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A Fuego Lento

¿El presidente no debería estar al tanto de esto, señor canciller?

Presidente Canciller AMLO
Foto: Cuartoscuro

Este miércoles Andrés Manuel tuvo que tocar el tema de Trump y sus amenazas por un encontronazo entre marinos mexicanos y oficiales estadounidenses. Aunque el presidente se mostró impactado al conocer los hechos, el canciller Marcelo Ebrard asegura que se trata de un incidente menor, tanto que ocurrió hace 10 días sin que nadie hiciera mayor alharaca.

Como ya es una costumbre, Trump publicó sus incendiarios twitts minutos antes de la mañanera y al preguntarle a Andrés Manuel, como ya también es costumbre, intentó minimizar el tema diciendo que el twitt no iba por ahí. Sino que se refería a las detenciones de migrantes centroamericanos en la frontera sur.

Quien entró al quite fue Jesús Ramírez. Aunque en promedio tarda entre 5 y 15 minutos en encontrar las presentaciones que Andrés Manuel pide en las mañaneras, si las encuentra, esta vez el vocero tenía listas impresión y traducción del twitt. Al leerlo, el presidente, sus ojos saltados y su rápida y atropellada respuesta no pudieron ocultar el sobresalto.

Sin embargo, quien actuó con envidiable calma fue el canciller Ebrard. No solo defendió, por medio de un comunicado, que el que marinos mexicanos apuntaran sus armas a tropas estadounidenses fuera un incidente menor. Sino que la resolución del conflicto fue tan rápida que no le dio más importancia. Por lo que, en 10 días, no se le ocurrió comentarle el hecho al presidente.

El choque ocurrió, de acuerdo con Ebrard, el pasado 13 de abril y de inmediato se logró una solución entre las autoridades a ambos lados de la frontera, aunque Trump haya usado el hecho para su rabieta digital. La cual incluyó señalar a las Fuerzas Armadas, la institución más ejemplar del Estado mexicano de acuerdo con Andrés Manuel, de proteger narcotraficantes.

El canciller estaba al tanto, el vocero estaba listo y el presidente ni enterado. ¿No hay un error en la pirámide de comunicación del gobierno federal? Entre esto y la carta al rey de España que Ebrard parece haber ni olido por la SRE, uno pensaría que la comunicación entre las dos caras del Estado mexicano ante el mundo no marcha del todo bien. Pero, como aconsejó Marcelo y otros más, «paciencia y prudencia».

La muerte en el Metro y el silencio de Sheinbaum y Godoy

Vaya noticia la que dio el Metro de la CDMX. Sí, la de la mujer que sufrió un infarto cerebral. El lamentable caso se dio en febrero pero no fue sino hasta el 23 de abril que se corrió por toda la prensa nacional. Las preguntas son muchas, pero una central es si las máximas autoridades capitalinas estaban enteradas.

Sí no sabían del caso, malo; pero sí sabían y no habían actuado, peor. Juzgue usted.

1.- Un grupo de reporteros que cubre directamente a la procuradora Ernestina Godoy, cuestionó a la funcionaria y ella respondió que la investigación ya estaba y que si el caso no tuvo cobertura mediática no fue asunto que estuviera en sus manos.

2.- La jefa de Gobierno comentó que ella también estaba enterada del suceso desde febrero, y que al momento ordenó el cambio de los protocolos de seguridad, así como la revisión de los hechos con el fin de encontrar a los culpables.

3.- Pero entonces, por qué hasta que se difundió el caso en los medios se habló de ajuste de protocolos de actuación y de separar del cargo a la jefa de la estación Tacubaya, donde ocurrió la torpeza que concluyó con la muerte de la usuaria.

Como en todo, hay malintencionados que se preguntan si no se trató de proteger a la directora del Metro, doña Florencia Serranía, quien de por sí no es nada popular entre los trabajadores de ese sistema de transporte.

La “poderosa” acreditación presidencial

Esta semana, en una de las secretarías, cuyas instalaciones principales se encuentran en el centro de la CDMX y donde antes contaban que te revisaban de pies a cabeza para evitar que ingresaras elementos que pudieran representar algún riesgo, hoy algunos reporteros entran con la confianza máxima con solo mostrar la acreditación del medio.

Sin embargo, no faltó el “descuidado” que, ante la carencia de la identificación del medio, sacó la “poderosa” acreditación presidencial. “Fíjese bien, ahí viene mi nombre y ahí el medio”, insistía un reportero a una de las personas que llevaba el registro de asistencia para entrar a la conferencia.

Finalmente, el reportero se registró y estuvo presente. AMLO dijo a sus candidatos que nadie debía usar su nombre en campañas… pero no dijo nada sobre su fuente. Y es que no es la primera vez que algo así sucede pues basta recordar que ciertos personajes de internet le han sacado provecho también.

¿Qué es la nueva acreditación de la fuente? Quizá para algunos la nueva fe de bautizo.

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