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Cultura

“El mexicano goza al causar dolor y al sentirlo”: Cruz Meza

Cruz Meza dolor
Foto: Especial

El criminólogo y escritor Carlos Manuel Cruz Meza, flamante premio Bellas Artes de Dramaturgia Luisa Josefina Hernández 2019 por su obra El tren de los animales, afirma que los mexicanos sienten fascinación por el dolor, están enamorados de la muerte y pueden ser profundamente crueles.
 
En entrevista a escasos días de hacerse acreedor al reconocimiento el pasado 1 de agosto, el autor comenta por qué decidió ambientar su drama en el contexto del nazismo, con un padre e hija como personajes de una historia considerada por el jurado del premio como “una fábula desgarradora”.
 
De hecho, Cruz Meza (Xalapa, 1973), con una decena de libros publicados, entre ellos el estudio criminológico Monstruos entre nosotros. Historia y tipología de los asesinos (Instituto Literario de Veracruz / Colegio Libre de Estudios Universitarios, 2014), concursó con el seudónimo de Majdanek, nombre del campo de concentración nazi para prisioneros polacos vecino a la frontera Polonia-Ucrania.

El narrador, poeta, dramaturgo y periodista explica que su curiosidad a través de los años lo ha llevado a explorar la naturaleza humana, el miedo, las ideas y reflexiones sobre la realidad humana, donde el mal es una constante, donde las fábulas de horror se vuelven anécdotas y relatos que se atreve a contar.
 
En un país sumido en la violencia y fascinado por sus formas más retorcidas, desde la acción política a la social, desentraña y nos invita a releer nuestra historia, lo conectados que estamos con los “otros” y cómo realmente somos similares. México es un país que juega un papel en la historia, desde lo nimio y el silencio, sus acciones han ocultado su política muchas veces contradictoria a su discurso público.
 
El tren de los animales es, según el autor, una reflexión histórica contada a través de la inocente percepción de una niña y las anécdotas de su padre. Él llega a casa después del trabajo y le cuenta historias a su hija sobre el tren que transporta animales malvados, los cuales son castigados; la hija tiene fantasías al respecto mostrando al principio una inocencia que poco a poco se mancha de realidad al darse cuenta que el tren lleva prisioneros -tan semejantes a ella- a campos de exterminio.

La crudeza se siente al adentrarnos en un entorno hostil de constante rechazo donde el exterior se muestra desgarrador con un pueblo que juzga la crueldad del hombre y el enfrentamiento ético de una niña que niega la maldad de su padre que alega “solo haber cumplido con su deber”, alusión a las razones de Adolf Eichmann, el cerebro detrás la “solución final”, en su juicio en Jerusalén, lo que dio pie a la filósofa Hanna Arendt a desarrollar su concepto de “la banalidad del mal” al cubrir el proceso.

—¿Por qué abordar en México el nazismo?

México es un país que siempre ha sentido fascinación por el nacionalsocialismo. Desde antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, en México proliferaban los clubes de apoyo a Adolf Hitler. En Veracruz y Ciudad de México existían famosos clubes nazis, además de que varios personajes prominentes, entre ellos políticos, empresarios e intelectuales, tuvieron contacto con miembros de la jerarquía nazi. México fue, además, uno de los países que le negó el asilo a muchos judíos cuando Hitler quiso exiliarlos, poco antes de implantarse la “solución final”. Y tras el final de la contienda, aquí se refugiaron varios criminales de guerra.
 
Cruz Meza agrega que la Segunda Guerra Mundial demostró que “el antiguo arte del exterminio” podía alcanzar nuevos niveles. La producción en serie fue aplicada a la matanza: los campos nazis eran, literalmente, fábricas de cadáveres, donde se procesaban humanos como si se tratase de un matadero.
 
Las armas de guerra convertían cada batalla en un cementerio, donde podían morir miles de personas en un solo enfrentamiento. El sitio de Stalingrado fue el escenario de las peores pesadillas. La caída de Berlín destruyó una etapa de la historia europea. El bombardeo de Dresden fue un acto de venganza cruel. Y al final, el bombardeo atómico llevó la muerte al máximo nivel de eficacia, al vaporizar a miles y destruir ciudades completas en unos segundos”, enumeró el autor del poemario Funeraria.

—¿Cómo influye la realidad convulsa del mundo en su escritura?

El mundo nunca deja de sorprenderme. Y la realidad es siempre una fuente inagotable de anécdotas y personajes. Estoy escribiendo una novela inspirada, precisamente, en muchas situaciones actuales.

—¿Qué buscas al experimentar a través de la escritura?

Como escritor, siempre intento manifestar ideas, emociones y procesos reflexivos a través de las letras. Sea por medio de la narrativa, la poesía, el ensayo, la crónica, la dramaturgia, busco que mis historias y personajes reflejen un poco de las realidades del humano. Yo soy mi obra, pero mi obra no es solamente yo.  

—¿Consideras que México es un país que prefiere escapar al dolor y negarlo? ¿Cómo te sientes al estar en un país constantemente amenazado por atrocidades y que no reacciona mucho?

México es un país enamorado de la muerte y profundamente cruel. El mexicano no escapa al dolor, ni lo niega: le fascina y de muchas maneras, lo disfruta. Goza al causarlo y al sentirlo. Vivir en este país es maravillarse por su riqueza cultural y natural, pero también constatar los contrastes de su gente: somos capaces de grandes actos de bondad, pero también vivimos entre monstruos.
 
Cruz Meza recibirá el reconocimiento que otorgan el INBAL y el gobierno de Baja California el próximo jueves 24 de octubre, en el Café Literario del Instituto de Cultura de Baja California, en Mexicali.

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