Connect with us

Cultura

Jóvenes mexicanos toman clase con estrella del ballet Mikhail Kaniskin

Fotos: Cortesía Fundación Elisa Carrillo Cabrera

El primer bailarín del Staatsballett Berlin y director de la fundación Elisa Carrillo Cabrera, Mikhail Kaniskin impartió una clase magistral de ballet a un grupo de 25 jovencitos mexicanos, como parte de las actividades del Festival Internacional de la Danza, Danzatlán, que encabeza su esposa Elisa Carrillo.

La mañana del viernes 12 de julio, 25 niños y jóvenes provenientes de distintas regiones del país se presentaron en el salón 7 de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, luego de haber pasado por un proceso de selección de entre 60 aspirantes.

Los requisitos que debían cumplir fueron estar dentro del rango de edad (entre 10 y 16 años) y haber acreditado el estudio de al menos un año de ballet antes de tomar la clase con el ex bailarín del Bolshoi.

Con las emociones a flor de piel, los 25 participantes se enfilaron a dar este paso tan significativo en sus carreras y entraron a la clase, cada uno con sus propias expectativas, pero compartiendo el deseo de experimentar su pasión por el ballet de la mano de uno de los grandes de la danza en la actualidad, esposo de la bailarina mexicana Elisa Carrillo, premio Benois de la Danse 2019, y como ella premio Alma de la Danza 2019, máximo reconocimiento del Estado ruso a sus artistas, y premio Festival Internacional de Dance Open de San Petersburgo.

En términos generales, siguiendo la estructura de la metodología clásica, la cátedra de ballet tuvo una duración de hora y media y estuvo dividida en ejercicios de barra y centro, con algunas combinaciones de pasos realizadas sobre la diagonal y una serie de sautés para terminar.

Foto: Ana Laura Santana Plascencia

La sesión comenzó con un calentamiento frente a la barra para despertar los sentidos y poner al bailarín in situ. Trabajo de pies botando empeines y estiramiento hacia la cuarta posición en combinación con tendu. Un primer momento muy importante para un diagnóstico que habría de definir los siguientes pasos dependiendo de la capacidad y el nivel observado entre los chicos.

Como en cada clase de ballet, los ejercicios fueron in crescendo, de menos a más, por la amplitud y fuerza con la que se realizan, así como por la complejidad de las distintas combinaciones entre unos pasos y otros. Entonces, de un tendu (movimiento deslizado por el piso), vino un jeté (un lanzado a 45 grados) y luego un grand battement o gran lanzamiento.

Durante el desarrollo de los ejercicios, los participantes se mostraron resueltos y con la convicción de llevarlo todo al último término. La ejecución de cada paso fue una oportunidad para el aprendizaje. En todo momento, Kaniskin dio correcciones precisas a los alumnos, especificidades de la técnica que servirán a estos jóvenes durante toda su carrera en el mundo del ballet.

Para el grand plié de primera posición, no levantar los talones del piso antes de tiempo; para el tendu derrière, talón hacia abajo y caderas alineadas, para el jeté, precisión en la trayectoria y en el tiempo musical… y así. Minucias de este lenguaje llamado ballet que, en conjunto, buscan el perfeccionamiento del bailarín.

Una clase de alta exigencia técnica y también con momentos de enorme placer para los chicos, pues algunos de ellos vieron superadas sus expectativas sobre sí mismos ya que, durante el lapso de tiempo en que estuvieron bajo la dirección del maestro Kaniskin, mostraron sus condiciones para la danza y de entre ellos, también el nivel técnico que ya poseen.

Foto: Ana Laura Santana Plascencia

Esta extraordinaria experiencia terminó al centro con una serie de saltos en combinación sencilla. Y para cerrar de la mejor manera, el primer bailarín del Staatsballett Berlin hizo un recuento de lo aprendido durante la práctica y también de las correcciones que cada uno tenía que llevarse a casa para seguir trabajando en ellas. “Se trata de que ustedes se lleven algo de esta clase…”, les decía.

