Estados
Pecados de sus amigos: Escándalos de los secretarios de Peña
El sexenio que termina se ha visto envuelto en una serie de escándalos y malas decisiones, no solo por parte del presidente, sino también de su grupo más cercano de colaboradores que integran o integraron el gabinete del Ejecutivo nacional. A unos días de que este grupo abandone por completo el poder de la nación, La Hoguera rememora a algunos de sus integrantes y los escándalos que cimbraron sus respectivas administraciones.
Luis Videgaray
Al inicio de la administración, Enrique Peña Nieto tenía al mando a varios “hombres fuertes” en su gabinete. Sin embargo, con el paso del tiempo, aunque se seguía trabajando en la promoción de la imagen presidencial, se vislumbró que su mano derecha y consejero era el entonces secretario de Hacienda, quien comenzó a ser visto como el verdadero coordinador del gabinete y firme candidato para ser ungido para la siguiente postulación presidencial por parte del Revolucionario Institucional.
Aunque había enfrentado ya el escándalo de Grupo Higa, el cual supuestamente le habría proporcionado su propia “casa blanca” como la del presidente, su salida del gabinete presidencial se debió a la promoción que hizo Videgray para que Donald Trump, aún como candidato presidencial, visitara México y fuera recibido con todos los protocolos diplomáticos, pese a la negativa de Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong, responsables entonces de Relaciones Exteriores y Gobernación, respectivamente.
La visita fue controvertida. Causó un sinfín de preguntas y críticas al titular del Ejecutivo nacional por aportar puntos a la campaña del entonces candidato republicano. Finalmente, fue develado a la luz pública quién había orquestado la reunión del candidato estadunidense con el presidente Enrique Peña Nieto, por lo que la presión interna y social llevaron a Videgaray a renunciar a su cargo. El posterior triunfo de Trump sería una de las razones por las que jamás volvió a tener la misma presencia política, aunque en varias ocasiones el mandatario estadounidense se ha referido a él en buenos términos.
Miguel Ángel Osorio Chong
Junto a Luis Videgaray, el secretario de Gobernación parecía, incluso por tradición priista (que el sucesor fuera el titular de la Segob), otra de las opciones naturales para suceder al presidente Enrique Peña Nieto. Su calma para afrontar los cuestionamientos ante los medios y el descenso en las cifras en materia de homicidios y delitos durante los primeros dos años del sexenio, junto a las nuevas facultades delegadas en materia de seguridad, comenzaron a forjar su importancia y asentarlo en su cargo.
El ex gobernador de Hidalgo comenzaba a aparecer como un “supersecretario”, teniendo entre los logros de seguridad la detención de “El Chapo” Guzmán en febrero de 2014; sin embargo, sería este mismo personaje quien con su fuga en julio de 2015 comenzaría a minar su capital político, dada la naturaleza de su escape, a pesar de recapturarlo siete meses después. La atención se centralizó por completo en las palabras emitidas por el secretario de Gobernación, quien bajo la presión de esta crisis y la aclaración de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el secretario dijo: ¡ Ya basta de señalar primero al gobierno de la República que no tiene nada qué ver!
A partir de ese momento, su figura comenzó a ser cuestionada, así como su labor debido al repunte de la inseguridad, iniciado en 2016 y que aún continua ascendente. Su figura quedó manchada por estos hechos y no pudo ser mejorada pese a tener momentos complicados de los que salió airoso, como el recibimiento y negociación con la comunidad estudiantil del IPN.
Aurelio Nuño
Tomó las riendas de la Secretaría de Educación Pública en 2015, tras la salida de Emilio Chuayfett, procedente de la Jefatura de la Oficina Presidencial pronto comenzó a ser una de las caras más visibles del gobierno peñanietista. Durante su gestión se buscó implementar la “Reforma educativa”, la cual fue calificada de reforma de carácter administrativo, la cual ponía, mediante evaluaciones, un control aparente sobre los profesores de educación básica impartida por el Estado.
Su exposición a los medios lo hacían ver como una “carta fuerte” para la alternancia presidencial después de los errores de Videgaray y Osorio Chong. Sin embargo, su poca capacidad de negociación y entendimiento con los grupos magisteriales disidentes y con los alumnos del IPN en 2016, así como el excesivo gasto de publicidad (mil 687 millones de pesos) para promocionar la “reforma educativa” y con ella su figura durante sus 16 meses al frente de la SEP, fueron algunos de los pecados que no solo terminaron con sus posibles aspiraciones políticas, sino las de un partido entero.
