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Nación

Edomex acumula casi un cuarto de las extorsiones que se cometen en México

Edomex acumula casi un cuarto de las extorsiones que se cometen en México
Foto: Archivo

Por Mauricio Arellano y Antonio Alvarado

“¡A ver hijo de toda tu puta madre, me vas a poner 10 migueles si no quieres que mate a tu pinche primo!”.

Esa llamada fue el inicio de la pesadilla para la familia de Ximena, de 13 años. Esa vez se había quedado sola con su hermana Alondra, de 10 años. Sus papás, por desgracia para ellas, habían salido junto con la hermana mayor. Aquel día alrededor de las 3:46 pm sonó el teléfono de la casa.

Rápidamente Ximena corrió a contestar:

—Hola mija, ¿cómo estás? —Dijo un hombre de voz grave pero amigable.
—Bien. ¿Quién eres? —Preguntó la niña con curiosidad.  
—¿No te acuerdas de mí, mi amor?
—No.
—A ver, ¡adivina quién soy! Si no dejabas de abrazarme cuando eras una “baby”. Soy tu tío de Estados Unidos.  
—¿Tío Bernardo?
—Ese mero, mija. ¿Cómo están todos?
—Bien.
La conversación prosiguió. Ximena estaba emocionada por todas las aventuras que el supuesto tío Bernardo contaba: de cómo había llegado a Estados Unidos; cómo la abrazaba cuando era bebé; cómo jugaba con su papá en las fiestas familiares etcétera.   

En México, la penosa lista de intento de extorsión según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la encabeza el Estado de México, al registrar en 2018 un total de 1,213 carpetas de investigación. Esto significa 21.48% del total nacional.

“El tío” pidió hablar con su hermanita Alondra.
—¿Quiubo, mi reina? ¿Cómo vas en la escuela?” —Preguntó el sujeto con un falso tono de amabilidad.
—Muy bien, creo… —contestó la niña.
—¿Cómo que crees? Ya le dije “to your sister” que si van bien en la “school” les voy a llevar muchos regalos de aquí de los Estados Unidos.
—Jajajá hablas inglés —dijo la niña.
—Pues sí, mija aquí vivo.

Alondra también había caído en la trampa. Las niñas no podían desconfiar del tío que vivía en Estados Unidos y que les traería muchos regalos cuando fuera a visitarlos. Las charlas seguirían hasta por 40 minutos. Entre tantas palabras, el sujeto se las ingenió para sacar todo tipo de información: cómo se llamaba cada integrante de la casa, cuántos integrantes eran en la familia, en qué trabaja el papá, cuánto ganaba, qué les gustaba hacer y, lo más importante: dónde viven.
—Mija —le dijo a Ximena nuevamente— ¿Qué crees? Me están dando ganas de pasar navidad allá en mi México con ustedes.
—Sí, tío. —dijo muy emocionada la niña.
—Pero qué crees, cómo tiene tiempo que no estoy por allá se me olvidó su dirección.
En ese momento, Ximena recordó que su mamá siempre tenía una copia de su credencial para votar en el refrigerador para realizar trámites. Fue entonces que la niña de tan solo 13 años dio la dirección con lujo de detalle al supuesto tío.
—Thank you, dear, thanks. Ahora sí pasaré navidad con ustedes. Me tengo que ir, mija. Les hablo luego. “Love you”.
—Sí tío, te quiero.

Como dato complementario, el segundo lugar estatal en extorsiones es Jalisco, con un total de 688 casos, es decir, 12.18 % del total nacional.

Ese fue tan solo el primer golpe del impostor. Aun faltaba lo peor.
Cuando los padres de las niñas llegaron, Ximena y Alondra corrieron emocionadas a contar la amable conversación que habían tenido con el tío Bernardo.
—¿Bernardo? No me suena. No me suena —dijo el papá.
—Ay, Gilberto. Es tu primo Bernardo, el que vive en Texas. El que se fue como a los 17 años. Tú me contaste —hizo recordar la mamá de las niñas.
—Tienes razón, Nora. El hijo de mi tía Hilda.
—Sí, papá, él. Y va a venir a pasar la navidad con nosotros y nos va a traer muchos regalos —dijo Ximena con una chispa de alegría.  

Una semana después, Nora (la mamá de las pequeñas) estaba en la sala de su casa leyendo una revista. En seguida sonó el teléfono. Naturalmente, contestó.
—¿Bueno? —Preguntó ella.
—¿Nora? —dijo la misma voz que habló con las pequeñas, sabía el nombre de la mamá porque previamente Ximena le había dicho.
—Hola, primo. Ya ni te acuerdas de mí.
—Como no me voy a acordar si mi primo Gilberto se casó con una mujer muy bella.
—Jajajá. Me adulas, primo.
—Solo llamo para informarte que mi avión llega el 20 de diciembre. Saliendo voy a tomar un taxi para que no les dé molestias.
—Para nada, primo. Si quieres que vayamos por ti, iremos.
—No, prima. Yo me muevo solo to your house.
—Está bien, como quieras. Nos vemos el 20.
—Gracias, Nora.

Tan sólo los cinco estados con mayor número de casos de extorsión registrados concentran más del 50% de las 5,647 carpetas de investigación, que representan el total de extorsiones registradas en 2018.

El supuesto primo ya tenía la coartada perfecta. Nadie dudaba de él. Ese día en la cena, el tema de conversación era el tío Bernardo. Nora se adelantó a decir que mañana en la mañana iba a limpiar un cuarto para sus huéspedes. Las niñas se apuntaron para ayudar a su mamá para que el tío Bernardo pasara una excelente navidad con ellos.

