Economía
Millones sufren viacrucis vial en el oriente de la ZMVM
Entre dos y tres horas de recorrido en medio del tráfico. Este es el tortuoso viacrucis que 6 millones de personas que viven en los municipios y alcaldías conurbadas del oriente de la zona metropolitana del Valle de México se enfrentan todos los días para llegar a la escuela o a su lugar de trabajo, ubicados en el centro y poniente de la Ciudad de México.
Durante 2024, la Ciudad de México fue catalogada como la ciudad más congestionada en el mundo, al reportar 52 por ciento de aumento de tiempo que hace un vehículo para llegar a su destino en comparación con un tránsito fluido, lo que significó destinar 31 minutos y 53 segundos por cada 10 kilómetros recorridos, un minuto más de lo que se realizaba en 2023.
Estas cifras, dadas a conocer por Tomtom Traffic —una plataforma que analiza y evalúa el tráfico de 501 ciudades en 62 países de 6 continentes, según su tiempo promedio de viaje y nivel de congestión—, revelan que los habitantes de la capital del país pierden 152 horas de su vida al año en los congestionamientos viales.
Pero si lo vemos como área metropolitana, las condiciones no mejoran mucho, pues la misma medición indica que la metrópoli del Valle de México ocupa el lugar 11, al reportar una pérdida de 95 horas anuales, haciendo un tiempo de 24 minutos y 14 segundos por cada 10 kilómetros recorridos, lo que significa un incremento de 40 segundo en comparación con 2023.
Esta pérdida de horas hombre en el tráfico del Valle de México que pudieron ser invertidas en actividades remuneradas, en 2019, tuvieron un costo de 47 mil 043 millones 636 mil 087 pesos de acuerdo con el análisis realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Y es precisamente este incremento en horas hombres perdidas lo que ha impactado de forma notable a la zona oriente del Valle de México, pues los habitantes de los municipios de Amecameca, Tlalmanalco, Cocotitlán, Chimalhuacán, Chalco, Chicoloapan, Nezahualcóyotl, La Paz, Texcoco, Ixtapaluca y Valle de Chalco Solidaridad, así como las alcaldías Iztapalapa y Tláhuac, que conforman una población de alrededor de 6 millones de personas —de acuerdo con los datos del Inegi de 2020, por lo que la cifra puede verse incrementada— se enfrentan diariamente no solo al caos vial que se genera en la calzada Ignacio Zaragoza, la principal vialidad para salir de estas demarcaciones del Estado de México y parte de estas alcaldías de la Ciudad de México, sino que en el último año se ha incrementado su tiempo de viaje debido a las obras de construcción de tres estaciones del proyecto federal del ‘Trolebús Chalco – Santa Martha’, que inició desde el 10 de enero de 2022 y que a octubre de este 2025 aún continúa, generando una pérdida de tiempo de hasta 40 minutos entre el Eje 10 y el Puente de la Concordia, una distancia de apenas 5.5 kilómetros, por el denso tráfico que se genera debido al confinamiento de hasta dos carriles de la autopista México – Puebla, dejando cuatro para la circulación vehicular.
Esta obra que fue iniciada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador como una medida de “justicia social” a los habitantes de la zona oriente del Estado de México, históricamente olvidada, y que planteó concluir en febrero de 2024, ha traído “dolor de cabeza” a los automovilistas y usuarios del transporte público que utilizan la autopista como una vía de salida rápida de la zona para llegar a sus empleos en la Ciudad de México por la demora en la construcción, pues a tres años y ocho meses de su inicio, no se vislumbra cuándo pueda concluirse. Y a eso se suma al poco interés de las personas de hacer uso de este nuevo servicio de transporte, pues la promesa de movilizar a 120 mil usuarios diariamente en su fase inicial, se ha ido desvaneciendo. A cinco meses de su parcial apertura, porque aún hay tres estaciones en construcción, apenas ha logrado transportar a 23 mil 800 pasajeros al día —según la propia Secretaría de Movilidad del Edomex—, es decir, únicamente el 20 por ciento de lo esperado, pero sí ha causado el retraso de millones que usan otros medios de transporte.
Este incremento de 40 minutos en el tiempo de traslado en la autopista, se suma al congestionamiento que se genera en la avenida Ignacio Zaragoza, congestionamiento que inicia a partir de la estación Guelatao de la Línea A del Metro y que continúa hasta el cruce que ésta calzada hace con avenida Churubusco, pero que se agudiza a la altura del metro Canal de San Juan debido a la salida y entrada de automóviles a la zona de Nezahualcóyotl y al Periférico Oriente, además de los accidentes viales, la reducción de carriles por poda de camellones y paradas en doble fila que hace el transporte público y privado, con el aval de los agentes de tránsito que sólo contemplan estas acciones.
Todo este tormentoso trayecto se vuelve insignificante en temporada de lluvias, pues las dos y tres horas de viajes que hacen los usuarios de transporte público y privado, se convierten en cuatro y hasta cinco horas para poder volver a sus hogares. En las más recientes inundaciones en la calzada Ignacio Zaragoza del 27 de septiembre, en la que dos colonias del municipio de Nezahualcóyotl también quedaron bajo el agua, y de la que La Hoguera dio cuenta, pudimos constatar que habitantes de los municipios del oriente del Estado de México se quedaron varados durante cinco horas para poder pasar los más de un metro y medio que subió el nivel del agua sobre la calzada Zaragoza a la altura del metro Acatitla, justo al inicio del Puente de la Concordia. Hubo personas que ese día, aseguran, llegaron a las 2:00 de la mañana a sus casas.
Ese escenario, muy recurrente en estas al menos seis inundaciones que ha habido en esa zona específicamente, es algo cotidiano para estas 6 millones de personas, y que muchos afirman estar “resignados” porque cada año es lo mismo y ninguna autoridad, del partido que sea, les soluciona ese problema de raíz, mientras otras más han expresado su enojo y frustración exigiendo acciones gubernamentales.
A ello también se le suma la mala infraestructura que tiene la Línea A del Metro y que el propio director del Sistema de Transporte Colectivo, Adrián Rubalcava Suárez, ha admitido al reconocer que es “apremiante” invertir en esa línea porque «está en alerta”, aunque también reconoció que pese a que se requiere “atención inmediata”, “es un presupuesto que hoy el Metro no tiene» para invertir.
Recordemos que cada que ocurren fuertes lluvias, desde la estación Guelatao hasta La Paz, se inunda, dejando sin servicio a millones de personas que tienen que ser evacuadas y sacadas de los trenes, teniendo que caminar hasta seis kilómetros —para recorrer las estaciones Peñón Viejo, Acatitla y Santa Martha— para encontrar otro transporte que los acerque a sus destinos, todo este trayecto, en medio de lodo, inundaciones de una mezcla de aguas negras y de lluvia.
También en esta temporada de lluvias de este 2025 se sumó la abertura de un socavón de de 4 metros de profundidad, 4 de largo y 2.5 de ancho el pasado 13 de agosto en los carriles centrales de la Calzada Ignacio Zaragoza a la altura de la estación del metro Canal de San Juan, que fue reparado hasta cinco semanas después, pero que durante los trabajos provocó que se entorpeciera aún más la circulación, generando un congestionamiento adicional de otros 30 minutos.
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