AMLO confía en Carso para evitar otro ‘Odebrecht’ con el Tren Maya

En su tercer día consecutivo de poner en marcha las obras del Tren Maya, el presidente Andrés Manuel López Obrador aludió al caso de corrupción de la petrolera Odebrecht como un ejemplo de las prácticas que busca dejar en el pasado. Por lo que manifestó su confianza en que el conglomerado que encabeza Grupo Carso, propiedad del empresario Carlos Slim, cumplirá con la construcción acordada dentro del tiempo y dinero presupuestados.

“Una empresa famosa de Brasil llevó a presidentes de América Latina a la cárcel, y a altos funcionarios públicos, por actos de corrupción, de sobornos, por esa relación de complicidad entre funcionarios de gobierno y las empresas. Nosotros queremos que todo eso termine confiando en la responsabilidad de las empresas”, dijo López Obrador este miércoles en la ceremonia del banderazo oficial del tramo número dos del Tren Maya desde Escárcega, Campeche.

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Para cumplir con este propósito, explicó el primer mandatario, se adjudicó a las empresas “no solo por presentar la mejor oferta económica, sino también por la calidad que se busca tenga obra. Se buscó que las empresas tengan la capacidad técnica y, algo que es muy importante, solvencia moral”. Siendo que la licitación de este tramo se lo llevó el consorcio de Operadora Cicsa, parte de Grupo Carso, y la firma española FFC, de la que Slim Helú también es socio mayoritario.

Contando con la presencia de Antonio Gómez García, director general de Grupo Carso, López Obrador consideró que esta es “una empresa responsable que va a cumplir con lo pactado”. Señalando que, incluso, se hizo un acuerdo ‘de palabra’ al margen de la licitación, dijo esperar que la firma concluya la construcción de los 236 kilómetros entre Escárcega y Calkiní en 28 meses y por 18 mil millones de pesos. “No más, si se puede menos, eso sí”, apuntó.

Además de esto, también agradeció la colaboración del gobernador Carlos Miguel Ayza y del alcalde Rodolfo Bautista por su intermediación en para realizar el proyecto ante el descontento de habitantes, particularmente comunidades indígenas. “Tenemos que convencer, persuadir, a los habitantes de Escárcega para que, mediante el consenso, el consentimiento, se logren acuerdos. Nadie va a salir perjudicado, esta obra es para beneficiar al pueblo”, concluyó.