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Cultura

Casa No Name rinde homenaje a su célebre huésped Deborah Turbeville

Fotos: Deborah Turbeville

Desde hace décadas la ciudad colonial de San Miguel de Allende se ha convertido en refugio de miles de extranjeros, muchos de ellos artistas, como la fotógrafa Deborah Turbeville, una de las más reconocidas del mundo de la moda, con obra para firmas como Vogue, Chanel y Valentino.
 
La fotógrafa, que falleció en Nueva York en 2013, había fijado su residencia en la antigua Casa No Name de la ciudad del estado de Guanajuato, un hotel boutique que a seis años del deceso ha decidido rendirle homenaje, en coincidencia con el Día de Muertos, este 2 de noviembre.

Lourdes Fernández Araico, directora general de Casa No Name, y la artista tapatía Cecilia García Amaro, dedicaran ese día a celebrar la vida de Turbeville en ese hogar que la acogió.
 
“Con el fin de celebrar su enorme trayectoria, Casa No Name ha organizado un evento para conmemorar el sexto aniversario, a través de nuestra tradición mexicana el próximo 2 de noviembre. Dentro del programa tendremos la participación de personalidades y amigos cercanos de la artista, algunos provenientes de Rusia, Estados Unidos y México”, señalaron las organizadores, en un comunicado sobre la conmemoración en honor a la célebre fotógrafa.
 

En abril de 2018 García Amaro ya había dedicado a Turbeville la exposición Poética del Espacio, título que remite al célebre libro del intelectual francés Gaston Bachelard, para conmemorar los primeros cinco años sin la quizás huésped más famosa de la casona colonial. La muestra tuvo lugar justo en la casona ubicada en la céntrica calle de Hernández Macías.
 
La Casa No Name, que devino el taller de la artista nacida en Boston en 1932, es una construcción del siglo XVIII, que perteneció originalmente al obispo residente de San Miguel de Allende, pero permaneció en la esfera privada durante tres siglos, hasta que se convirtió en el hotel boutique que es ahora y donde Turbeville encontró la inspiración para realizar su arte.
 
La piedra desgastada por el tiempo, las chimeneas originales y el patio empedrado aseguran el encanto colonial de la casa. Sin embargo, las adiciones de acueductos indios y una fuente tibetana, que forman parte de los ríos que circundan la casa, han agregado algo más exótico, que se combina con una exuberante vegetación creando la impresión de un jardín secreto.
 
Deborah fue un verdadero ícono de la moda, conocida por crear ambientes y escenografías avant-garde, lo que le permitió dirigir trabajos para Vogue, Chanel y Valentino, entre otros. Fue reconocida como una figura dominante de la fotografía contemporánea, aportando una visión completamente original al arte, por lo que ha tenido innumerables exposiciones y libros editados en todo el mundo. Recibió importantes premios y su obra se ha presentado en exposiciones en los principales museos de Francia, Japón, Rusia, Estados Unidos y México.


 
Turbeville comenzó su carrera como editora de moda en Harper’s Bazaar junto a Marvin Israel. Pasaba temporadas en Casa No Name y en Nueva York, con viajes a San Petersburgo, en Rusia, país donde dictó conferencias en la Escuela de Fotografía del Báltico gracias a una beca Fullbright en 2003 y dos años después también se convirtió en profesora del Instituto Smolney.
 
El 24 de octubre de 2013, la mujer de rostro asustadizo cuyas icónicas fotografías de modelos lánguidas en ambientes casi sobrenaturales que generaron no pocas críticas de grupos conservadores que las comparaban con imágenes de los campos de concentración nazis,  murió de cáncer de pulmón en el St. Luke’s Roosevelt Hospital Center en Manhattan.

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