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Nación

Advierte experta de la UNAM de daños a la salud por consumo de dióxido de cloro

Foto: Twitter

Los enormes esfuerzos de universidades e institutos y centros de investigación científica a nivel mundial por encontrar una vacuna o cura para el Covid-19 se encuentran a la par de otro tipo de “ofertas milagrosas”, como el dióxido de cloro, que aseguran ser la cura, el tratamiento o el preventivo perfecto el Covid-19 pese a que puede causar daños.

Guadalupe Soto Estrada, epidemióloga y académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, declaró en entrevista con La Hoguera que esta sustancia tiene varios años que ha sido conocida pero que en realidad se ha estudiado poco y que esta se utiliza actualmente para la desinfección.

«Es un oxidante y como todo oxidante tiene la capacidad de degradar componentes orgánicos, virus, bacterias, hongos y evidentemente sirve para desinfección. Se utiliza también para desinfectar el agua de consumo, la desinfección de ambientes y lugares», explicó la experta señalando que pese a ello su uso está restringido porque es una sustancia que además de ser 10 veces más soluble en agua que el cloro puede ser altamente tóxico.

Soto Estrada mencionó que esta sustancia se utiliza en cantidades muy pequeñas que incluso se manejan en partículas por millón, de modo que su uso siempre es meticuloso ante la intoxicación que puede causar en seres humanos.

La recomendación es clara: beber dióxido de cloro no es una práctica adecuada. La epidemióloga destaca que hay un artículo donde físicos de Hungría están pidiendo que se haga una investigación más profunda sobre la sustancia luego de que un estudio japonés diera indicios de que esta puede eliminar ciertas bacterias y virus, aunque se determina también que esta es tóxica.

El análisis del fenómeno que se está dando en algunos países y que ha tomado fuerza en México durante las últimas semanas también pasa por la misma supuesta vía de administración “recomendada”. Ante ello la doctora Soto advirtió que la forma de administración oral provoca que la sustancia, por tener un PH específico, al llegar al estómago se disocie en dos componentes, clorito y clorato, sustancias altamente tóxicas que pueden causar desde náuseas, dolor de cabeza, malestar general e incluso problemas más graves a riñones e hígado que pueden causar la muerte.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administraton, FDA) de los Estados Unidos advierte que al mezclar la “solución mineral milagrosa” con ácido cítrico u otro ácido en realidad se está creando un poderoso agente blanqueador equivalente a la lejía, algo en lo que concuerda la experta al mencionar que diluirlo en agua o alguna sustancia es de las prácticas más peligrosas que pueden existir.

En Estados Unidos la FDA ha advertido de daños a la salud por consumo de dióxido de cloro

En internet también se han visto otras supuestas presentaciones de este producto milagroso como unas tarjetas que aseguran que protegen a la persona al servir como supuesta barrera al virus por contener el dióxido de cloro en un “dispositivo de liberación de gas”.

Aunque algunos dudan siquiera de la veracidad de la capacidad del producto, en caso de que este dispositivo desprendiera un gas ello también podría significar un riesgo. La académica de la Facultad de Medicina de la Máxima Casa de Estudios también detalla que existen pruebas respecto a que la inhalación de dosis no permitidas de dióxido de cloro se ha demostrado que células pulmonares son de las más vulnerables a ser dañadas de manera permanente tras la liberación de radicales libres pudiendo tener secuelas graves e incluso conducir a la muerte.

“Hacer de una sustancia un medicamento o tratamiento no es tan sencillo”

Guadalupe Soto Estrada señaló que siempre que a una sustancia se le encuentra una propiedad que puede servir como medicamento o tratamiento lo que se hace es someterlo a pruebas que tienen varias fases, siendo regularmente 3 pero habiendo otros proyectos que contemplan hasta 5.

Un primer paso, mencionó la especialista, se da con la experimentación con animales. Sin embargo, en el caso del dióxido de cloro con fin terapéutico advierte que solo se cuentan con algunas pruebas en ratones y algún tipo de mono por lo que se requerirían más estudios de ese tipo para fijar una sustancia tolerada que no cause daños a la salud en seres humanos.

Posteriormente se necesitaría pasar a una etapa de pruebas en algunos “voluntarios, las cuales serían realizadas de manera cuidadosa ante el riesgo que pudiera administrar insistiendo en que no sería fácil como vender la sustancia en un frasco.

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“Pienso con base a lo revisado que este tratamiento no se podría dar en la calle o comprar el frasquito, sino que sería un tratamiento junto a ventilación mecánica, por ejemplo, que en el aire de la ventilación vaya esta sustancia muy trabajada” utilizando su propiedad de gas a niveles mínimos, declaración que da para posteriormente reiterar que ello no sería posible sin antes hacer todos los trabajos necesarios para “purificar” esa sustancia, es decir, quitar todos los elementos que puedan interactuar con otras sustancias propias del cuerpo humano y que puedan dañarlas.

«Que mata a virus y bacterias ya se demostró esa parte, el problema es que no se puede tomar como no me puedo tomar cualquier sustancia desinfectante que manejemos ahorita para superficie», dijo.

Finalmente, la epidemióloga compartió que cualquier medicamento o vacuna no debería ser suministrado hasta que demostrara su eficacia y seguridad mediante ensayos clínicos y que en el caso del dióxido de cloro su uso no está autorizado. “Hacer un tratamiento no es tan sencillo”, expresó finalmente Soto Estrada.

El riesgo ha llegado a México

Aunque el principal problema del consumo de esta sustancia se remite a Sudamérica, en México han comenzado a circular anuncios de la oferta de la misma en distintas plataformas de ventas e incluso en grupos vecinales de redes sociales provocando que un número mayor de personas puedan verse en riesgo de padecer alguno de los daños a su salud por su consumo o al menos su economía en una acción fraudulenta.

Este pasado miércoles 22 de julio el subsecretario Hugo López-Gatell se refirió al tema coincidiendo con lo dicho por la experta del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM declarando que pese a que se han difundido ideas de su presunto uso terapéutico para tratar el Covid-19 este no es un producto autorizado por las autoridades de México ni de otro país.

El subsecretario López-Gatell señaló que no existe evidencia de la eficacia de este producto.

A nivel subnacional, son al menos ya dos entidades, Puebla y Nuevo León, las que han hecho un llamado a sus ciudadanos para evitar comprar este tipo de productos. En el caso del primer estado, José Fernando Huerta Romano, Subdirector de Vigilancia Epidemiológica de los Servicios de Salud del Estado de Puebla, señaló que dichas sustancias ofertadas no cuentan con un potencial de curación o prevención del virus, por lo que llamó no consumirlo dado que causan efectos adversos en distintos órganos y provoca edema pulmonar en los seres humanos.

Advertencia local del estado de Nuevo León sobre daños por el consumo del dióxido de cloro

La noche de este pasado 23 de julio, la Cofepris pidió a los ciudadanos levantar la Denuncia Sanitaria en caso de que algún establecimiento de atención médica ofrezca este producto como alternativa en el tratamiento de cualquier enfermedad, así como de cualquier establecimiento que ponga a la venta el producto en la página:

https://www.gob.mx/cofepris/acciones-yprogramas/denuncias-sanitarias

Finalmente, pese a los rumores y malas interpretaciones de lo ocurrido en Bolivia, su ministra de Salud, Eidy Roca, anunció que el Ministerio que preside está totalmente en contra de la utilización del dióxido de cloro como supuesto remedio contra el Covid-19, puesto que se tiene la confirmación de muertes en el país relacionadas con el consumo de esta sustancia altamente tóxica.

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