Divina, el centro nocturno que se prepara para la “nueva normalidad”

Desde que entras las lámparas color neón te dan la bienvenida, así como una escalera que te dirige hacia un salón muy grande, donde cientos de personas ya bailan piel con piel y donde la música te invita a unirte a ese grupo numeroso de chicos.

En frente de ellos, el dj mueve su consola y hace sonar las mejores canciones de las divas del pop de México y el mundo, que han hecho moverse a más de uno en las fiestas tecno. Casi al inicio del vestíbulo te topas con una barra de bebidas que, por lo regular, tiene descuento de precio.

Si te abres paso entre la multitud y caminas más al fondo podrás encontrar una terraza, la cual cuenta con su propia barra para que no camines hasta la entrada del club y disfrutes de tu bebida, mientras observas desde ahí la Plaza Garibaldi.

Sí, así era antes Divina, el centro nocturno ubicado en Eje Central Lázaro Cárdenas 43, alcaldía Cuauhtémoc. Al día de hoy, a causa de la pandemia, la música y las luces rojizas y verdes se encuentran apagadas; sus bailarines estrella, las drags y los gogos ya no animan el antro.

“No estamos generando ingresos, es muy difícil para todos podernos mantener. Hay muchas personas que tienen otro empleo, otro tipo de ingresos por cualquier cosa, nosotros en este caso no”, señala Robin Castañeda, gerente del club nocturno Divina para La Hoguera.

Destaca que, así como ellos, muchos de los negocios, bares y antros ubicados cerca del Centro Histórico pasan por la misma situación, y que al no generar ingresos, algunos de sus empleados se han visto afectados ya que no tienen con que mantener a su familia, a sus hijos.

“Yo por ejemplo no tengo hijos pero pago renta, me mantengo yo solo, pagamos cosas de la universidad y es muy difícil hacerlo sin un empleo”, menciona Castañeda, con su voz algo cansada.

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Respecto a sus ganancias, asegura que bajaron al ciento por ciento a causa de este virus que se ha propagado por casi todo el mundo. “Es como si tú fueras dueña de Coca Cola y no vendes en ningún momento, de hecho pierdes más de lo que generas, son muchas pérdidas y cero ganancias”, ejemplifica.

Divina, definido por muchos como un lugar incluyente y un espacio en donde te puedes sentir bien y seguro, no ha despedido a ninguno de sus 27 empleados (bartenders, meseros, garroteros, personal de limpieza y seguridad), comenta Robin, pues a pesar de la crisis pandémica, todos son muy unidos.

“Contamos con el mismo personal a pesar de todo, incluso ellos entienden la situación y de hecho, antes, cuando se necesitaba algo todos estábamos ahí para apoyarnos, somos como una familia”, recalca.

Antes de la pandemia, al club diariamente acudían cerca de 600 personas para divertirse, ya contando terraza y teatro. La afluencia era más los viernes y los sábados, pero principalmente cuando se celebra el Pride, así como algunas festividades como 14 de febrero y Haloween. Actualmente su persiana está cerrada, como muchos de los centros nocturnos que hay en la Ciudad de México.

Debido a que el panorama todavía es incierto en México, pues los casos de coronavirus y muertes siguen aumentando y el semáforo sigue en rojo en la capital, muchos antros y bares no saben cuál va a ser la respuesta por parte del público, ni conocen a ciencia cierta las medidas a deben seguir.

Según autoridades del sector salud, las actividades comerciales se irán reactivando cuando el semáforo de la “nueva normalidad” lo indique, el color amarillo es el indicado para actividades no esenciales en lugares cerrados, con la limitación indicada.

Robin asegura que ya se preparan para poder operar, claro siempre siguiendo las medidas sanitarias que les impongan. Adelanta que según las indicaciones, Divina podría operar en la “nueva normalidad” solo con una capacidad del 30%, o sea solo con 180 personas. “Es muy poca pero bueno”, resalta.

Asegura que cuando Divina reabra todos los empleados utilizarán cubrebocas, guantes y se asegurarán que se mantenga la sana distancia entre bancos, además de estas indicaciones platica que ellos planean colocar a alguien en la entrada para revisar la temperatura.

“Nosotros de por sí contamos con dos paramédicos que se dedican a dar vueltas dentro del antro, por cualquier cosa, por si alguien se corta o si le pasa algo, siempre estar muy pendientes”, destaca.

Robin Castañeda sabe que los bares y clubes nocturnos son de los últimos negocios que van a abrir en el país, más en la capital; sin embargo, no pierde la esperanza de que pronto acabe esta pandemia y disminuyan los casos de Covid-19. “Esperaremos a que nos den luz verde, pronto volveremos a estar todos juntos”, finaliza.

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