‘El imperio de los sentidos’ de Nagisa Ōshima vuelve tras 15 años a Cineteca Nacional

Después de 15 años, la Cineteca Nacional vuelve a proyectar la película más polémica del director japonés Nagisa Ōshima, El imperio de los sentidos (Ai no korida o korida, 1976) y una de las más censuradas en todo el mundo, en una función por día desde este viernes 11 al jueves 17 de octubre.

El filme, estrenado en mayo de 1976 en la Quincena de Realizadores del 29 Festival Internacional de Cine de Cannes, sólo se ha presentado en las instalaciones de la Cineteca Nacional en tres ocasiones, una cada quince años: octubre de 1999 y en noviembre-diciembre de 2004 dentro de un ciclo titulado Trasgresiones, en el que compartió cartel con Vizi privati, pubbliche virtú (Vicios privados virtudes públicas, de Miklós Jancsó, que también estuvo en aquella legendaria edición de Cannes. Y con la cinta de Michael Haneke, La pianista, que se proyectó en función especial luego de que Elfriede Jelinek ganara el premio Nobel de Literatura 2004 (15 años después lo obtiene otro austríaco Peter Handke).

El imperio de los sentidos, título que le puso el legendario productor francés Anatole Dauman, de Argos, para occidentalizar la obra del maestro japonés, está basado en una historia que ocurrió en Tokio en 1936, en torno a los amantes, Sada Abe y Kichizo, que trasgredieron los límites de su pasión, y él terminó estrangulado y emasculado. Ella apareció tres días después en la calle con los genitales en la mano.

Desde su estreno ha sido catalogada como una obra maestra por gente como el escritor surrealista André Pierre de Mandiargues, Dominique Aury o los mexicanos Jorge Ayala Blanco, Tomás Pérez Turrent y Gustavo García a pesar de sus restricciones para verla en las pantallas de México y el mundo.

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El filme está protagonizado por Eiko Matsuda (Sada Abe) y Tatsuya Fuji (Kichizo). El decorado y el vestuario lo hizo Jusho Toda, quien se convirtió en clave en la estética de las películas de Ōshima. La fotografía estuvo a cargo de Hideo Ito, la iluminación, Kenichi Okamoto, el sonido Tetsuo Yasuda, el montaje Keiichi Uraoka y la música Minoru Miki, con cantos tradicionales de Japón.

La película, que circuló en México casi de manera clandestina según Tomás Pérez Turrent desde 1978, no tuvo estrenó real sino hasta casi una década después, en 1985, gracias a Gustavo Alatriste, casado de 1961 a 1967 con Silvia Pinal y productor de tres de las películas más famosas de la etapa mexicana de Luis Buñuel, protagonizadas por la actriz: El ángel exterminador, Simón del Desierto y Viridiana.

Como en muchas partes del mundo, la cinta apenas se exhibió en México y después de su estreno apenas volvió a las salas del Centro Cultural Universitario de la UNAM en 1992, con gran expectativa del público que hizo largas filas para poder verla o volverla a ver, aunque durante las primeras secuencias con escenas de sexo explícitas y en close ups memorables muchos abandonaron las salas.

Ahora la Cineteca Nacional retoma la obra de uno de los grandes cineastas de todos los tiempos, de quien acaba de presentar Taboo (Gohatto, 1999) en el ciclo cine japonés que acompaña la exposición Pasajero 21. El Japón de Tablada en el Palacio de Bellas Artes dedicado al poeta José Juan Tablada.

Ōshima (Kioto, 1932-Fujisawa 2013) es autor de grandes obras maestras como las ya mencionadas, además de El imperio de la pasión, Feliz Navidad Mr. Lawrence, con David Bowie, o Max, mi amor.

Las funciones están programadas en la sala 2 a las 20:30 horas para el viernes 11, lunes 14, martes 15, miércoles 16 y jueves 17 de octubre; a las 17:30 el sábado 12 y a las 15:30 el domingo 13. Aparte sus boletos, porque tal vez se agoten más que los de la película Guasón, con que comparte marquesina.