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Internacional

Diamond Princess: de una aventura a un confinamiento

Diamond Princess: de una aventura a un confinamiento

El viaje estaba en curso, el barco que a un costado luce el nombre Diamond Princess rompía las olas y surcaba el mar hacia su próximo destino, Yokohama. Habiendo recorrido Okinawa y Kagoshima, hicieron un desembarco en Hong Kong las personas del crucero que alberga a unas 3 mil 700; este fue el factor determinante para la crisis que se viviría después.

Un virus en Wuhan, China, se esparcía rápidamente, primero por la ciudad, posteriormente por toda la región. Ciudades comenzaron a cerrarse en la provincia de Hubei, sin embargo, esto no detuvo que la enfermedad respiratoria se propagara incluso más allá de las fronteras del gigante asiático; Hong Kong comenzó a contabilizar personas infectadas.

Ante la creciente cifra de afectados por el coronavirus (un día eran 100 infectados y al otro 150 o 200), barcos, puertos, y países enteros entraron en alerta. Mientras tanto, las personas regresaron al Diamond Princess tras la parada en la ciudad semi autónoma de China, no obstante, uno de los pasajeros comenzó a presentar síntomas similares a las que provoca la enfermedad, como son fiebre y tos. El hombre hongkones de 80 años alertó a la tripulación casi a su llegada a Japón, por lo que el capitán del navío dio aviso.

El 3 de febrero el puerto de Yokohama inmediatamente cerró para el barco británico de unos 290 metros de largo y 36 metros de ancho, construido en tierras niponas. Tras ello, se puso en cuarentena y todas las personas a bordo pasaron a ser encerrados en los camarotes para evitar que este virus se propagara entre ellos, una medida que se realizó tarde pues la infección ya había alcanzado a varios.

Luego de que médicos arribaran a la embarcación y comenzaran a analizar muestras, se dio a conocer que 20 personas estaban contagiadas. 4 son japoneses, dos estadounidenses, dos canadienses, un neozelandés y uno más taiwanés, todos con edades por arriba de los 50-70 años, mientras tanto en el mundo exterior al Diamond Princess, ya habían más de 20 mil personas contagiadas y los primeros casos fuera de China, como en Japón, ya contabilizaban 45 infectados.

Actividades que se pueden realizar en el barco, como una fiesta llamada «Festivales del Mundo», donde se muestran tradiciones de diversas culturas, exposiciones de arte, conciertos, nadar en la piscina o el jacuzzi, acudir a la zona de deportes, acudir a obras musicales o tan solo apreciar las estrellas durante la noche, fueron suspendidas para dar paso a un confinamiento a los turistas que buscaban una experiencia dentro del crucero y limitarse a obedecer órdenes de los médicos, quienes aún continúan analizando a los presentes a 13 días de detener motores.

A 3 días de que culmine la cuarentena, a 72 horas de posiblemente poder ver más allá de una habitación (y con suerte a través de una ventana), sin permiso a poder salir pues como narró una pareja de mexicanos que viajaban en el barco, «es como estar en prisión» debido a que únicamente han abandonado la habitación en dos ocasiones, ya se contabilizan 355 personas contagiadas, no obstante diferentes gobiernos buscan rescatar a sus ciudadanos para evitar que continúe la propagación y atenderlos en sus respectivos países.

La empresa ha informado que reembolsará todos los gastos a los pasajeros, pero no se ha dicho nada sobre una indemnización para los cruceristas. El costo del viaje solo en el barco va de 500 a 2 mil dólares, sin embargo, salir de ese lugar, que terminó convirtiéndose en una «prisión», comienza a ser el día más esperado para aquellos que abordaron para despejar su mente y relajarse.

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