Bolsonaro vs. Haddad: ¿el retraso de lo inevitable?

Jair Bolsonaro logró lo inimaginable en la primera ronda por la presidencia de Brasil y rebasó por la ultraderecha a todas las fuerzas políticas de la potencia sudamericana. Sin embargo, el candidato del Partido Social Liberal no consiguió los votos suficientes para sentenciar su victoria. Por lo que este 28 de octubre se medirá, uno contra uno, con Fernando Haddad, a quien le sacó casi el doble de sufragios este domingo.

Con prácticamente la totalidad del recuento completada Bolsonaro llegó a más del 46 por ciento de los votos en la primera ronda. Aunque no cumplió su deseó de ganar la presidencia el día de hoy, el panorama le es favorable de cara al mano a mano con Haddad, quien no logró capitalizar la popularidad del hoy preso Luis Inácio Lula da Silva pero si fue el receptáculo del enojo popular con el modelo de nación que representa el ex-presidente.

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Aunque día a día se repetía que Bolsonaro llevaría el machismo, la homofobia, el racismo y el autoritarismo al gobierno brasileño, aún así arrolló no solo a la izquierda sino a las fuerzas tradicionales del espectro político. El Partido de los Trabajadores llegó en un lejano segundo lugar; Gerardo Alckim, de los centroderechistas Partido de la Socialdemocracia Brasileña y Demócratas, quedó cuarto con menos del 5 por ciento; mientras que el Movimiento Democrático Brasileño, del presidente Michell Temer y abanderando a Henrique Meirelles, no llegó ni al 2%.

El colapso de las fuerzas tradicionales no es lo único de lo que puede presumir ‘El Mito’. Esperando llegar a una segunda vuelta Haddad comenzó a tender puentes con otros candidatos de la izquierda con miras a ampliar su coalición. Estos fueron Ciro Gómes, del Partido Democrático Laborista, y Marina Silva, de la Red Sustentable. Quienes sumaron 12.5% y 1%, respectivamente. En total, los tres izquierdistas sumarían 42.7 puntos, casi 4 menos que Bolsonaro en solitario.

Por si esto fuera poco, a los apoyos de Bolsonaro se pueden ir sumando los de otras candidaturas de derecha dura. Como es el caso del ultraconservador Patriota y su candidato Benevenuto ‘El Cabo’ Daciolo, quien alcanzó un 1.3%. Así como de otras alternativas que prefieren el liberalismo económico por encima del intervencionismo del Estado que propone la izquierda, como es el caso de NOVO y su líder Joao Amoedo, quien alcanzó el 2.5%.

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Otro factor a considerar es que el abstencionismo electoral en Brasil está prohibido y sancionado. Por lo que la totalidad del electorado deberá presentarse en las casillas en tres semanas o, quienes no lo hagan, atenerse a las multas. Si bien esto podría poner a Bolsonaro contra la pared, dado que ahora no solo enfrentará a los simpatizantes de los otros candidatos sino también a sus más enconados detractores, la suerte parece sonreírle.

De los 6 candidatos más votados en la primera vuelta 4, incluyendo a Bolsonaro, representan fuerzas detractoras al modelo instaurado por Lula y el PT. De manera que la carrera ahora va más allá de conseguir apoyos, sino más bien de dejarle saber al grueso de la población cual es el mayor peligro: seguir viviendo con el enojo social y la inestabilidad emanados de los gobiernos de izquierda o descubrir en carne propia lo que una presidencia de Bolsonaro implicaría para el país.