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PIB al 4%, la promesa incumplida: desempleo y segundo año de contracción económica en la era de AMLO

Foto: Cuartoscuro

El primer año del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no tuvo en materia económica el final prometido, pero el segundo fue aún más difícil de pronosticar como la ocurrencia de la pandemia misma, provocando que las estimaciones del Producto Interno Bruto (PIB), la paridad del dólar y el peso y el precio de la mezcla mexicana tuvieran una contracción mayor.

Durante el mes de enero, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó de una caída del PIB en el cuarto trimestre de 2019, lo cual confirmaba que la variación del PIB entre ese año y 2018 era negativa de -0.1%, lejos de su promesa de campaña de crecer 4% anualmente.

No obstante, AMLO volvió a presumir la existencia de sus «otros datos» y desestimó estas cifras que alertaban del primer decrecimiento en toda una década. López Obrador mencionó que no le importaba mucho porque «crecer» no implicaba una repartición equitativa de esa ganancia económica. «Es muy importante que haya una mejor distribución del ingreso y que los beneficios lleguen a todos. Eso es lo que me tiene tranquilo, porque abajo hay más capacidad de compra, no hay crisis de consumo, estamos viendo el precio del pollo que bajó. Me importa mucho la economía familiar», apuntó.

El golpe de la pandemia al PIB

Quienes esperaban mejores resultados tras la «curva de aprendizaje» esperarán un año más para ver si la promesa de campaña será cumplida. La llegada de la pandemia no solo representó un peligro y dolor para las familias mexicanas sino también un puntapié a la economía.

La necesidad de paralizarla a fin de dar tiempo al gobierno para reconvertir hospitales, comprar insumos para la atención de pacientes y la adquisición de ventiladores, que impidieran ver imágenes como las de España e Italia, dieron entrada a la ‘Jornada de Sana Distancia’. Durante 10 semanas solamente operaron actividades consideradas «esenciales», derivadas de la rama médica, las de recaudación tributaria, las de seguridad, producción y distribución de alimentos, transporte, distribución y producción de energéticos.

AMLO informa de la evolución del empleo formal ante la contracción económica de su segundo año de gobierno. Foto: Cuartoscuro

El 30 de abril, Inegi dio la actualización del PIB en el primer trimestre de 2020 señalando que había tenido una variación negativa de -1.6% respecto al trimestre anterior inmediato, representando así su cuarta caída consecutiva, y una contracción económica de 2.4% en su comparación anual del PIB.

Esto fue celebrado por AMLO diciendo que afortunadamente la caída había sido menor a la pronosticada por sus «adversarios», dando paso a una comparación con la crisis económica al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León y a las caídas en Europa.

La celebración presidencial fue temprana o pecó de optimista. Para el segundo trimestre del año, se anunció una contracción económica del PIB en -17.1% respecto al periodo enero-marzo, pero del 18.7% en su comparación anual, siendo la baja más importante en la historia. Así se reflejaban por fin los daños al turismo, los oficios, el comercio informal y pequeñas y medianas empresas con actividades económicas no esenciales que terminaron cerrando para protegerse sacrificando sus ingresos. Algunas no abrirían más o verían la necesidad de recortar personal.

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Pese a que el gobierno federal se comprometió a entregar cerca de 4 millones de créditos en distintos programas o modalidades, con una inversión de 307 mil 557 millones de dólares, muchas de las empresas se vieron afectadas. De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la disminución del empleo formal en lo que va del año es de 518 mil 609 puestos.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, donde se consideran también datos como informalidad laboral, informó que México inició el año con un 3.5% de desempleo entre la Población Económicamente Activa (PEA) durante el primer trimestre del año. No obstante, la pandemia mostró su fuerza al agregar a 12 millones de personas a este grupo.

Tasa de desocupación en México. Foto: Inegi

La “nueva normalidad” y la reapertura de algunas actividades no esenciales permitieron reincorporarse a 10.2 millones esos 12 millones de personas hasta el mes de octubre. En tanto, la desocupación de la PEA asciende actualmente a 4.7%. Esta reactivación incitó el crecimiento del PIB durante el tercer trimestre, permitiendo un incremento de 12.1%.

El contagio del peso y el precio de la mezcla mexicana

La volatilidad del peso mexicano ante la pandemia también ha sido una de las señales a seguir en la contracción económica. Del 1 de diciembre al 14 de febrero la paridad cambiaria entre la moneda nacional y el dólar estadounidense tendió a la baja al lograr pasar de $19.57 a $18.57. Sin embargo, solo 15 días después esta ganancia se desdibujó con el avance global de la pandemia, teniendo su caída más drástica el día 28 de febrero con el anuncio del primer caso en México.

La devaluación del peso volvió a tomar fuerza a partir del día 6 de marzo, cuando el dólar rebasó la barrera de los $20.00 aumentando hasta $25.00 el 23 del mismo mes. A este efecto se le sumó la caída de los precios del petróleo en medio de la apuesta por la mejora de las refinerías mexicanas y la construcción de Dos Bocas.

El 6 de enero de 2020, el barril de petróleo de la mezcla mexicana tuvo su mejor día logrando que se vendiera en 59.35 dólares. Dos meses después la presión ejercida por Rusia sobre la OPEP+ desplomó los precios del crudo a nivel internacional, debiendo llevar a los países integrantes a negociar en el mes de abril para recortar la producción de 9.7 millones de barriles diarios de petróleo, mismo donde México luchó para conseguir solo recortar un máximo de 100 mil barriles en lugar de 400 mil.

La mezcla mexicana rondaba el 10 de abril rondaba en los 17 dólares. Sin embargo, previo al alza del precio, se vivió uno de los peores días en la historia de la venta del crudo cuando su precio colapsó el 20 de abril. El precio del barril de West Texas International (WTI) se desplomó hasta alcanzar un precio de -37.63 dólares por una demanda mundial a la baja del producto.

La mezcla mexicana cerró el día con precio de -2.37 dólares para posteriormente iniciar un ascenso hasta llegar a su precio actual de 43.64 dólares. El precio se encuentra por debajo de los 49 dólares estimados en el Paquete Económico 2020 y aunque en el mes de enero la Secretaría de Hacienda informó un programa de coberturas petroleras que garantizaba el precio promedio por barril, las ganancias por exportaciones mexicanas de crudo se vieron disminuidas.

Evolución del precio de la mezcla mexicana. Foto: Banxico

En 2019, Pemex reportó exportaciones equivalentes a 22 mil 403 millones de dólares, mientras que a falta de reportar ingresos de noviembre y diciembre de 2020 la empresa paraestatal suma apenas 11 mil 505 millones de pesos ingresados por este concepto.

A la par y junto a la reactivación económica, el peso comenzó su recuperación sin verse afectado por cuestiones políticas como las elecciones presidenciales en Estados Unidos (EU), permitiendo llegar en noviembre nuevamente a los 20 pesos por dólar, fluctuando en ocasiones por debajo de este límite.

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