Criminales israelíes tenían antecedentes, pero no se alertó a México: Durazo

Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, explicó que los dos criminales israelíes asesinados en la Plaza Artz Pedregal tenían antecedentes en su país de origen, sin embargo, no se giró una ficha roja de parte de Interpol para alertar a México sobre su ingreso al país. Agregando que, en efecto, la organización a la que pertenecían y que opera a nivel internacional tenía vínculos con el crimen organizado mexicano.

“Uno de ellos cumplió sentencia en México, fue expulsado, pero habiendo cumplido la sentencia, sin haber un proceso abierto, no hay razón para negarles su reingreso […] teniendo antecedentes supuestamente criminales en Israel, no había una alerta roja para la policía internacional que pusiera en alerta a las autoridades mexicanas”, declaró Durazo Montaño en Palacio Nacional tras la reunión del gabinete de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Dadas estas condiciones, el gobierno de México ya ha establecido comunicación y colaboración con el cuerpo diplomático de Israel en territorio nacional, así como con las autoridades de la Ciudad de México. Destacando el carácter internacional del crimen organizado. Esto toda vez que el presidente López Obrador ya ha confirmado que el Centro Nacional de Inteligencia ya ha comenzado a recabar información sobre el caso.

Alon Azulay y Benjamín Sutchi, explicó Durazo, eran parte de una organización internacional que, a su vez, tenían vínculos con el crimen organizado mexicano de alcance nacional. Reservándose el nombre de las agrupaciones criminales involucradas, el secretario de Seguridad comentó que entre las actividades ilícitas que estarían realizando en el país se encontrarían las relacionadas con lavado de dinero y con el tráfico de personas.

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Respecto a las razones que llevaron al atentado del miércoles pasado en la Plaza Artz, señaló que “fue un ajuste de cuentas entre integrantes de bandas del crimen organizado por intereses diversos. Disputas, confrontaciones con organizaciones, desde luego por territorios, pero fundamentalmente por lavado de dinero”. Versión que difundió la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México tras el supuesto “crimen pasional” que se manejó al inicio.