Prohibiciones en el mundo por el hecho de ser mujer

La historia se ha escrito de tal manera que se considera al hombre como el sexo fuerte y por el contrario la mujer es más frágil, menos capaz, incluso menos inteligente y además, esa diferencia se ha tomado como algo que se da por naturaleza cuando en realidad es una construcción social de la identidad de género y con base en ello, el hombre ha permanecido como protagonista en la toma de decisiones políticas, sociales y culturales, dejando las tareas del cuidado del hogar, los hijos y la satisfacción sexual del varón a cargo de la mujer durante mucho tiempo.

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En el siglo XVIII, el renacimiento trae inconformidad y surge la ilustración de manera principal en Francia, un movimiento intelectual que promueve la igualdad social de las personas, todos somos iguales sin importar la clase social. Llega la revolución francesa y surge la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pero no menciona a la mujer.
Es entonces cuando surgen Olympe de Gouges, quien presenta la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, en donde habla sobre los principios como la dignidad y el reconocimiento de derechos y libertades de toda mujer, y Mary Wollstonecfrat, quien publicó el libro Vindicación de los Derechos de la Mujer, proponiendo que la mujer recibiera los mismos tratos que el hombre en cuestiones de educación, derechos políticos y trabajo.

En el siglo XIX, el 8 de marzo de 1857 las obreras de la industria textil y de la confección realizaron una gran huelga en Nueva York exigiendo el derecho al trabajo y que sus garantías en condiciones de trabajo fueran más humanas. Al mismo tiempo, 180 trabajadoras murieron quemadas en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York. Los dueños de la fábrica habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga, en un incendio que fue atribuido al dueño como una respuesta a dicho movimiento.

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En 2017 se comienza a hablar sobre la violencia política contra la mujer por el temor de que las mujeres llegue al poder y romper con un sistema patriarcal que hasta ahora se ha permitido, lo que trajo el protocolo para atender la violencia política contra las mujeres y que habla sobre qué es la violencia política contra las mujeres y cuáles son las instituciones competentes para brindar atención y a que están obligadas.

En pleno siglo XXI existen leyes discriminatorias contra las mujeres que les niegan derechos como la libertad de movimientos, el derecho de acceso a propiedades o incluso a la educación. ¿Sabes qué tenemos prohibido hacer las mujeres en algunas partes del mundo?

Educación
En Afganistán no pueden estudiar, usar cosméticos ni reír en voz alta; en China y en Irán no pueden elegir qué carrera estudiar, en su mayoría relacionadas con la ingeniería.

Trabajo
En Francia, las mujeres no pueden trabajar en tareas que supongan levantar más de 25 kilos, un peso equivalente al de un niño de cinco años. En Argentina, tienen prohibido trabajar como maquinistas, cargar y descargar barcos o vender bebidas alcohólicas. En Rusia, asciende hasta los 456 empleos la lista de trabajos que no pueden ejercer las mujeres. Además, los maridos pueden prohibir de forma legar trabajar a sus mujeres en 18 países del mundo.

Conducir
En Arabia Saudí las mujeres no pueden conducir vehículos porque en caso de avería habría riesgo de relacionarse con varones.

Turismo
En su mayoría templos y lugares sagrados prohíben el acceso a mujeres o les imponen ciertas restricciones. Por ejemplo, la cumbre del monte Omine en Japón considera según el sionismo, que una mujer puede distraer a los peregrinos hombres de sus deberes ascéticos. La playa de Mlimadji en las Islas Comores, la tumba del santo Sufí del Siglo XV, Pir Ají Ali Bukhari, en el templo Haji Ali Dargah en India; el monte Athos en Grecia en donde ni siquiera las mascotas hembra pueden entrar; o el museo Te Papa en Nueva Zelanda en donde no pueden entrar mujeres si están menstruando.

Ser considerada una figura legal completa
En Yemen, el testimonio de una mujer en un juicio no tiene el mismo valor que el de un hombre y solo es aceptado si la mujer está involucrada en el caso o cuando el acto haya sucedido en un lugar segregado. En caso de un asunto financiero, el testimonio de la mujer vale la mitad que el del hombre. También en Irán, el testimonio de una mujer debe apoyarse por dos hombres para ser válido. En Chile, la mujer no puede ser titular de la custodia conjunta de bienes de su matrimonio, solo puede serlo el marido.

Divorciarse
En Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Marruecos, Irán, India, Afganistán o Israel, las mujeres no tienen el mismo derecho que los hombres para poder divorciarse y, si lo hacen, los hombres disfrutarán de ventajas en relación con la custodia, reparto de bienes, etc.

Heredar
No solo títulos, porque en su mayoría estos se heredan entre padres e hijos varones independientemente de que sea el primogénito o no, también herencias familiares. En Nepal, por ejemplo, las mujeres sólo pueden heredar de sus padres si están solteras. En países africanos como Uganda o Malawi, las mujeres sólo son titulares de la tierra a través de los hombres de su familia (marido, hermanos, padre, hijos) lo que frena su empoderamiento. En Túnez e Irán, las mujeres solo tienen derecho a heredar determinado porcentaje de los bienes, por supuesto, mucho menor al que tienen derecho los hombres.

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Lo anterior, tan solo son algunos ejemplos, pero se pueden añadir más a la lista de prohibiciones como el hecho de que las mujeres no pueden hacer sushi ni tienen permiso para entrar en ciertos bares y hoteles de países como Italia o Japón; en Arabia Saudí no pueden operarse ni viajar sin el consentimiento de su tutor masculino; en Irán no pueden ir a los estadios de futbol porque los hombres van en pantalón corto.

La imagen de la mujer no es igual a la del hombre en casi ningún país del mundo, ni siquiera en aquellos que consideramos desarrollados y según el Foro Económico Mundial esta situación va a continuar así al menos durante los próximos 118 años si no trabajamos en conjunto para lograr el empoderamiento de las mujeres y sensibilización de la perspectiva de género, porque sin igualdad plena es imposible que la sociedad pueda desarrollarse de una forma plena.

Por: Regina García