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Nación

Seguridad, la asignatura pendiente de AMLO ante el primer informe

Fue a partir del día 5 de diciembre cuando por orden de AMLO la Comisión Nacional de Seguridad inició la entrega diaria de un reporte de víctimas para transparentar los niveles de violencia en México. Basado en estos datos, el presidente argumentaba en el inicio del año que la tendencia de la violencia estaba yendo a la baja aunque sea de manera “marginal” durante esos primeros 30 días de gobierno.

Un mes más tarde, a mediados del mes de febrero las cifras entregadas por este organismo mostraban que mientras en el mes de diciembre el promedio diario de víctimas de homicidio doloso se encontraba en 79.7, en enero la cifra había bajado a 75 víctimas por día aún con más días contabilizados sin saber que este sería el momento más bajo de incidencia en lo que va de su gobierno según esas mismas cifras.

Tras ello, la cifra se mantuvo durante febrero en la misma cantidad de víctimas (2326) y posteriormente tendría picos en los meses de marzo (2,404), mayo (2384), junio (2543) y julio (2414) por arriba de esta cifra. reduciéndose únicamente en el mes de abril (2227) y manteniéndose aún debajo de este dato en 29 días del mes de agosto (2279).

Fue en este mismo periodo cuando Jorge Ramos y AMLO se enfrentaron en una conferencia de prensa durante el mes de abril debido a que el periodista mexicano asentado en Estados Unidos cuestionó al presidente sobre qué haría para cambiar la tendencia de homicidios al alza puesto que datos del Secretariado Ejecutivo Nacional, actualizados mes con mes, mostraban que el problema se estaba manteniendo.

La respuesta del presidente ya no tuvo el elemento de la disminución “marginal”, viéndose orillado a precisar que jamás habían dicho que el problema estaba resuelto pero sosteniéndose en que se han mantenido los niveles de violencia “o se revirtió” la tendencia sobre el delito de homicidios asumiendo el compromiso de que la cifra bajará y cuando fue jefe de gobierno lo logró,

Pese a la promesa, apenas el pasado día 20 de agosto el presidente mostró otro ligero pero significativo cambio. Esta vez, ni “marginal” ni el verbo “revertir” conjugado en alguna de sus formas fue mencionado, quedándose únicamente en el dato de que la cifra de homicidios se había estabilizado junto a la tendencia delictiva pero aceptando que no ha disminuido el problema y calificándolo como «asignatura pendiente» pero asegurando que “tiene la confianza en que pronto entregará buenas cuentas”.

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Sin embargo, masacres como las sucedidas en Minatitlán, Veracruz, y el incremento de reportes provenientes de entidades como Puebla, Ciudad de México y otras del sureste donde se percibía un ambiente más seguro, han causado críticas a su estrategia de seguridad y al modo en que está siendo asesorado o mostrando datos.

Frente a los datos de la Comisión Nacional de Seguridad y bajo los cuales el presidente emite opiniones durante sus conferencias se encuentra la base de datos abiertos del Secretariado Ejecutivo Nacional, cuyas cifras pintan un panorama aún más oscuro y que coincidiría con la percepción de la gente.

Aunque al graficar el número de víctimas reportadas por ambas bases de datos se notan comportamientos parecidos, también hay diferencias notables en tanto la cantidad registrada. Para el mes de junio ambos gráficos muestran su mayor punto en el mes de junio estas tienen una diferencia de más de 450 vítcimas contabilizadas entre uno y otra fuente; para julio el SESN registra solo una leve disminución que lo mantiene cerca de los 3 mil homicidios dolosos durante ese mes, mientras que los datos del CNS muestran una caída más significativa por debajo de las 2500 víctimas.

En este caso, mientras el CNS muestra una caída de casi el 5% de la cifra de junio, en los datos del secretariado es una disminución equivalente solamente al 0.02%.

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