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Nación

PRD votará contra la reforma eléctrica para defender la reforma energética “traidora a la patria”

Foto: Facebook / LuisChazaroMX

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) hoy está unido al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) para defender de la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al proyecto energético que en 2013 dijo rechazar por considerarlo privatizador, carente de capacidades para generar tarifas y sumiso ante leyes internacionales pese a ser un área estratégica.

En complicidad con sus aliados, el PRD exige a la mayoría parlamentaria que apoya al presidente de la República incluir puntos como que el Estado mantenga la rectoría del sector eléctrico, que dote a Comisión Federal de Electricidad (CFE) de autonomía presupuestaria y gestión y que se avance en la transición energética. Pero ¿estas exigencias son nuevas? No, sino que, por el contrario, son los pendientes que criticaron que la ley que ahora defienden había dejado pendientes.

De aquella discusión del 11 y 12 de diciembre de 2013 quedan todavía en activo algunos de los diputados del PRD que hoy no están dispuestos a cambiar la reforma energética de Enrique Peña Nieto con lo propuesto por Morena. Sin embargo, el caso más importante es el de Luis Ángel Xariel Espinosa Cházaro, ahora coordinador de la bancada del ‘sol azteca’, quien pasó en esa ocasión a dar el posicionamiento de su grupo parlamentario.

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“Gracias, ciudadano presidente. Enrique Peña Nieto, el PAN y el PRI hoy traicionan a México. El PRD hizo una propuesta de reforma energética que ni siquiera fue discutida, ni siquiera fue dictaminada”, dijo para iniciar su exposición ante el albazo legislativo de estos partidos. Enseguida, el perredista autodefinido como un “demócrata de izquierda” declaró que no había habido una confrontación de ideas y que quienes subieran a decir que beneficiaría a los mexicanos mentían, ya que solo beneficiaría a unos cuantos.

Al respecto, mencionó que dicha propuesta de reforma energética contenía la privatización y desnacionalización de áreas de interés, ingresos, ganancias, facultades y responsabilidades que hasta entonces estaban en manos de Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad (CFE). Además, dijo que la infraestructura de estas empresas paraestatales estaba siendo entregada al sector privado para su operación en comodato, alianza y otras formas de asociación.

“No es una privatización velada, encubierta, escondida. No, es una privatización directa, absoluta, total, sin cortapisas; es una privatización extrema y la gente tiene que saberlo», expresó desde la tribuna.

En dicho discurso también previó que las consecuencias de aprobar ese dictamen serían un aumento de las tarifas y precios por las ganancias exhorbitantes con las que se quedarían las compañías, la alineación de los precios con las cotizaciones en Estados Unidos y la especulación en los mercados. A la par, como hoy lo hace Morena, advirtió que habría incertidumbre en el abasto de bienes básicos pues nadie tendría la responsabilidad de la falta de gas o luz en los hogares.

Finalmente, Luis Espinosa Cházaro argumentó entonces que habría abusos ante la posibilidad de expropiaciones en beneficio de compañías petroleras y empresas eléctricas privadas. Por otra parte, se dijo preocupado por los despidos masivos de Pemex y CFE por reducción de actividades, pérdida de mercados y actividades de sus ajustes productivos.

Casi un año después, promoviendo una consulta popular para echar atrás la reforma energética que hoy es pauta en el mercado eléctrico mexicano, el integrante de la «tribu» Nueva Izquierda mencionó en sus redes sociales que las energías renovables estaban quedando fuera como una opción; en tanto, alertó que las empresas productivas del estado habían quedado sin oportunidad de competir y debilitadas para su desaparición

Entre los integrantes de aquella bancada en la LXII Legislatura estaban Silvano Aureoles, ahora exgobernador de Michoacán; Fernando Belaunzarán, exdirigente nacional del partido; Verónica Juárez Piña, excoordinadora de los diputados en la LXIV Legislatura; Juan Manuel Fócil Pérez, actual senador; y Amalia García, exgobernadora de Zacatecas y ahora diputada por Movimiento Ciudadano.

Actualmente la jalisciense Verónica Juárez afirma que no pasará la reforma eléctrica de AMLO que propone recuperar la rectoría del Estado en el sector eléctrico. Al respecto, esta declaró para el diario ContraRéplica que la CFE es una empresa en decadencia y sin capacidades técnicas de producción, por lo que se consideran convencidos de los beneficios de la libre competencia para el consumidor.

Sin embargo, en 2013 la exdiputada y ahora coordinadora de la corriente “Nueva Izquierda” criticaba que el dictamen fuera la sepultura de Pemex y CFE dado que se desmantelarían al permitir su asociación con particulares en áreas estratégicas. Por eso mismo, acusó al PRI y PAN de estar errados al concebir este tipo de modelos del mercado energético nacional como el paso a un México moderno.

«El México de hoy requiere la modernización de la industria energética y mantener la rectoría del Estado, cosa que se quiere mandar al abismo con estas decisiones. En pocas palabras, estamos hablando de la privatización y la extranjerización de los recursos de nuestro país al cien por ciento sin vender ni un solo clavo», reclamó entonces la legisladora. En tanto, en contraste a sus compañeros de partido actuales, recriminó que se sometieran a la jurisdicción internacional aspectos que entonces concebía como decisiones soberanas y propias del Estado en materia energética.

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