Desplazados de Guerrero piden atención de AMLO para volver a casa

La mañana de este miércoles, desplazados de la Sierra de Guerrero convocaron a una rueda de prensa a las afueras de Palacio Nacional donde mantienen un plantón desde hace 10 días. En este se denunció cómo el gobierno federal, de manera expresa, les ha dicho que aún no tienen un plan para solucionar su problema, cuestión que les preocupa porque implica estar fuera de sus comunidades por mayor tiempo.

Crescencio Pacheco González fue el encargado de dirigirse a los medios para relatar cuál ha sido la situación que ha vivido durante las últimas semanas: desde hace más de 3 meses se les hizo saber a las autoridades de la presión que estaban sufriendo por parte de algunos grupos del crimen organizado para salir de sus comunidades, sin embargo, no tuvieron apoyo de la aún administración peñanietista.

Señalan que esta vez un grupo de ellos, aproximadamente de 320 personas de los cuales 82 son menores de edad, decidieron viajar a Ciudad de México e instalarse a las afueras de Palacio Nacional para que fueran visibles y pudieran buscar una audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, cosa que no ha sucedido hasta el momento. Argumentan que continuarán solicitando esta reunión para que los escuche y se dé cuenta que su equipo de trabajo no lo está ayudando.

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Crescencio Pacheco contó que después de su desplazamiento se acercaron a gente de trabajo de AMLO como Alejandro Encinas. Su última recepción fue el pasado lunes 18 de febrero después de arribar a la CDMX, formando una comisión para platicar con él, sin embargo, este les dijo claramente que no hay, hasta ese momento, una estrategia puntual y nada absoluto para solucionar su problemática después de 2 meses y medio de ser desplazados.

Por su parte, Manuel Olivares, director del Centro Regional de Derechos Humanos “José María Morelos y Pavón”, argumentó que la audiencia no es un capricho sino una necesidad, criticando también a Félix Santana, Director General de Estrategias para la Atención a los Derechos Humanos de la Segob, quien tampoco ha esgrimido alguna solución para ellos. Lo único que se les ha dicho, mencionó, por parte de Encinas es que habrá una solución que camine por dos rutas: la ayuda y atención humanitaria y que la otra ruta será la solución de problema de fondo.

Sobre este último, declaró que será muy difícil mientras el gobierno del estado, militares, policías estén involucrados y estén en complicidad con los grupos delincuenciales, alargando mucho este proceso mucho, mientras que las familias continúan “amontonadas” en los refugios, estando incluso en riesgo ante las amenazas de que un grupo de la delincuencia organizada llegue hasta esos lugares.

Respecto al tema, agregó que hay una amenaza desde hace unos días puesto que un grupo emplazó al gobierno del estado para que en menos de 30 días «limpien y pacifiquen la capital de Guerrero” y en caso de que esto no suceda, ellos tomarán el control y al avanzar a la toma de Chilpancingo, para lo cual tienen que pasar por la cabecera del municipio de Leonardo Bravo donde se encuentra el auditorio que sirve de refugio para varias familias.

Los hoy desplazados que hoy manifiestan una acción nula de las autoridades respecto a su caso, mencionaron también que su idea es buscar la reposición de sus bienes y daños sufridos ante este desplazamiento. «Se llevaron prácticamente todo, desde la gallina hasta la vaca, por lo que se plantean la pregunta de quién les va a pagar todo lo que han perdido, pues en caso de regresar solo encontrarían el «esqueleto de la vivienda» , las cuales suelen ser de madera, o únicamente la tierra si estas fuesen incineradas.

La mayoría de ellos dicen estar buscando que se les recupere su espacio para poder regresar a vivir a este, siendo este el fin último de los trabajos que desean que autoridades del nivel federal prioricen. Sin embargo, comentan otra situación que es la reubicación de pobladores de Tlaltempanapa, comunidad indígena nahua, quienes solicitaron al Secretario General de Gobierno de Guerrero su reubicación por el miedo a ser asesinados o desaparecidos, teniendo hasta ahora como única respuesta que ese proceso “cuesta mucho porque no hay tierras, porque no hay quien quiera vender”, aunque los desplazados están seguros que sí hay gente que quiere hacerlo, pero que no tienen voluntad de sacar el ofrecimiento.

Finalmente, mencionaron que no es posible que tengan 10 días en el lugar sin tener respuesta de alguno de los colaboradores de presidencia excepto que tienen el derecho de manifestarse, a sabiendas de que están expuesto a las inclemencias del tiempo, y que parece ser que el presidente tampoco ha tenido la “voluntad” de recibirlos, pese a que venían confiando en que contaban con el apoyo de un gobierno distinto y más sensible, idea contraria a lo que la realidad les está mostrando.