A Fuego Lento
¿El presidente se mordió la lengua con Mireles?
Este fin de semana, a José Manuel Mireles por fin le hizo justicia la regeneración y consiguió la subdelegación médica del ISSSTE en Michoacán. ¿Pues no que esos cargos son para políticos venidos a menos? Porque eso ha dicho Andrés Manuel una y otra vez al denuncir los absurdos del periodo neoliberal. ¿O no fue el presidente quien lo dijo?
Sí, él lo ha dicho. Varias veces. Ha platicado en mítines y mañaneras que «le iba mal a un político o terminaba un cargo un político, mientras lo acomodaban en otro, lo mandaban de delegado. El gobierno federal tenía 40 o 50 delegados en los estados». De hecho, este fue su principal argumento en favor de dejar solo un superdelegado por entidad que, en más de un caso, fue el abanderado de Morena en las elecciones a gobernador. Perdiendo, claro.
Pero bueno, Mireles no fue candidato a gobernador, estaba preso cuando Michoacán eligió a Silvano. Además de que lo bloquearon a más no poder para que no llegara al Congreso, federal o estatal, en las pasadas elecciones. Y bueno, es doctor. Llevará sus años sin ejercer por estar en auténticos campos de batalla, pero lo que bien se aprende no se olvida, dicen los que saben.
Ese es un minúsculo detalle, porque «¿saben cuáles eran las delegaciones más peleadas? Las del ISSSTE, no sé por qué razón». O al menos eso dijo el mismo Andrés Manuel en una de sus interminables mañaneras. La del 31 de julio, para dejar en claro las cosas. Entonces, ¿qué pasó? Porque, incluso, había propuesto como alternativa que fueran los trabajadores sindicalizados y jubilados quienes cubrieran estas plazas. Y, pues, Mireles no es de esos.
De hecho, la relación es extraña. En ambos mítines presidenciales de este domingo, en Tuxpan y Huetamo, Mireles no solo llegó tarde, sino que hasta se le dificultó la entrada, ya que los encargados de logística lo mandaban de un lado a otro busfando el camino a su lugar. Además de que solo Silvano le dedicó una breve felicitación por su nombramiento, mientras que Andrés Manuel lo ignoró tanto que Miguel Barbosa se pondría celoso.
Qué extraña la relación entre Mireles y su nuevo patrón. Tanto que si el director del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez, no lo hubiera confirmado en viva voz el nombramiento, a recomendación del área médica del instituto, sería difícil de creer. Pero bueno, no es como que el director tenga la gran relación con Andrés Manuel. El sábado, durante la gira por Edomex, Ramírez fue un apestado, más un colado que un invitado, quedando al margen de todo lo que hacía la comitiva presidencial.
Parece que, en más de un sentido, Ramírez tuvo que irse por su lado este fin de semana. Por cierto, ¿alguien sabe si ya renunció al PRI al que lo afilió su papá? Un dato curioso que queda en el aire, supongo.
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