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¡Fue un placer haberlos conocido!: Joan Manuel Serrat dijo adiós a México

Foto: Facebook / joanmanuelserrat.oficial

El cantautor catalán Joan Manuel Serrat se despidió de los escenarios de México la noche del miércoles al cumplir con la primera de las dos fechas programadas para Ciudad de México, las cuales forman parte de su gira mundial ‘El vicio de cantar 1965-2022’, con la que dirá adiós a las presentaciones en vivo tras 57 años de carrera.

En punto de las 8:42 p.m., las luces del Auditorio Nacional, ubicado sobre avenida Reforma en CDMX, se apagaron e iluminaron enseguida el escenario para darle entrada a Joan Manuel Serrat y comenzar con su penúltimo concierto en México. Enfundado en un traje gris y camisa azul marina, el artista catalán inició el concierto con «Dale que dale», cuya letra está basada en el poema de ‘El silbo del dale’ de Miguel Hernández, poeta perteneciente a la ‘Generación del 27’ que fuera perseguido y encarcelado al inicio de la dictadura de Francisco Franco para nunca salir de prisión y morir de tuberculosis en 1942.

Acompañado de David Palau en la guitarra, Úrsula Amargós en el violín, Vicente Climent en las percusiones, Rai Ferrer en el bajo y José Miguel Pérez Sagaste en el saxofón, el artista nacido en el barrio de Poble Sec en Barcelona, España interpretó canciones como «El carrusel del furo»,  «Algo personal», «Romance de Curro ‘El Palmo'», «No hago otra cosa que pensar en ti» y  «Señora», mismas que el público acompañó cantándolas y aplaudiéndolas.

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«Hace más de medio siglo que la Señora y yo nos conocemos y fíjense, no sé cómo se llama, no tengo ni idea de su nombre, yo siempre la llamé así. Señora por aquí, señora por allá, qué tal señora, adiós señora, pero nos ha ido bien así. Bueno bien a ella mejor que a mí porque a mí se me ha caído el pelo, tengo las rodillas hechas polvo y ella en cambio sigue teniendo los maravillosos 40 años. Los personajes no envejecen, Romeo y Julieta sin ir más lejos mantienen una historia de amor de 400 años y siguen siendo un par de magníficos adolescentes enamorados», pronunció bromeando y hablando de la vigencia de sus canciones.

El concierto no solo fue un resumen de su legado musical , sino de su vida. Previo a cumplir la primera de las 2 horas y 20 minutos de concierto, Joan Manuel Serrat recordó a Alberto Cortez, cantautor argentino fallecido en 2019. Al respecto, relató que cuando estaba preparando su noveno disco ‘Miguel Hernández’ (1972), su amigo le regaló la musicalización del poema ‘Las nanas de las cebollas’ para que la incorporara a su álbum. Enseguida, interpretó «Para la libertad», otra canción del también dramaturgo español acaecido durante el franquismo.

Serrat recordó a su madre y sus orígenes en Barcelona al cantar «Cançó de bressol», la cual pertenece a su primer disco, Ara que tinc vint anys (1967), el cual estaba cantado completamente en catalán. Minutos después llegó el momento de los duetos al cantar a dúo  ‘Es Caprichoso El Azar’ con Úrsula Amargós y ‘Hoy puede ser un gran día’, canción para la cual invitó al escenario al cantante mexicano Manuel Mijares siendo esta la sorpresa de la despedida.

«Tu nombre me sabe a hierba», pieza de su primer disco en lengua castellana La Paloma (1968), no estuvo ausente y enseguida los recuerdos comenzaron a centrarse en uno de sus discos más exitosos: Mediterráneo (1971).  «Que el viento arrastra allá o aquí / Que te sonríen tristes y/ Nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve»,  fueron los versos que por primera vez en la noche hicieron a Joan Manuel Serrat dejar el buen humor y derramar lágrimas. Su energía subió con «Mediterráneo», donde aclaró la voz aunque no pudo evitar nuevamente tener que limpiar sus ojos previo a continuar el espectáculo.

«Pienso llegar al final, por mucho que ustedes se empeñen en que mis emociones se desborden, pienso llegar al final», dijo Serrat, compartiendo que era para él un concierto especial que pensaba disfrutar. Este contextualizó el mismo recordando que la pandemia de Covid-19, por lo que dijo que espera volverse a encontrar con su público «en cualquier cielo o galaxia» sin cubrebocas y que la palabra «mañana» sea sinónimo de vida ante los distintos problemas que aquejan al planeta.

Nuevamente, las lágrimas del músico brotaron junto a ‘Cantares’, el poema musicalizado de Antonio Machado y una de las canciones más famosas del compositor español. El show siguió con ‘De vez en cuando la vida’ y ‘Fiesta’, cuyo redoble de tambores animó al público nuevamente, el cual entendió que era el final al escuchar «Se acabó/ El sol nos dice que llegó el final/ Por una noche se olvidó/ Que cada uno es cada cual».

Sin embargo, los tres minutos de aplausos al despedirse junto a sus músicos le animaron a volver para interpretar ‘Un mundo raro’ de José Alfredo Jiménez, con la cual volvió a llorar y envió un beso al público al terminarla. Este recordó con cariño su primer viaje a México en octubre de 1969, diciendo que lo que más le emocionó entonces fue el encuentro musical y de corazón con la gente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuando tocó en el auditorio ‘Justo Sierra’, siendo ese el momento donde empezó a amar al país que sería su hogar tras su exilio de España en 1975 por criticar el régimen de Francisco Franco.

«Muchas gracias, muchas gracias, ha sido un placer haberlos conocido», pronunció para enseguida cantar «Las Golondrinas» y salir del escenario por segunda ocasión. Pese a ello, la insistencia de algunos provocó que saliera nuevamente a cantar.  Así, Joan Manuel Serrat cerró finalmente su concierto para decir adiós a México con «Penélope», cuyas primeras notas provocó que los menos esperanzados, quienes estaban por salir de la sala, tuvieran que volver a ocupar sus asientos y el resto una euforia para interpretar una canción por última ocasión junto a su ídolo.

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