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Cultura

Grandes películas mexicanas de 2018

Grandes películas mexicanas
Especial

Este año, el cine mexicano ofreció películas de alta calidad, nichos de refugio ante la oleada de comedias románticas que, si bien muchas resultan poco más que inofensivas, se llevan la tajada más grande del pastel, opacando en varias ocasiones, filmes como los que componen la siguiente lista.

Intimistas, arriesgados, de denuncia; de directoras y directores consagrados o de debutantes, La Hoguera te presenta esta pequeña lista, sin orden específico, con solo algunas de las grandes películas mexicanas que nos dejó este 2018, que ya tiene listas las maletas para partir.

Los adioses (Natalia Beristáin)

Esta biopic sobre la escritora y feminista Rosario Castellanos, nos muestra una mujer aguerrida, dueña de una mente privilegiada que, sin embargo, se ve agredida sentimentalmente de manera continua por su esposo, Ricardo Guerra. A través de la vida de la escritora, Beristáin consigna la cárcel que supone el amor romántico para las mujeres, y, al mismo tiempo, reafirma el nombre de una de las grandes literatas contemporáneas de nuestro país. Con grandes actuaciones de Karina Gidi y Daniel Jiménez Cacho.

Ayotzinapa: el paso de la Tortuga (Enrique García Meza)

Documental sobre la tragedia acaecida en el municipio de Iguala, el gran aporte de este filme, producido por Guillermo del Toro, es detallar la dimensión personal de los jóvenes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, así como el lugar de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos y de las vidas de los padres y madres tocados por la tragedia que, a años de ocurrida, continúa sumida en una neblina de incertidumbre.

La cuarta compañía (Amir Galván y Vanessa Arreola)

Con este filme, Galván y Arreola debutaron en la gran pantalla. En los límites entre documental y ficción, «La cuarta compañía» narra la turbia época de Arturo «El Negro» Durazo, quien en su cargo de dirigente de policía durante el sexenio de López Portillo, abusaba de su poder; en este caso, se trata la manera en la que utilizaba al equipo de futbol americano del penal de Santa Martha Acatitla, como su propio escuadrón de asaltantes, ejecutores y robacoches. Con una narrativa poco convencional dentro del cine mexicano, vale la pena revisar esta propuesta, sin duda fresca en el entorno audiovisual actual del país.

Ana y Bruno (Carlos Carrera)

Este filme del director mexicano que nos trajo El crimen del Padre Amaro (2002) y Backyard: el traspatio (2009), es un hito del cine de animación mexicano. Luego de 10 años en producción, esta historia cruda y tierna a partes iguales, representa un avance tanto en la calidad técnica de las animaciones mexicanas, como en la trama dirigida a un público «infantil», que, no obstante, nunca se contiene en mostrar temáticas oscuras y tristes.

Hasta los dientes (Alberto Arnaut)

La reconstrucción que el debutante Arnaut realiza del asesinato de un par de estudiantes del Tec de Monterrey por parte de elementos del ejército, evidencia, con una contundencia apabullante, la fallida «guerra contra el narco» emprendida por Felipe Calderón, al tiempo que te deja el nudo en la garganta por las vidas que una política sangrienta les arrebató a esos dos estudiantes. Imperdible.

Te compartimos nuestra crítica: Hasta los dientes

Ayer maravilla fui (Gabriel Mariño)

La historia de un ente que cambia de cuerpo cada cierto tiempo, sirve a Gabriel Mariño para reflexionar en torno al amor y a la pertenencia, haciendo en el camino una radiografía de las calles y los espacios de la caótica pero embrujante Ciudad de México. Una de las propuestas más frescas del año.

Nuestra crítica, por acá: Ayer Maravilla Fui

Tiempo compartido (Sebastián Hoffman)

El segundo largo del director de Halley (2013), es una gran crítica al buenrrollismo aspiracional, el rancio discurso del «emprendimiento», y a la deshumanización propia de la visión «wellness» cuya única dimensión humana que le importa es la del consumidor. Y ni esa respeta. Fresca y original.

Lee nuestra crítica: Tiempo compartido

Rush Hour (Luciana Kaplan)

Un documental sencillo en su retrato, pero amplio en sus implicaciones. Siguiendo a tres personas de diferentes urbes (Estambul, Estados Unidos y Ciudad de México) en sus recorridos diarios al trabajo, demuestra el impacto de la precarización del transporte público, de la planeación urbana y de la situación laboral. Prueba suficiente de cuánta vida se pierde intentando ganarla.

La crítica, por aquí: Rush Hour

Museo (Alonso Ruizpalacios)

El segundo largo de Ruizpalacios, destaca como una propuesta sumamente entretenida, con interesantes reflexiones sobre el pasado y el presente, redondeando en su núcleo tanto una cautivadora réplica del curioso robo al Museo de Antropología, como una exploración compleja (aunque irresuelta, no por defecto sino por naturaleza) sobre las razones de saltar al vacío de aquellos sin rumbo, hijos desamparados de la clase media (más media que clase) y la modernidad.

Te compartimos nuestra crítica!: Museo

Roma (Alfonso Cuarón)

La serie de viñetas del México de los 70 que componen el nuevo filme de Cuarón, se suceden una tras otra como trasfondo a la tragedia personal de Cleo, constituyendo el escenario donde transcurre su vida. Sin embargo, a pesar de no estar en primer plano, su irrupción a lo largo del metraje permite percibir su justa dimensión: la histórica. Es entonces cuando nos damos cuenta de que el testimonio de una persona, de una familia, nunca es ajeno al devenir de la sociedad en su conjunto, pues el mundo es más grande que una colonia. Puede ser que aquí no sea igual que allá (ni viceversa), pero existe. El nuevo filme del director mexicano, tal vez su más personal, es una ventana al pasado, que permite vislumbrar desde venimos.

Nuestra crítica: Roma

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