Este miércoles Rusia anunció el fin de las maniobras militares y la salida de una parte de sus tropas de la península ucraniana anexada a Crimea, zona donde se había concentrado la presencia de tropas del gobierno de Vladimir Putin, las cuales pusieron en alerta al mundo ante una posible invasión a Ucrania.

«Las unidades del distrito militar del sur han finalizado sus ejercicios tácticos en las bases de la península de Crimea, retornando a sus bases permanentes», anunció el ministerio de Defensa en ruso a través de un comunicado que reprodujeron los medios locales.

Se precisa que los tanques, vehículos de infantería y artillería saldría de Crimea vía terrestre usando el tren. Además, la televisión rusa mostró imágenes en las que se podía ver la retirada de las tropas en un tren blindado que atravesaba el puente de Kertsch, el cual fue construido por Rusia para conectar a Crimea con su territorio.

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Sin embargo, al mismo tiempo, el portavoz de Defensa Ígor Konashénkov recalcó que las Fuerzas Armadas de Rusia “continúan actividades de envergadura para la preparación de las tropas, en las que participan prácticamente todas las circunscripciones militares, las flotas y las tropas aerotransportadas”.

El anunciado comienzo del retorno de las tropas rusas a sus cuarteles ha sido interpretado en Occidente y parte de la Unión Europea como una buena señal para la desescalada de las tensiones en torno a la situación con Ucrania, aunque aún esto debe verificarse, afirmaron.

Pues tanto Ucrania como Estados Unidos afirman que creerán la retirada de Rusia cuando realmente de movilicen la mayoría de los 100 mil efectivos que había acumulado Putin en la frontera con Ucrania.

«Desafortunadamente, hay una diferencia entre lo que Rusia dice y lo que hace, y lo que estamos viendo no es una retirada significativa», afirmó Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense.