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Incendiario

Bours, Fuentes y demás serpientes congeladas

Fotos: Cuartoscuro / Facebook/ Twitter

Apenas tres domingos más faltan para llegar al 6 de junio y figurines como Ricardo Bours y Víctor Fuentes ya asestaron sendos golpes a los partidos que los cobijaron. Maniobras políticas que no tienen más que el beneficio de sus perpetradores en mente. Claro está, de nadie es responsabilidad más que de los partidos mismos, los que ahora deben limpiarse las heridas que causaron estas puñaladas.

A los dirigentes de Morena y de Movimiento Ciudadano tal vez no les tocó leer fábulas de Esopo en la primaria. Hay una muy buena, sobre un hombre que encuentra una serpiente a medio morir entre la nieve invernal. Apiadándose del reptil, el sujeto le da refugio solo para que, al recuperarse del congelamiento, lo muerda y hiera de muerte con su veneno. Al increparla, la serpiente le recuerda que la culpa solo es suya por confiar, bueno, en una serpiente.

Al hombre de la fábula bien le podríamos bautizar como Clemente Castañeda. Siendo que, en su urgencia por consolidar lo que en Movimiento Ciudadano denominan una ‘tercera vía’, lo único que hizo fue descongelar al último cachorro de un clan de caciques que, desde hace al menos un siglo, hace lo que le viene en gana en Sonora. Sacándolo del olvido al que lo condenó el PRI al marginarlo de la búsqueda de la gubernatura que ya ejerció su hermano.

Es que Ricardo Bours, como su clan en realidad, era ya un cascarón político alejado de cualquier punto de injerencia que puedan dar los votos, los billetes son otra cosa. El bueno de Clemente y su socio Jorge Álvarez Máynez reanimaron ese espectro ancestral y lo volvieron a poner en una posición importante. Si bien nadie creía que el mejor de los Bours haría la hombrada para ganar la gubernatura, sí representaba un buen monto electoral nada despreciable.

Ricardo supo utilizar ese capital, para su beneficio. Vendiendo su amor, seguramente nada barato, al partido que lo marginó y al que renunció hace menos de un semestre para aceptar la candidatura naranja. En una contienda que se ha ido cerrando poco a poco, el embrión anímico que esto le significa a Ernesto Gándara, otro heredero de caciques sonorenses, es aire fresco para redoblar el paso y tratar de rebasar de una vez por todas a Alfonso Durazo.

Qué momento eligió Bours para clavarle los colmillos a Movimiento Ciudadano. A días del artero asesinato de Abel Murrieta que sacudió al país y, desde una antipática lógica electoral, le valió votos de simpatía al partido. De nuevo, de nadie es la culpa más que de Clemente y compañía. Murrieta, con respeto a su memoria, habría sido un mejor proyecto a gobernador. Si no él, MC también tenía a María Dolores del Río. Hoy, ya no tiene a Bours, a Murrieta ni a Del Río.

Además de que le rompe las piernas a la narrativa que tanto trabajo les ha costado construir de una tercera vía. Durazo de inmediato capitalizó diciendo que no era sorpresa que el priista vestido de naranja se uniera al priista vestido de azul, “siempre estuvieron juntos”, aseguró. Elbo Esther Quadri también aprovechó y exigió a todos los candidatos de MC seguir el ejemplo de Bours y renunciar, insistiendo en que el partido no es más que un esquirol de Morena.

Hablando de Morena, ellos también gustan de descongelar serpientes a medio morir. Vamos, lo hacen desde antes siquiera de ser un partido, como ocurrió en 2012 cuando rescataron a ilustres hombres del régimen venidos a menos, siendo el caso más claro el de Manuel Bartlett, al que le consiguieron una beca de seis años en el Senado a cuenta del PT. Fórmula que replicaron en 2018, con Manuel Espino, Germán Martínez, Miguel Chico, Ricardo Sheffield y un amplio etcétera.

Bueno, buscando presentarse altamente competitivos en Nuevo León, Mario Delgado salvó de la nieve al senador Víctor Fuentes, quien aspiraba a ser candidato del PAN en Nuevo León y quedó bailando en el reparto de puestos importantes. Entiéndanse, para la gubernatura, que le fue encomendada al bailarín Ernesto Larrazábal, y para la alcaldía de Monterrey, que quedó en manos de Yolanda ‘Dr. Who’ Cantú.

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Pues Morena terminó por cobijar al senador Fuentes solo para que, con las boletas electorales ya impresas, decidiera que siempre no y regresara a los brazos protectores de Acción Nacional. De nuevo, con un timing político que cualquier desastre natural envidiaría. Justo cuando la candidata del partido a la gubernatura, la priista vestida de morena Clara Luz Flores, va en caída libre en las encuestas, pasando de puntera a pelear el tercer lugar con Larrazábal.

Coincidiendo, también, con la intervención declarada del presidente López Obrador en la contienda regia. Puesto que la renuncia de Fuentes se dio apenas días después de que, desde las mañaneras, la fiscalía de Alejandro Gertz Manero y la unidad de Santiago Nieto recibieran las órdenes de ir por Adrián de la Garza y Samuel García. Este último, por cierto, a quien Quadri también exige renunciar.

Parece que una mordida no le bastó a Mario Delgado para entender que eso de andar rescatando panistas no es la mejor estrategia de transformación. Como emergente salió al plato el también panista Felipe de Jesús Cantú. Candidato del PAN a la gubernatura de Nuevo León en 2015, donde perdió contra El Bronco, y a la alcaldía de Monterrey en 2018, donde perdió contra De la Garza. Seguro que con chaleco guinda en vez de azul ahora sí se le da, seguro.

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