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Economía

Economía mexicana en tiempos de AMLO: lejano, crecimiento al 4%

Foto: Cuartoscuro

El factor económico fue uno de los pilares que favoreció en 2018 a que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fuera electo presidente después de que millones de mexicanos consideraran que el modelo propuesto por los gobiernos panistas y priistas, en especial caracterizados por la escuela del neoliberalismo desde la década de 1980, no estaba cumpliendo con las eternas promesas de desarrollo de la economía.

Desde su campaña, el presidente se comprometió a que México crecería a un 4% en promedio anual para poder erradicar de México la pobreza extrema y crear nuevos empleos. No obstante, las últimas cifras del INEGI y de instituciones nacionales e institucionales muestran que la economía de México no ha avanzado al ritmo esperado por el mandatario tabasqueño.

Lejos de ese 4%, el INEGI presentó el pasado 31 de julio sus resultados de la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) Trimestral, los cuales señalan que éste aumentó 0.1% en términos reales, en el trimestre abril-junio de este año frente al trimestre previo con cifras ajustadas por estacionalidad, hecho que fue «celebrado» por el presidente dado que gracias a ese dato no se oficializó una recesión en el país puesto que el primer trimestre de 2019 ya que este Instituto había calculado una disminución del PIB de México durante el primer trimestre de 2019 respecto al cuarto de 2018.

La celebración cesó el 23 de agosto, cuando en la revisión realizada por el INEGI se determinó que el crecimiento era en realidad de 0.0% con datos ajustados por estacionalidad por la caída en el sector industrial.

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Los datos no resultan extraños vistos desde la experiencia internacional. El pasado 2 de mayo, José Ángel Gurría Treviño, secretario general de la OCDE comentó que se observa una desaceleración de la economía mundial por las tensiones comerciales, la incertidumbre política interna en muchos países, la agudización de las condiciones financieras y el debilitamiento de los planes de inversión de las empresas.

Pese a ello, fue esta institución internacional la que lanzó el pronóstico más optimista de crecimiento para México en los últimos meses al anunciar que se estimaba en 1.6% en 2019.

Ante ello, la OCDE advirtió que México debía trabajar en temas como el refinanciamiento de Pemex, puesto que una baja calificación de su deuda podría tener un impacto en la calificación de la deuda del país; su cobertura sanitaria, esperanza de vida, mortalidad por enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes infantil; la baja participación laboral de las mujeres mexicanas y tomar medidas fiscales para favorecer el sistema de pensiones, algo que el mismo Andrés Manuel ha dicho que evitará al menos en la primera mitad de su sexenio.

Por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento de 3% en abril de 2018 fue recortada drásticamente 2 veces hasta llegar en el mes de junio a una estimación de 0.9% argumentando incertidumbre en torno a las políticas públicas del actual régimen, el deterioro de la confianza y el aumento de los costos del endeudamiento.

Por último y en fecha más reciente, el 31 de julio la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indicó que existía evidencia de un deterioro generalizado de las economías de América Latina.

En su Estudio Económico de América Latina y el Caribe, indicó que la región tendría en promedio un crecimiento económico de 0.5% del PIB. De manera específica para México, se señaló que la tasa de crecimiento disminuirá un punto porcentual del 2% registrado en 2018 para únicamente alcanzar un crecimiento del 1% en 2019.

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