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Incendiario

El López Obrador que viene

Foto: Cuartoscuro

Andrés Manuel López Obrador ha iniciado ya su tercer año como Presidente de México y lo que resta saber es qué viene en los últimos cuatro años de su gobierno ya que, según dijo, las bases de lo que llama ‘cuarta transformación’ han quedado sentadas. De cara a la madurez de su mandato, ha dado pistas sobre lo que serán los siguientes meses de acuerdo con el proyecto de nación que enarbola y que, en efecto, la mayoría de los mexicanos sigue respaldando.

En esta ocasión se reservó promesas a cumplir para el próximo primero de diciembre, contrario a lo que hizo hace un año. Lo que sí dijo fue que, de sus 100 compromisos asumidos el 1 de diciembre de 2018, solo faltan de concretar la descentralización del gobierno federal, impulsar energías limpias con las hidroeléctricas de la CFE y esclarecer el caso Ayotzinapa. He ahí un indicio de las metas a cumplir en los próximos meses.

Bueno pues, apenas en febrero pasado, al acudir al aniversario de la Confederación de Trabajadores de México nada más, López Obrador dio una pequeña pista de lo que podemos esperar ahora que la 4T consummatum est. Esto cuando rememoró el gobierno del general Lázaro Cárdenas, a quien identificó como uno de los tres mandatarios históricos que admira y en los que inspira su mandato, situándolo junto a Benito Juárez y Francisco I. Madero.

“Una vez que ya no había duda de que el presidente estaba a favor del pueblo, una vez que ya el pueblo estaba organizado, entonces vino lo tercero: el rescate de los bienes que en el porfiriato se habían entregado a los extranjeros, vino la nacionalización del petróleo”, pronunció aquella vez, ante la central obrera del PRI, en el Monumento a la Revolución. Retomando la idea en octubre pasado, en el mismo lugar, en el marco del 50 aniversario luctuoso del general Cárdenas.

Aclaro, no es un augurio de que López Obrador entrará en modo ‘Chávez’, recorriendo las calles de México mientras dispara con el dedo un ‘exprópiese’ a diestra y siniestra. En lo absoluto. Si bien ha dejado en claro que, en efecto, está con el pueblo, así como se ha empeñado en organizarlo, o cuando menos mantenerlo militante con su proyecto, el modelo de nacionalizaciones no parece ser del interés del actual gobierno.

Este pronóstico va más orientado hacia lo que el propio López Obrador ha planteado, dejando temas aparentemente al aire. Iniciando, obviamente, con el tema energético. Si bien ya recalcó en al menos tres ocasiones distintas que no planea presentar una contrarreforma a la de Peña Nieto, aun cuando esta fue comprada con petrobilletes. También ha dicho que, de tener que recurrir a la medida, sería hasta 2022, es decir, ya en la recta final de su administración.

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Otro tema que ya puso sobre la mesa es el de las pensiones, siendo que en julio presentó una reforma consensada tanto como con los sectores patronal y sindical como con las fuerzas políticas de ‘oposición’. Como antesala a esto, en el citado acto público de febrero también abordó la problemática de las pensiones, señalando particularmente el modelo de Afores implantado por los ‘gobiernos neoliberales’.

Además, siguen en distintas etapas de trámite un total de 6 reformas constitucionales. Algunas de primer interés para López Obrador, como eliminar el fuero presidencial. Pero también sigue su curso la reforma al Poder Judicial pactada con el ministro Arturo Zaldívar, además de las modificaciones a los artículos 116 y 127 para poner fin a la discusión sobre los salarios de los funcionarios públicos que se ha prolongado gracias en parte a la misma SCJN.

Podríamos hablar de las elecciones, pero son un tanto efímeras. Con una oposición paupérrima y ridícula, López Obrador lleva las de ganar. Y digo López Obrador refiriéndome a él, porque Morena es otra cosa, más una especie de parásito que, sin la ya registrada marca ‘AMLO’, no aspiraría a mucho más que sus adversarios. Pero lo más probable es que la ciudadanía le vuelva a dar su ‘cayuco entero’ al presidente, aunque no esté en la boleta e ignorando al candidato que sí.

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