México mantendrá su grado de inversión: Hacienda

Luego de darse a conocer que Fitch Ratings ha decidido bajar las calificaciones de Pemex y Comisión Federal de Electricidad (CFE), casi 48 horas después de recortar la calificación crediticia de México de BBB a BBB- como lo hicieran Moodys y Standard & Poor’s, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público negó que exista un riesgo y afirmó que se mantendrá en todos los casos el grado de inversión.

La Secretaría de Hacienda externó que ha sido en el contexto de la pandemia del Covid-19, basado en la incertidumbre y una probabilidad de una recesión fuerte, donde las agencias calificadoras iniciaron un ciclo de ajustes a nivel global de las calificaciones crediticias a una escala y velocidad sin precedentes, con más de 65 acciones negativas de calificación desde el 9 de marzo, entre ellos lo decidido para México al bajarlo «un escalón» en su calificación soberana en moneda local y extranjera.

No obstante, este señaló que se mantendrá el grado de inversión, permitiendo que el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) continúe teniendo financiamiento en los mercados nacionales e internacionales en condiciones favorables tanto de plazo como en tasa de interés, añadiendo que tanto los inversionistas nacionales como los extranjeros mantienen una fuerte demanda por instrumentos de deuda gubernamental en todos sus plazos y modalidades.

Hacienda presume en su comunicado que pese a los cambios en la calificación las agencias calificadoras reiteran que el país cuenta con un historial de política fiscal altamente creíble y prudente, reflejo de un fuerte compromiso con la estabilidad macroeconómica y la solidez institucional.

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Finalmente, la Secretaría en cuestión reiteró que México cuenta con un merado de capital profundo y desarrollado, así como «amortiguadores» para hacer frente el contexto económico, estando entre ellos el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), que al cierre de 2019 eran 158.4 mil millones de pesos y las coberturas petroleras para compensar la disminución en los precios del crudo, a los que suma una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional por 61.4 mil millones de dólares y líneas de intercambio de divisas con la Reserva Federal y con el Tesoro de Estados Unidos por 61 y 9 mil millones de dólares.