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Internacional

8chan: refugio de supremacistas blancos donde asesino de El Paso publicó su manifiesto

Foto: Especial

La empresa estadounidense Cloudfare anunció este fin de semana que dejaría de proporcionar servicios y alojamiento a la plataforma de 8chan, sitio que ha cobrado relevancia tras los acontecimientos del pasado sábado 3 de agosto en El Paso, Texas, debido a un presunto manifiesto que el atacante habría publicado en este foro antes de abrir fuego contra los clientes de una tienda de la cadena Walmart de esta ciudad fronteriza, donde expone el principal motivo de la masacre: defender a su país de la «invasión hispana».

A través de un comunicado, el consejero delegado de Cloudfare explicó que el tiroteo de El Paso no se trató de un incidente aislado: de confirmarse la autoría de Patrick Wood Crusius, el texto con alto contenido racista sería el tercero publicado en menos de cinco meses vinculado a un posterior atentado, tal como lo hicieron los autores de los ataques a las mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, y a la sinagoga de Poway, California.

Con anterioridad, múltiples voces se habían manifestado para solicitar el cierre de 8chan, incluyendo al propio fundador del sitio, Fredrick Brennan, que en la actualidad se ha desvinculado de la página creada en 2013 y con frecuencia exige su cancelación a través de su cuenta personal en Twitter.

«Cierren la web. No está haciendo nada bueno. Es completamente negativa para todo el mundo, excepto para sus usuarios ¿Y sabes qué? También es negativa para ellos. Simplemente no se dan cuenta», declaró este domingo en entrevista para The New York Times.

¿Qué es 8chan?

También llamado Infinitechan o Infinitychan, el sitio con más de seis años de operaciones surgió de una escisión de 4chan, reconocida plataforma web que ha acogido en sus orígenes al movimiento internacional de ciberactivistas Anonymous, así como incontables contenidos polémicos.

Su creación, de acuerdo con el propio Fredrick Brennan, se debió a las medidas «cada vez más autoritarias» y restrictivas de 4chan; como nuevo espacio virtual dedicado a la libertad de expresión en todas sus vertientes, 8chan contaba con una única regla global:

«No publiques, pidas ni enlaces ningún contenido que sea ilegal en Estados Unidos, y no crees hilos con el objetivo de publicar o difundir este contenido».

Como era de esperarse, la normativa fue violada la mayor parte del tiempo: en agosto de 2015, Google impondría una suspensión temporal de sus resultados de búsqueda a 8chan luego de que se advirtieran contenidos sospechosos de pedofilia.

Pero el primer punto crítico se había suscitado un año antes, cuando 4chan se convirtió en el escenario donde se gestó el polémico Gamergate, agresiva campaña de ciberacoso contra mujeres periodistas y desarrolladoras de videojuegos, caso que impactó a tal grado en la opinión pública que tuvo que ser intervenido por la policía cibernética.

Como respuesta, los integrantes del Gamergate, acompañados por antiguos usuarios de 4chan, recurrieron a la plataforma creada por Fred Brennan para continuar con el hostigamiento. A partir de ese momento, la web se convertiría en el refugio de quienes habían sido expulsados de otros sitios por compartir toda clase contenidos racistas, supremacistas y sexistas.

A pesar de las continuas amenazas contra las minorías étnicas, la comunidad LGBT (y anexos), asociaciones religiosas e innumerables grupos que históricamente han sido blanco de los considerados crímenes de odio, el terrorismo llegó a 8chan hasta fecha reciente.

En marzo de 2019, el autor del atentado en dos mezquitas de Nueva Zelanda que cobró 51 vidas, hizo públicas sus intenciones a través de un manifiesto, también publicado en 8chan, donde expresaba su repudio por los inmigrantes y su admiración por los extremistas estadounidenses.

En abril pasado, una mujer fue asesinada y tres más resultaron heridas a causa de un ataque armado al interior de la sinagoga de Poway, California; el agresor habría notificado en idéntico portal su propósito homicida a través de un texto donde, sin escatimar en su contenido racista, elogiaba a su homólogo neozelandés.

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Quizá un meme no sea «sólo un meme»

Esta mañana, minutos antes de que Cloudfare le retirara el servicio de hosting, en el sitio abundaban diversas muestras pretendidamente humorísticas que usuarios de 8chan, que por lo general actúan al cobijo del anonimato, emplearon para aplaudir la masacre de El Paso.

Memes y comentarios aún más racistas que los propios manifiestos que precedieron a los atentados de Christchurch, California y Texas, fueron las expresiones más recurrentes para mofarse de las víctimas y del dolor de sus familias.

El empleo de memes o de ademanes de ironía simulada no es fortuito: una investigación realizada por Whitney Philips y Ryan M. Milner en The Ambivalent Internet, revela que es habitual que los mensajes más agresivos se escuden detrás de un presunto sarcasmo, que a simple vista justificaría cualquier dicho y cualquier acción relacionada con un discurso de odio maquillado de ésta forma.

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