Así influyó la Revolución Mexicana en la gastronomía nacional

México es un país pluricultural en donde convergen un sinfín de variedades que van desde el arte e ideologías hasta la comida con todas sus variables.

Y justamente la gastronomía mexicana ha sido reconocida a nivel mundial por su exquisito sabor y la cantidad de ingredientes que derivan en los tradicionales platillos mexicanos.

Muchos de los platillos tradicionales tienen sus orígenes en comidas prehispánicas, sumados a los ingredientes traídos de España durante la conquista.

Pero, a propósito de los festejos, hablaremos de la comida típica surgida en la época de la Revolución Mexicana, que inició en 1910.

De acuerdo con la publicación Food and Travel, las soldaderas mexicanas de la Revolución, más conocidas como ‘Adelitas’, tuvieron un gran valor para el desarrollo del movimiento, manteniendo sanos y alimentados a los combatientes e incluso tomando las armas.

Entre las filas de revolucionarios cargados de armas y municiones, estas mujeres acudían con ollas y metates para preparar las gorditas, antojitos, los caldos y los atoles de ciruela y elote, endulzados con piloncillo, el favorito de Emiliano Zapata, destaca la publicación.

Las preparaciones e ingredientes también variaban dependiendo la región: mientras que en el norte como Sinaloa, Sonora y Baja California la dieta se basaba en trigo, carne seca y mariscos, en los estados del centro del país, adaptaron sus comidas con jumiles, ranas y charales.

Las anécdotas populares norteñas hablan de la creación del burrito, siendo éste un producto de un vendedor de comida quiso aportar apoyo al ejército y preparó tortillas rellenas de carne, arroz y frijoles, y que repartió a bordo de su fiel burro, definiendo de este modo el nombre.

La discada es otro de los platillos derivados de esta epóca y típica del norte del país, mezcla de res, tocino, jamón, chorizo, cebolla, chile jalapeño y tomate guisados en un disco de arado.

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