Tras las acusaciones de un posible conflicto de interés en el que habría incurrido por habitar una casa en Houston, Texas, de más de un millón de dólares, propiedad de un exejecutivo de la empresa Baker Hughes, contratista de Pemex, el hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán, afirma que “no hubo ni habrá conflicto de interés porque no tiene injerencia en el Gobierno de México”.

A través de un posicionamiento dado a conocer en su cuenta de Twitter, el primogénito del presidente y casado con Carolyn Adams —desde 2016 es cabildera de la empresa Cava Energy, firma proveedora de Petróleos Mexicanos (Pemex) —, señaló que desde 2018 tomó la decisión de seguir ejerciendo su profesión de abogado de la cual ha vivido.

“En el año de 2018, tomé la decisión de seguir ejerciendo mi profesión de abogado, hasta que decidimos en familia mudarnos a los Estados Unidos. En la actualidad y desde el año 2020 trabajo como asesor legal de desarrollo y construcción para KEI Partners, una empresa privada en Houston a través de la cual recibí mi visa de trabajo TN”, señaló López Beltrán.

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Sostuvo que no tiene injerencia alguna en el Gobierno de México, por tal motivo “no hubo, ni habrá conflicto de interés”, por ello, pidió que respeten su vida privada y la de su familia.

Además, aclaró: “mis ingresos provienen al cien por ciento de mi trabajo en Houston, Texas”, como un ciudadano privado.

Hace dos semanas el portal de noticias Latinus y la asociación civil Mexicanos contra la Corrupción revelaron un texto en donde afirman que López Beltrán habría incurrido en un conflicto de interés al habitar una vivienda en Houston, la cual es propiedad de Keith Schilling, un exejecutivo de la empresa Baker Hughes, que es contratista de Pemex desde hace cinco décadas.

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Ante ello, el presidente aseguró que esas acusaciones contra su hijo eran porque él está “combatiendo a la mafia del poder”, pero pidió que se investigara a fondo, aunque advirtió que no encontrarían nada porque “no son iguales” a los gobiernos pasados.

Además, López Obrador adelantó que sería el propio José Ramón quien debía dar una explicación acerca de dónde provenían sus recursos. “Espero que José Ramón conteste, ya es grande, de qué vive […] En sentido estricto, si lo analizamos, no es atacar a mi hijo Andrés por los chocolates Rocío, no es atacar a José Ramón porque su esposa rentó una casa en Houston supuestamente vinculada con empresa que trabaja para Pemex, lo cual no es cierto, no hay conflicto de interés, es un montaje. Estos ataques no son para mis hijos, es a mí, ahora sí que tomo nota”, indicó en su conferencia matutina del pasado viernes 11 de febrero.