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El PAN ya la ve perdida, de PRI y PRD ya ni hablemos

Foto: Cuartoscuro

Por más que Marko Cortés asegure que la mayoría de Morena llegará a su fin este 6 de junio, lo cierto es que las encuestas muestran lo contrario. Las mismas cúpulas del PAN deben estar al tanto de esto, lo que explicaría su curiosa estrategia electoral para asegurar que algunas de sus principales fichas logren aunque sea un campito en la Cámara de Diputados ante lo que ya se perfila a ser otra avalancha electoral en favor de ya saben quién.

El PAN sorprendió con su estrategia electoral al abrir sus puertas a figuras que se habían alejado del partido, como Margarita Zavala, o incluso a externos que solo habían militado en partidos antagónicos a este, como Gabriel Quadri. Estos casos son representativos ya que competirían en la Ciudad de México contra figuras populares de Morena como lo son los diputados Javier Hidalgo y Pablo Gómez, quienes buscan la reelección.

No conformes con lanzarlos a la competencia por distritos, es decir a diputaciones uninominales, el PAN los incluyó también en su lista plurinominal de la cuarta circunscripción electoral, compuesta por Guerrero, Morelos, Puebla, Tlaxcala y la capital de la República. En el mismo listado aparece el nombre de Santiago Creel, quien, dicen las malas lenguas, las de los panistas, que ya está cantado como próximo líder de la bancada en San Lázaro.

En general, la caballada del PAN va por la vía plurinominal. El secretario general del partido, Héctor Larios; el cacique capitalino Jorge Romero; Enrique Vargas del Villas, exalcalde de Huixquilucan y la carta fuerte para la gubernatura del Estado de México en 2023, también aparecen en listas. Mientras que en los distritos harán campaña otras figuras como el clavadista Rommel Pacheco en Yucatán.

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El hecho de que el PAN tenga que recurrir a atiborrar sus listas plurinominales aún con candidatos que ya disputan un distrito habla de que la cúpula azul ve difícil la competencia a nivel de tierra con Morena, por lo que no queda más que apostar a la representación proporcional con miras a que así se puedan atrincherar en San Lázaro. Una estrategia “interesante” ya que, ni logrando las 200 diputaciones plurinominales, lo que es imposible, le harían sombra a Morena.

En 2018, cuando hizo alianza con PRD y MC, el PAN logró 10 millones 33 mil votos a la Cámara de Diputados, menos de la mitad de los que sumó Morena, lo que representó alrededor del 17 por ciento de la votación. Esto le permitió sumar 41 diputaciones plurinominales a las 40 que ganó por la vía uninominal, además de que lo consagró como la primera fuerza de oposición, si se le puede llamar así, a la maquinaria que encabeza López Obrador.

Pero, si así está el PAN, ¿cómo estarán sus aliados de Va Por México? La coalición electoral contempla candidatos comunes en 219 distritos. De estos, 77 son para miembros del PRI, 70 para el PRD y los 72 restantes para Acción Nacional. En los otros 81 distritos federales cada uno va por su cuenta. Como también cada uno manda su propia lista de plurinominales para las cinco circunscripciones electorales.

Así, quienes voten por el PRI en Campeche, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Yucatán o Quintana Roo, estarán votando indirectamente para que Alito Moreno, el presidente tricolor; Eduardo Murat, hermano de Alejandro; o Pablo Gamboa Miner, hijo de Gamboa Patrón, lleguen a San Lázaro. Lo mismo para Rubén Moreira o Ildefonso Guajardo con quienes voten en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí y Querétaro.

Pero, volvamos al 18. Aquella vez el PRI sufrió su descalabro histórico y solo alcanzó unos nueve millones 271 mil votos a la Cámara de Diputados, casi un millón menos que el PAN. Aunque apenas ganó en siete distritos electorales, su más del 16 por ciento de la votación total le valió unos 38 plurinominales. Pese a estos resultados, hoy los tricolores lideran la coalición que supuestamente le quitará la mayoría a Morena y satélites, que actualmente son cinco partidos.

Y el PRD, pues es el PRD. Para la LXIV Legislatura no alcanzó ni los tres millones de votos y, aunque ganó dos distritos más que el PRI, solo recibió 12 plurinominales producto de su raquítica votación. Pero en esta ocasión seguro se recuperan con candidaturas como la de Rocío Banquels por Tlalpan. O tal vez no. Quizás por eso ni a las listas de plurinominales se encomendaron, teniendo como su caballito de batalla a Luis Espinoza Cházaro, un alfil de Los Chuchos.

Así va a llegar la oposición a su cita con el destino este 6 de junio. Con sus dos principales “referentes” teniendo que buscar refugio en las listas de plurinominales, uno de los componentes de la política que tiene más asqueada y harta a la población. Lejos de pelearle la mayoría a Morena, PAN y sobre todo PRI y PRD tendrán que cuidarse de que partidos morralla como Redes Sociales Progresistas y Fuerza Por México no les coman el mandado.

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