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Internacional

Peter Piot, descubridor del ébola, contrae Covid-19 y reflexiona sobre la muerte

Peter Piot, director de la Escuela de la Higiene y Medicina Tropical de Londres y uno de los descubridores del virus del Ébola en 1976, contrajo en semanas pasadas la Covid-19, enfermedad que lo llevó a estar hospitalizado ante los problemas que comenzó a provocarle, situación que a la vez le hizo pensar en la muerte por la enfermedad al ser y estar con otros casos positivos con deficiencias respiratorias.

«Después de luchar contra los virus en todo el mundo durante más de 40 años, me he convertido en un experto en infecciones» declaró para la revista belga ‘Knack’ el científico descubridor del ébola y exdirector del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH (1995-2008), esto luego de que el 19 de marzo comenzara a tener síntomas del Covid-19, enfermedad que le fue diagnosticada y que, pese a estar bajo cuidado y asilamiento en casa, comenzó a mermar su salud al hacerle sentir un agotamiento mayor que tras ser estudiado se confirmó como consecuencia de una deficiencia de oxígeno.

De acuerdo con Peter Piot, el virus puede haber desaparecido pero sus consecuencias persisten durante semanas, por lo que fue hospitalizado, mejorando su condición con una máscara de oxígeno. Sin embargo, señaló que por su edad, 71 años, y su cuadro clínico terminó por estar aislado en el departamento de cuidados intensivos donde se rindió ante el personal que lo atendía.

En su estancia, según relató, pensó en los distintos escenarios de una muerte por Covid-19, siendo el primero el sentirse solitario dentro del hospital puesto que pese a estar junto a otros enfermos «nadie tenía la energía para hablar». Posteriormente compartió que también pensó en la posibilidad de morir en caso de ser hospitalizado y su inminente comparación con aquellas enfermedades contra las que trabajó años antes.

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No obstante, esas reflexiones sobre la muerte por Covid-19 continuaron tras ser dado de alta, diciendo que al volver al hospital por notar la falta de aliento se dieron cuenta de una «enfermedad pulmonar organizada inducida por neumonía», es decir, una «tormenta de citoquinas» producto de la aceleración del sistema inmune, sobrerreacción que hoy muchos científicos estudian como una de las causas de la muerte asociadas al coronavirus.

Finalmente, apuntó que si bien el Covid-19 puede matar solo al 1% de los pacientes, otros más quedarán con problemas renales y cardiacos crónicos, advirtiendo que la vida no será normal hasta que exista una vacuna contra el SARS-CoV-2, aunque no sea seguro el poder desarrollarla y posteriormente implique un gran esfuerzo para producir millones de dosis, teniendo por último el reto de convencer a los «antivacunas» de suministrarles una de ellas puesto que de otra forma nunca se tendrá la pandemia bajo control.

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