Jesús Murillo Karam
Cuando las cifras de inseguridad parecían descender, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa impactó a gran parte de la sociedad en septiembre de 2014, mostrando que el problema seguía presente. Organizaciones sociales, estudiantes y sociedad civil comenzaron a realizar marchas en protesta por lo ocurrido, exigiendo la aclaración de los hechos y la presentación con vida de los normalistas
El encargado de esta investigación era el entonces procurador general de la República Murillo Karam, quien salía en algunas conferencias de prensa a informar de los avances en la búsqueda de los jóvenes del estado de Guerrero. Sin embargo, durante la conferencia del 8 de noviembre de 2014, en la cual se entró a detalle en la hipótesis de que los estudiantes habían sido ejecutados e incinerados para después arrojar los restos a un río de San Juan, según las declaraciones de tres de los detenidos, emitió una de las declaraciones más polémicas del sexenio.
Después de una hora de presentación y una ronda de preguntas de aproximadamente 15 minutos, los reporteros continuaban pidiendo oportunidad de plantear otros cuestionamientos, a lo que el procurador respondió: “Ya me cansé”. La frase causó indignación y se posicionó pronto como tendencia en redes sociales como producto de indignación respecto a esta frase y negativa de dar más datos. No obstante, no sería la única frase “polémica”, ya que en enero de 2015, defendió la versión de los hechos, antes mencionada, diciendo que esa era la “verdad histórica”, intentando dar punto final a la investigación realizada por esta instancia.
Rosario Robles
Quizá una de las funcionarias más polémicas de la administración que concluye es la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, entonces Distrito Federal. Al inicio del sexenio, estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) donde diseñó la “Cruzada Nacional contra el Hambre”, una política social encaminada a abatir el problema de la pobreza alimenticia en el país. Sin embargo, esta fue percibida por otros partidos políticos como un programa utilizado con fines electorales a favor del partido del Presidente. Aunque las acusaciones formales no prosperaron, fue necesaria una muestra de apoyo por parte del presidente Enrique Peña Nieto, quien le dijo “No te preocupes, Rosario”.
Las preocupaciones regresaron años más tarde, cuando un portal presentó una investigación de ‘Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad’ como ‘La Estafa Maestra’, donde descubrieron que, mediante la triangulación de recursos, se entregaron 3 mil 433 millones de pesos a empresas fantasmas. Entre esos supuestos desvíos, se encontrarían los asignados por Sedesol, entonces dirigida aún por Rosario Robles, institución que sólo pudo comprobar la entrega de 7 por ciento de las despensas respecto del total de gastos que reportó por pagos de servicios.
Gerardo Ruiz Esparza
El 12 de julio de 2017 un vehículo cayó en un socavón que se formó en el “Paso Express” de Cuernavaca, quedando atrapadas dos personas que iban abordo del automóvil, Juan Mena Romero y su hijo, Juan Mena López. Ambos fallecieron; sin embargo, la polémica comenzó por la negligencia de las autoridades morelenses y de la propia secretaría ya los Mena fallecieron por asfixia al no poder ser rescatados hasta nueve horas después.
Esta vía rápida había sido presentada por el propio presidente como una “gran autopista que se puede recorrer de manera rápida y segura”, tan solo tres meses antes del accidente, apresurando su apertura para que pudiera estar lista para el periodo vacacional de “semana santa” de 2017. El secretario de Comunicaciones y Transportes dijo en un inicio que este problema había sido causado por “lluvias atípicas” y posteriormente indicó que los estudios revelaban posibles errores en la construcción, por lo que constructores, proyectistas y supervisores serían investigados para deslindar responsabilidades.
Los cuestionamientos más fuertes surgieron cuando los medios de comunicación comenzaron a documentar testimonios de habitantes y autoridades estatales que habían advertido, incluso de manera directa al presidente y al titular de la SCT, de errores en la construcción y problemas con el sistema de drenaje y alcantarillado del mismo, las cuales, después fueron corroboradas como parte de las causas de este accidente.
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