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Cultura

‘¡Qué viva México!’ une a Eisenstein y Silvestre Revueltas

 
La película ¡Qué viva México!, del cineasta Serguei Eisenstein, podrá verse este sábado 26 de octubre, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, con música de Silvestre Revueltas, interpretada en vivo por la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh).
 
El legendario filme que ha influido en cineastas desde Emilio, Indio, Fernández, hasta el inglés Peter Greenaway, se proyecta en la versión de 1979 de Grigori Aleksandrov, como un ejercicio cinematográfico-musical ideado por la productora musical Annette Fradera y Eduardo García Barrios, titular del Sistema Nacional de Fomento Musical.
 
Apenas el martes pasado la proyección se presentó con gran éxito dentro de los espectáculos del 47 Festival Internacional Cervantino, en la Alhóndiga de Granaditas, en la ciudad de Guanajuato. La función en Palacio de Bellas Artes, a las 19 horas, tendrá precios de 80 a 30 pesos.
 
Dirigidos por García Barrios, los 114 jóvenes instrumentistas interpretaron pasajes de más de 15 obras de Silvestre Revueltas, entre ellas, Janitzio, Sensemayá, La noche de los mayas, Homenaje a Federico García Lorca, Esquinas, Danza geométrica, Ventanas y Música para charlar, en una simbiosis con la estética visual y narrativa de Eisenstein.
 
En 2015, la OECCh ya había participado en el Proyecto Chaplin que se presentó en el Festival del Centro Histórico, y en 2017 musicalizó en vivo Nosferatu, clásico del cine mudo expresionisa alemán de Friedrich Wilhelm Murnau, en el Centro Nacional de las Artes.
 
Según, Fradera, quien trabajó en la curaduría de la música de Revueltas con García Barrios, el objetivo es realizar una simbiosis estética de dos idearios artísticos trascendentales para el arte nacional y la visión de “lo mexicano”.
 
A juicio de los artistas, se trata de una conjugación casi orgánica de la narrativa fílmica del cineasta con la música del compositor nacido en Santiago Papasquiaro, Durango.
 
Tanto para Fradera como para García Barrios esta banda sonora es un experimento que permite unir el universo de ambos creadores, en cuya búsqueda artística converge la expresividad, el dinamismo y la teatralidad.
 
El filme de 100 minutos, con guion de Eisenstein y Aleksandrov, fotografía de Gabriel Figueroa y Eduardo Tisse, fue una producción Estados Unidos, México y URSS, y empezó a filmarse en 1930.

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Eisenstein dejó, sin querer, un material fílmico que ha desatado un sinfín de debates académicos y creativos, derivando en diversas conjeturas, pues es preciso señalar que a él ya no se le permitió editar los rollos que filmó, por su conflicto financiero con Upton Sinclair y el requerimiento gubernamental de Stalin para regresar a la entonces URSS, expresó Fradera, citada en las notas distribuidas para prensa.
 
“La creación de la banda sonora es otro de los experimentos o ejercicios que dejó abierto la no conclusión de este proyecto titulado desde su concepción ¡Qué viva México!, ésa sí es una idea franca de Eisenstein; lo demás, son aproximaciones”, expresó Annette Fradera.
 
Sobre el porqué elegir la música de Revueltas para esta banda sonora, García Barrios subrayó que su música se puede conjugar de manera orgánica con la cinta porque el compositor tenía un profundo conocimiento de la música tradicional, incluso algunas de sus piezas requieren instrumentos autóctonos como los cascabeles, el tunkul y el caracol.
 
“Ideológicamente fue un artista posrevolucionario, un compositor extremadamente visual y teatral”, señaló García Barrios.
 
La exhibición cinematográfica en Bellas Artes se realiza con el apoyo de la Cineteca Nacional.

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