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Cultura

¿Por qué se comen tamales el Día de la Candelaria en México?

Foto: Cuartoscuro

Comer tamales el 2 de febrero por el día de la Candelaria es una tradición en México, siendo una muestra más del sincretismo cultural que con el paso de los siglos ha dado pie a lo que hoy es el país.

El 2 de febrero se celebra a la Virgen de la Candelaria. En el año 494, el papa Gelasio I mandató cancelar la celebración de la Lupercalia, que celebraba a Fauno Luperco, dios de la mitología romana, o Pan para darle un significado católico de esta festividad y conmemorar con ella la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén.

Dicha conmemoración fue trasladada a México a partir de la colonización por parte del imperio que más tarde daría pie a la formación de España y se mezclaría una celebración prehispánica que transcurría de manera similar en el calendario gregoriano.

De acuerdo con el Museo de Culturas Populares, el tamal se inscribió como parte del Día de la Candelaria debido al uso ceremonial que tenía para los mexicas durante el Atlcahualo.

Johanna Broda, doctora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIH-UNAM), menciona en uno de sus artículos que, dicho mes, correspondiente a febrero, estaba dedicado al dios Tláloc por parte de los mexicas. Del 12 al 3 de marzo, aproximadamente, «se le hacían ofrendas de mazorcas de maíz para la siembra proveniente de la cosecha anterior» y también sacrificios de niños.

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Por su parte, Ángela Varelo agrega que la celebración se hacía también en honor a la diosa del agua Chalchiuhtlicue y a Quetzalcóatl, ofrendándoles también tamales, mientras que las habitantes mexicanas ayunaban solo comiendo este alimento y tomando agua.

La tradición indica que los tamales son hechos o puestos por quienes tienen la suerte de encontrar al muñeco dentro de la rosca. Esto, menciona Carmen Anzures y Bolaños, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),podría tratarse de algo ancestral que responde a la Ley de Moises para dar gracias por la salvación de los primogénitos hebreos ante el paso del Ángel Exterminador.

Entonces, en lugar de tamales, los judíos debían presentar a sus primogénitos en el templo y sacrificar un par de palomas blancas 40 días después del nacimiento del menor, mismo lapso que pasó entre el 25 de diciembre, fecha en que habría nacido Jesús, y su presentación en el templo.

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