Llegó el día 20 de diciembre. Las niñas esperaban ese día como si fueran a ver a Santa Claus en persona. En la sala estaba Gilberto (el papá) leyendo el diario; Nora estaba preparando un banquete como para recibir a alguien muy especial y las niñas veían televisión.
De repente, el teléfono sonó y Gilberto se aproximó a contestarlo:

—A ver hijo de toda tu puta madre, me vas a poner 10 migueles o le suelto un balazo a tu pinche primo —dijo una voz agresiva, áspera.
—¿Quién eres? —preguntó Gilberto.
—Te vale verga quién soy, hijo de tu pinche madre. Lo único que te debe interesar es que voy a matar a tu primo si no me pones la feria, cabrón. Y hablo en serio.
En ese momento, el hombre de la voz agresiva y ásperaacercó el teléfono al supuesto primo Bernardo.
—Primo, ayúdame. Saliendo del aeropuerto me atraparon y no me dejan ir. Me están apuntando a la cabeza con la pistola. Dales el dinero que piden —suplicó la voz del supuesto Bernardo.
Ante las palabras altisonantes y la cara de espanto del papá, Nora y las niñas corrieron con él: ¿Qué pasa, papá? ¿Qué pasa?, preguntaron las niñas: Tienen secuestrado a tu tío Bernardo y me piden 10,000 pesos para liberarlo…
—A ver cabrón, luego vas de putito con tu familia. Sabemos todo de ustedes. Aquí tu primo ya nos dijo. Me pones la feria o le suelto el primer disparo a tu pinche primo.  
—Pero no cuento con los 10 mil —dijo preocupado Gilberto.
—Sí los tienes, no te hagas pendejo. Órale cabrón, muévete y consigue el dinero. Tienes una pinche hora para depositarme. Ah, y cuidadito con decirle a la policía porque si lo haces, así me entregues 100 mil varos, mato a tu pinche primo.
Después de decir eso, el criminal colgó.

Veracruz, cuyo gobierno tuvo acusaciones por parte de la ciudadanía al acrecentarse el número de delitos cometidos, reportó 501 casos de extorsión, lo que equivale a 8.87%. En el estado de Nuevo León se registraron 494 casos de extorsión, un porcentaje de 8.75%.

La familia estaba asustada y las niñas empezaron a llorar. El papá realmente estaba preocupado. Por parte de los criminales, era el plan perfecto. Habían “trabajado” a la familia por al menos dos semanas. Realmente creían que “el tío Bernardo” estaba secuestrado.
La familia solo contaba con 7,000 pesos. Pero revisando los estados de cuenta y algunos ahorros de las niñas, pudieron llegar a los 10,000 pesos.
(Suena el teléfono)

—Qué pasó con el dinero, hijo de tu puta madre, me lo das o le meto un plomazo a tu pinche primo.
(A lo lejos se oía la voz del tal Bernardo diciendo “Gilberto, ayúdame me están torturando)
—Sí tengo el dinero.
—Ok. Te voy a dar un número de cuenta y me lo depositas ahí. Cuando hagas el depósito, no quiero que veas los datos, cabrón, lo rompes y ahí muere con tu pinche primo. Haz el depósito solo, pendejo. De una vez te digo, te estamos vigilando y te seguiremos de tu casa al banco.

Gilberto siguió al pie de la letra las instrucciones. De vez en cuando veía el retrovisor del auto por si alguien realmente lo seguía. Hizo el depósito y rompió el voucher.

Jamás volvió a sonar el teléfono. Pasó ese día y Nora con sus hijas pensaban lo peor. Gilberto tenía miedo de ir a la policía porque de hacerlo “su primo” corría peligro.

De repente, Nora recordó que tenía una agenda familiar en donde estaba el número del primo Bernardo. Fue por ella y marcó el número. Al instante contestó un hombre con una voz diferente a la que había oído antes.

—¿Primo? ¿Estás bien? ¿Cuándo te soltaron? —preguntó muy preocupada la mamá.
—¿Quién habla? —respondió del otro lado aquel hombre extrañado.
—Soy yo, Nora, tu prima, la esposa de Gilberto.
—Ah, Nora. ¿Cómo te va? ¿Cómo están todos? ¿Soltarme? ¿De dónde?
—¿Cómo, quién habla?
—Soy Bernardo. Pero ¿de dónde me iban a soltar?
Gilberto pidió el teléfono.
—Bernardo. Te habían secuestrado cuando venías para acá y pagamos tu rescate.
—¿Gilberto? No hermano. He estado aquí en Estados Unidos. No tengo pensado ir a México en un buen tiempo, porque no tengo mucho dinero y ya sabes que para volver a entrar, la Migra está dura.

La familia de Gilberto y Nora son solo un caso de muchas extorsiones que se cometen en México. El supuesto tío Bernardo era un criminal que operaba desde el penal de Reynosa, en Tamaulipas. La familia supo esto cuando levantó la denuncia por extorsión el 23 de diciembre del 2017.

La capital del país también forma parte de las entidades con mayor número de carpetas de investigación abiertas por el delito de extorsión, al haber registrado el año pasado 468 casos, 8.29%.

A pesar de las campañas contra la extorsión telefónica, muchas personas siguen cayendo en estas amenazas y por tanto llevándose un susto al pensar que su familiar está siendo amenazado y torturado.

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