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A Fuego Lento

Todos los empresarios del presidente

AMLO empresarios
Foto: Cuartoscuro

Así como Andrés Manuel logró agrupar a distintos cuadros de las principales fuerzas políticas al interior de Morena, hoy se ve determinado a hacer lo mismo con el sector privado. Para lo que ha inicado una robusta red de alianzas, fraternidades y acercamientos con alfiles de los grupos empresariales más influyentes de México.

Tan solo este viernes, ante la misma Convención Bancaria que hace un año le volteó la cara cuando era candidato y celebró cual general campeador a Pepe Meade, Andrés Manuel recibió las pleitesías del nuevo líder banquero Luis Niño de Rivera. El presidente de la ABM proviene del Grupo Salinas de Ricardo Salinas, mismo donde se refugió el ahora secretario de Educación Esteban Moctezuma tras su salida del PRI y que se encarga de la inclusión financiera de los programas del bienestar.

Al frente de otra organización, el CCE, se encuentra el empresario regiomontano Carlos Salazar Lomelín. Ejecutivo de CocaCola-FEMSA, es una de las cabezillas del Grupo Monterrey, en donde comparte filas con el ingeniero Poncho Romo Garza, el jefe de la Oficina de la Presidencia y mandamás del Consejo Asesor Empresarial de Andrés Manuel. Su ‘fraternidad’, como él mismo presidente la llamó.

Hablando de la fraternidad, cómo obviar al cercanísimo amigo Bernardo Gómez, presidente de Grupo Televisa, quien incluso presta su casa para cómodas cumbres de la amistad internacional. Además de que también guarda íntimas relaciones, al grado de viajar juntos en vuelo comercial, con Marcos Fastlicht, suegro del propietario de la televisora, Emilio Azcárraga Jean.

Llegando a ponerse medieval en sus prácticas, Andrés Manuel hasta estrenó compadrazgo con Miguel Rincón, otro miembro de su fraternidad y quien, en una de esas coincidencias del destino, también es compadre de Carlos Slim de Grupo Carso. El ingeniero, en otra de esas increibles coincidencias, es consuegro del secretario de Turismo, Miguel Torruco.

Como todo queda en familia, no se puede pasar por alto a la flamante nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel. Aunque se ha vuelto políticamente incorrecto señalar que es ‘esposa de’, no deja de ser esposa de José María Riobóo, de Grupo Riobóo, el contratista que apoyó a Andrés Manuel durante su mandato en la CDMX y que hoy lo asesora en toda clase de megaproyectos de infraestructura.

También están presentes los jóvenes cachorros del antiguo régimen: Carlos Hank González, de Grupo Banorte; Miguel Alemán Magnani, de Grupo Alemán; y Olegario Vázquez Aldir, de Grupo Imagen. Sin olvidar, claro, al ‘más grande filántropo de México’ y máximo promotor del beisbol, don Alfredo Harp Helú de Grupo Martí, a quien Andrés Manuel acompañará en la inauguración del nuevo estadio de los Diablos Rojos.

Toda esta cofradía de grandes magnates no hacen que Andrés Manuel olvide que, sí como Juárez separó a la Iglesia del Estado, él tiene que separar al poder político del poder económico. Por eso, la semana pasada reveló que el Consejo Mexicano de Negocios, el poderoso bloque de Claudio X. González, el ‘Fidel Velázques de los empresarios’, financió la campaña negra en su contra antes de las elecciones. Siendo presidente del CMN Alejandro Ramírez de Grupo Cinépolis. Toda una minoría rapaz, muy menor, ciertamente.

Sheinbaum y las escaleras de Serranía

La mañana de este viernes se le preguntó a la mandataria de la Ciudad de México sobre la inactividad de las escaleras electromecánicas de la Línea 7, pues el STC Metro se comprometió a que el día de hoy estarían funcionando todas las escaleras que van hacia arriba.

Al oír la pregunta, Sheinbaum, sin desgastarse, comentó «que la directora del Metro les informe adecuadamente. Ella tiene la información». Y así la morenista se safó.

Sin embargo, en más de una ocasión se le ha cuestionado a la directora del Metro, Florencia Serranía, sobre el tema y se debe resaltar que ella no ha sido nada clara ante esta situación, pues, luego de echarle la culpa a la administración pasada, asegura que ella está haciendo su mayor esfuerzo para revertir la situación.

Pero muy a pesar de esto, muchas de las escaleras siguen inmóviles y mientras tanto gente de la tercera edad y con problemas para desplazarse sufre un calvario para entrar y salir del subterráneo.

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