacheco

Antes de regresar a mi mesa, el camarero de nueva cuenta me volvió a ofrecer gel antibacterial para continuar consumiendo mis alimentos. Al poco rato terminé de comer y pedí para llevar lo que quedaba en mi plato, el mesero me explicó que él no podía vaciar mi comida en otro recipiente, así que me ofreció un plato desechable para que yo lo hiciera.

Finalmente pagué mi cuenta con efectivo, el camarero se quitó el guante derecho para sujetar el dinero, mismo que llevó a la caja, después de darme mi cambio se colocó uno nuevo en la mano desnuda. Me dio las gracias por haberlos preferido y dejó en mi mesa un mensaje que decía “Invitada # 1 ¡Gracias ya te extrañábamos! Te esperamos pronto”.

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