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Metrópoli

Del asesinato de un presidente a Plaza Artz: Los restaurantes como escenarios del crimen

Foto: Especial

Los restaurantes han sido los lugares idóneos para que amigos y socios hagan acuerdos o disfruten simplemente de sus alimentos con una buena charla, sin embargo, también han sido escenarios de detenciones y delitos que los marcan para siempre y los ponen en el imaginario colectivo por la relevancia que en su momento tuvieron, tal como sucedió en días recientes con el caso de Plaza Artz.

El 9 de julio, Carlos Romero Deschamps, líder del mayor sindicato petrolero, y el abogado Juan Collado estaban disfrutando sus alimentos en el restaurante Morton’s de Ciudad de México, ubicado sobre Paseo de las Palmas en la colonia Lomas de Chapultepec, cuando elementos de la Fiscalía General de la República ingresaron al restaurante para arrestar al litigante que días más tarde sería vinculado a proceso por su presunta responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita

En cuanto a eventos violentos, apenas habían transcurrido poco más de 72 horas de que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, rindiera su “informe” de 200 días de gobierno asegurando que la violencia en la capital estaba disminuyendo, una noticia proveniente del sur de la CDMX comenzó a causar cuestionamientos entre los capitalinos.

Alrededor de las 6 de la tarde del pasado miércoles 23 de junio, comenzó a fluir información de una balacera en uno de los restaurantes de la exclusiva plaza comercial Artz Pedregal. Tras desechar la primera versión de los hechos de que se trataba de un “crimen pasional” y con el paso de las horas, se confirmó que un ataque directo contra una persona que se encontraba dentro del restaurante Hunan falleció, lo mismo que su acompañante, develando más tarde que se trataba de un par de ex convictos israelíes.

Las zonas “exclusivas”, supuestamente con mayor protección que otras, al interior de la república también registran incidentes similares. Apenas 3 días antes de los homicidios referidos en CDMX, en Acapulco, Guerrero, amaneció con la noticia de que el restaurante Kokaburra, ubicado en la Zona Diamante, habría sido rafagueado pese a estar dentro de un territorio supuestamente «blindado» para protección del turismo.

Las autoridades estatales reportaron que se habría tratado de una “bala perdida” que rompió solo un cristal del lugar, sin embargo en las fotografías compartidas en redes sociales se observaban distintos impactos de bala en uno de los cristales que sirven de paredes en el restaurante.

Otras entidades donde se ha visto recrudecida la violencia, como Morelos, también han tenido este tipo eventos violentos. El 13 de abril del presente año, 4 personas fueron asesinadas, de las cuales 2 eran menores de edad, en un ataque armado realizado en el restaurante ‘Los Estanques’ en el municipio de Cuautla. De acuerdo con medios locales, un comando armado entró al restaurante para atacar a algunos de los comensales en el lugar.

A esto se le sumó el reporte de 7 heridos que fueron canalizados a distintos hospitales para su atención.

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La historia de los restaurantes como escenario de la violencia no es nuevo. Históricamente, tras el conflicto armado de la revolución mexicana hubo dos asesinatos en estos espacios que marcaron la historia de dos lugares que hoy son tradicionales en la Ciudad de México: La Bombilla y el Café Tacuba.

El primer espacio, hoy convertido en una de las plazas principales de la colonia Chimalistac, fue escenario de una comida en honor del presidente electo Álvaro Obregón el 17 de julio de 1928, evento en el cual fue asesinado después de haber ganado su segunda elección para volver al cargo después del gobierno de Plutarco Elías Calles, dando paso así al periodo conocido como “El Maximato” y causa del inicio de la institucionalización de la política mexicana.

8 años más tarde, el gobernador electo de Veracruz, Manuel Fabio Altamirano, fue ultimado a tiros en el Café Tacuba el 25 de junio de 1936, supuestamente por órdenes de Manuel Parra Mata, terrateniente hidalguense asentado en Veracruz que se oponía a que este personaje tomara las riendas del Estado al ver en riesgo su patrimonio a favor del agrarismo.

Sin embargo, uno de los eventos más recordados fue el homicidio del conductor de televisión Francisco Stanley Albaitero, mejor conocido como Paco Stanley, el 7 de junio de 1999 después de salir de comer del restaurante “El Charco de las Ranas”. De acuerdo con lo relatado por varios testigos, el animador abordó su camioneta junto a otros acompañantes cuando fueron atacados con un arma de fuego mientras esperaban a su compañero Mario Bezares.

El suceso generó tal impacto que varios de los compañeros de Stanley se unieron para criticar al entonces jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas, por su desempeño en materia de seguridad, oportunidad que otros actores políticos no dudaron en retomar en los albores del siguiente proceso electoral para elegir al siguiente presidente de la República, la primera a organizarse sin que el presidente de la República contara con mayoría en la Cámara de Diputados y con una serie de alternancias estatales previas que debilitaban al PRI.

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