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Orientación alimentaria, importante para adoptar estilos de vida sanos: especialista de la FES Zaragoza

Foto: Cuartoscuro

La pandemia de Covid-19 incorporó a la agenda pública la discusión de la salud de los mexicanos al padecer varias de las enfermedades que son comorbilidades del coronavirus SARS-CoV-2 y coincidir estas por tener como origen la mala alimentación y la obesidad. Aunque durante los últimos meses se ha invitado a la reflexión de su origen desde el aspecto económico y político culpando al “periodo neoliberal” de los malos estilos de vida y la obesidad, la educación u orientación alimentaria no ha sido abordadas de manera relevante como parte de las causas.

Mariana Isabel Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró en entrevista con La Hoguera que la falta de orientación alimentaria es otra de las causas de obesidad en México debido a que es un factor determinante para la selección de alimentos.

La especialista dijo que ningún canal (internet, televisión o asignaturas escolares) está de más para transmitir un mensaje a la población en general. No obstante, resalta que actualmente se están enfocando los esfuerzos para dirigir la información a niños y jóvenes al considerar que se encuentran viviendo una etapa crucial para promover estilos de vida saludables, hábitos que los acompañarán el resto de su vida.

“Sabemos que será más difícil de un hábito que se aprende en una etapa temprana, por ejemplo, el desayunar. Además, facilitará que las poblaciones más jóvenes se conviertan en promotores de conductas y estilos de vida saludables en su entorno inmediato en el mediano plazo”, declaró.

Prohibición y orientación, el binomio para motivar los cambios de los estilos de vida

En el mes de agosto, la prohibición de venta de ‘comida chatarra’ a menores de edad en Oaxaca y Tabasco causaron una nueva discusión sobre si este tipo de reformas sirven para cuidar la salud pública. En relación con ello, la maestra Valdés Moreno manifestó su coincidencia en que la disposición en general puede tener un impacto en su consumo, pero puntualizó que su alcance quedará limitado si se implementa de manera aislada.

Ella sugirió que esta reforma sea parte de un binomio acompañado por la orientación alimentaria; es decir que no solo se busque reducir la exposición de los productos sino también brindar información importante sobre lo que sí deben elegir, por qué deben elegirlo y cómo elegirlo.

“Sobre todo, si nos saliéramos del contexto de las escuelas, en el caso de los adultos y las familias necesitan contar con información veraz para planear la dieta familiar. Creo que tiene que ser un binomio y no solamente la prohibición, o como se plantea a veces, un listado de lo que no se debe comer, pero no me dicen que sí. Por eso es importante que sea parte de una serie de estrategias y no una estrategia aislada”, dijo la especialista a La Hoguera.

La prohibición de la venta de comida chatarra a menores funcionará mejor junto a una orientación alimentaria, señaló Mariana Valdés.

La manera en que los contenidos de educación alimentaria también es un aspecto para analizar de acuerdo con la profesora de la UNAM. Para que esta orientación sea efectiva, el principal enfoque debe ser tratar de rebasar los contenidos temáticos, es decir, la teoría y los modelos que parten de instrucciones, apostando por otros que traten de permear las intenciones y valores de las personas “contextualizando la orientación alimentaria en lo que es importante para las personas o las comunidades, por qué es importante hacer cambios”.

De acuerdo con Mariana Valdés, cuando la información está contextualizada en un sentido para las personas adquiere un valor para la persona y puede motivar el realizar un cambio.

“Creo que siempre que la información vaya acompañada de esa intención de permear en lo que es importante para las personas va a ser efectiva. Si solamente es una solución de sigue estos pasos, pero realmente no significa nada para la persona difícilmente va a haber un apego o a lo mejor lo va a tener mediante un tiempo limitado, entonces tiene que recaer esta información en aquello valioso para la persona o grupos”, expresó.

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La catedrática comentó que la generación de entornos saludables es otro de los aspectos que deben ser contemplados para el tratamiento de la salud pública, dado que incide sobre las decisiones y acciones de las personas. Como ejemplo de intervención describió el caso de las universidades y escuelas, donde se ha intentado que en ellas sea fácil y en automático el consumo de agua natural con la instalación de bebederos y garrafones, así como la eliminación de máquinas expendedoras, etcétera.

Bebederos pueden servir a mejorar el entorno y hacerlo más sanos. Foto: Cuartoscuro

Finalmente, propone también trabajar en la eliminación de las creencias falsas como el que comer saludable caro. El factor económico, como el histórico, cultural y social, influyen en la alimentación, pero Valdés Moreno señala que es falso que consumir productos falsamente industrializados sea más barato.

La reflexión personal: acciones personales para cambiar nuestro estilo de vida

La adopción de un estilo de vida más saludable también puede iniciar con algunas pequeñas acciones. La jefa de la carrera de Nutriología de la FES Zaragoza de la UNAM señala que además del nuevo etiquetado una clave o una forma de analizar nuestra alimentación es mirar al cesto de basura

“Si la cantidad de basura en mi bote está rebosante de envolturas y empaques quiere decir que estoy consumiendo una gran cantidad de alimentos industrializados. Cuanta menos basura inorgánica tenga y más orgánica sea, quiere decir que estoy haciendo un cambio en mi patrón de consumo. Estoy decantándome por aquellos alimentos que no están procesados. Es una estrategia de base para comenzar”.

Revisar la basura producida puede ayudar a analizar qué es lo que comemos, su calidad y frecuencia. Foto: Cuartoscuro

De la mano iría planear las compras, no solamente en el sentido de qué se tiene que adquirir sino dónde se realizan. Ahondando en el tema, explicó que el lugar definirá si la despensa estará llena de alimentos procesados, alimentos frescos o un equilibrio sin satanizar un tipo de alimentos en especial.

La especialista expresó que debido al contexto especial que vivimos, en términos epidemiológicos, es importante establecer horarios para actividades básicas como comer y hacer pausas activas puesto que con la llegada del “home office”.

La catedrática sugiere planear las compras tanto en la parte del contenido como en los lugares donde se harán para disminuir el consumo de productos ultraprocesados. Foto: Cuartoscuro.

Finalmente, a esta pidió no quitar importancia al descansar adecuadamente, ya que a causa del Covid-19 podemos pasar muchas horas sin movernos o sentados, pero ello, mencionó la entrevistada, pero ello no implica que se logre un descanso que redunde en nuestro bienestar general, mental, emocional y físico.

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