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A Fuego Lento

La comida AMLO-Slim: un 0.1% de sonrisas

Foto: Cuartoscuro

AMLO recibió al machuchón de machuchones Carlos Slim en su Palacio Nacional para una comida de esas en las que el poder político y el económico discuten sobre el destino del país en una mesa con pocas sillas arrimadas. Esto apenas mediodía después de que el presidente presumiera que la economía no se desfondó como auguraban los neoliberales. Por el contrario, hoy tenemos un 0.1% más que el trimestre pasado.

Pasadas las 2 de la tarde, Slim y uno de sus asistentes se escurrieron por los pasillos de Palacio y se enfilaron al edificio de la Presidencia, mismo que hoy alberga también el depa de la familia presidencial. Tratando de hacer el menor ruido posible para no alertar a los mirones profesionales estacionados de base, el magnate más rico de México solo se detuvo cuando una familia de turistas lo emboscó para pedirle una selfie.

Este no era el don Carlos que acudió al informe del pasado primero de julio en el Zócalo, cuando se dio un baño de pueblo y, sonrisa de oreja a oreja, atendió todas las peticiones de foto. Incluso ayudando a más de una orgullosa beneficiaria de las pensiones del bienestar que poco o nada le entendía a su celular. No, era el señor Slim, quien con mucho esfuerzo se tomó la primera y única selfie y puso pies en polvorosa antes de que más turistas pidieran el mismo favor.

En la mano, una bolsa de regalos de su propio Palacio: el Museo Soumaya. Un detallito cualquiera para Andrés Manuel. Su nuevo socio, junto a Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas, en el proyecto para conectar con internet gratuito a todo el país, porque por muy tetransformado que esté, todo México siempre será territorio Telcel. Así, el millonario entró en el edificio presidencial para una reunión más con López Obrador.

Dos horas después, Slim salió del inmueble y se enfiló al estacionamiento de Palacio. Al percatarse de la presencia de medios, a los que tomó por sorpresa por segunda ocasión en el día, hizo un gesto y se hizo el que no los ve ni los oye, siguiendo su camino. Que no fue el mismo por el que llegó, por cierto. Porque don Carlos entró por el frente, pero salió por atrás. Mañas que dan los años en estos asuntos de altos vuelos, tal vez.

Ya mañana, en las mañaneras, el programa número uno de la televisión humorística, se le podrá cuestionar al presidente sobre la comida, con menú y detalles, claro. Aunque hay que recordar que, la última vez que a Andrés Manuel se le fue la lengua hablando de sus reuniones privadas con el Mr. Monopoly, terminó derrumbándole las acciones a sus empresas porque no se pudo guardar el pequeño detalle de que, al parecer, el empresario planea retirarse este sexenio.

Por cierto que, una vez más, el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas calificó de ‘nada importante’ la agenda del día de Andrés Manuel. Habrá que imaginar los asuntos que trata el señor vocero en sus labores diarias para que una reunión con Carlos Slim sea algo ‘nada importante’. O tal vez solo fue su manera de parafrasear al eterno Porfirio Muñoz Ledo, quien elocuentemente le explicó a Diego Fernández de Cevallos que no es lo mismo tener reuniones secretas, que reuniones discretas.

¿QUÉ CELEBRA AMLO?

El crecimiento marginal de 0.1% del PIB en el segundo trimestre de este año reportado por el Inegi hace difícil alcanzar la meta de 2.5% previsto por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para 2019.

AMLO se defiende de los críticos que ven que México se encamina a la recesión y alude que los recursos están fluyendo hacia los jóvenes, los adultos mayores, al campo, etcétera, pero olvida a los demás sectores que no forman parte de los receptores de asistencia, a quienes no son beneficiarios de los programas sociales, los asalariados, a los comerciantes, a los que ofrecen servicios, en fin a quienes apremia que en el país se generen más empleos y con ello se incremente el consumo interno, lo cual favorece la producción.

Atrás deben quedar los discursos, las promesas. Muchos mexicanos, incluidos parte de los 30 millones que votaron por él, ya no pueden seguir escuchando que va a pasar esto, que va a suceder aquello. Hechos. Es lo que hace falta.

En el terreno de los hechos, el reciente anuncio del titular de Hacienda, Arturo Herrera, sobre el adelanto de licitaciones y obras por 400 mil millones de pesos y la explicación según la cual recesión no es sinónimo de crisis tiene un efecto contrapuesto, ya que si bien esa medida (contracíclica, la llaman algunos) tranquiliza al mismo tiempo es motivo de preocupación, ya que es un indicador de que lo que está pasando ya es algo más que una desaceleración.

Rosa Icela y la consulta sobre la Guardia Nacional

Dentro de dos o tres meses será posible hacer un corte de las actividades de la Guardia Nacional en la Ciudad de México. Dicho informe, será llevado a la opinión pública y la gente decidirá si la incursión de ésta en la capital, incluido el despliegue en el Metro, ha funcionado. Palabras más, palabras menos, fue lo que dijo este miércoles por la secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez.

Y es que además de defender a capa y espada la entrada de la GN al Metro (y a la GN en sí misma), la secretaria retó a los académicos que hablaban de violación a los derechos humanos para que dijeran en que artículo se sustenta lo que dicen: «Que nos señalen exactamente cuál es el artículo violatorio (sic), porque no es así», les dijo.

Por videos y fotos se puede ver a dichos elementos de la Guardia Nacional con armas largas, por su puesto letales. La secretaria se remitió a decir que esas son las armas que tiene la Guardia Nacional, es decir, son parte de ellos y así vienen, por lo que no se puede contravenir.

Pero todo está discusión pierde sentido, según ella, pues total: «Hoy ya no están y no sabemos cuándo pueden estar nuevamente».

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