Unos minutos después de haber terminado esta clase magistral, el bailarín formado en el Bolshoi habló de las dificultades pedagógicas que significa una clase como esta, donde las diferencias entre los distintos niveles técnicos de los alumnos son tan profundas. Sin embargo, él se dio a la tarea de elegir los contenidos que representarán un reto para los participantes de mayor nivel pero que no fueran tan complicados e incomprensibles para los que apenas comienzan.

Nacido en Moscú en 1978, Kaniskin estudió en la Escuela de Ballet del Bolshoi en Moscú y en The John Cranko School en Stuttgart, Alemania. Tiene el grado de Maestro de ballet, otorgado por el Stuttgart Ballet y el Ministerio de Cultura de la República Federal Alemana. Igual que Elisa Carrillo, ganó del premio a la Mejor pareja en el Festival Internacional de Dance Open de San Petersburgo. Además, desde este año es asesor honorario de la Compañía Nacional de Danza, de la que también Elisa es codirectora.

Sin duda fue una experiencia que estos chicos no olvidarán. Para algunos, puede representar un salto hacia el siguiente nivel, para otros la toma de decisiones frente a su camino en la danza. En cualquier caso fue un momento muy significativo para todos.

La segunda edición del festival Danzatlán, que dio inicio el martes 2 de julio, terminará este sábado 12 con una audición para las becas Elisa Carrillo Cabrera, una función con el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, la entrega del Premio Benefactor de la Danza y, la función de Giselle en Bellas Artes, protagonizada por la bailarina del Ballet Bolshoi, Kristina Kretova.

DOS BECADAS MEXICANAS, A ALEMANIA

De hecho, el viernes mismo se dio a conocer los nombres de las dos jóvenes que ganaron la beca de Elisa Carrillo para estudiar un año en la escuela del Staatsballett Berlin y de otras dos que podrán pasar una estancia de dos semanas en la institución alemana.
El riguroso proceso de selección tuvo lugar este 11 de julio en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes y fue liderado por Marek Rozycki, director artístico de la Staatliche Ballettschule Berlin, y por Elisa Carrillo Cabrera, premio Benois de la Danza 2019.

Tras evaluar a 174 aspirantes preseleccionados, las jóvenes mexicanas elegidas fueron Michelle Dieterlen Goded, de 13 años y originaria de Ciudad de México, y Ángela Gabriela Ramos Medina, de 12 años y oriunda de Guanajuato. Ambas son las ganadoras de una beca completa para estudiar un año en la institución alemana, que por primera vez tuvo audiciones en México.

Ambas viajarán en febrero del próximo año a la capital alemana para comenzar sus estudios. El transporte aéreo corre por cuenta de la Fundación Elisa Carrillo Cabrera, AC, y los gastos de colegiatura y manutención por la Staatliche Ballettschule Berlin.

Adicionalmente, se otorgó una invitación con gastos pagados a Clío Danaé Pérez Rojas, de 12 años, y a Elba Mariza Ortiz Rodríguez, de 13, para visitar la institución alemana durante dos semanas.

Michelle Dieterlen Goded, al extremo derecho con playera color salmón, a su lado Ángela Gabriela Ramos Medina, Elba Mariza Ortiz Rodríguez y Clío Danaé Pérez Rojas.

En junio pasado, la Fundación Elisa Carrillo Cabrera, AC, en colaboración con la Staatliche Ballettschule Berlin invitaron a niños, niñas y jóvenes a participar en las audiciones, mediante una convocatoria pública difundida en las redes sociales de Elisa Carrillo y del festival Danzatlán

Jóvenes mexicanos toman clase con estrella del ballet Mikhail Kaniskin/ La Hoguera
Jóvenes mexicanas toman clase con estrella del ballet Mikhail Kaniskin
Publicidad


Síguenos en Facebook

Publicidad

Síguenos en Twitter

Recomendaciones