AMLO abrirá Palacio Nacional a Cuba la próxima semana

Andrés Manuel mantiene su línea de que México debe ser amigo de todos los países y pueblos del mundo, por lo que la próxima semana recibirá en Palacio Nacional a su homólogo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en la que será su tercera visita de Estado y la quinta en la que recibe a un presidente extranjero. Además de que será la segunda ocasión en la que el isleño visite nuestro país.

A reserva de que se afinen los protocolos diplomáticos que ordena una visita de Estado, el presidente recibirá a Díaz-Canel el jueves 17 de octubre con una agenda similar a cuando visitó Palacio Nacional el primer ministro de Lichestein, es decir, una recepción pública para posteriormente sostener una entrevista privada. No se contempla una rueda de prensa conjunta posteriormente, como ocurrió con el mandatario español, Pedro Sánchez.

Díaz-Canel ya pisó Palacio Nacional el primero de diciembre de 2018, cuando asistió a la comida con motivo de la asunción presidencial de López Obrador, recordado por aquella foto en la que sale abrazando a Nicolás Maduro y Evo Morales, cuyas invitaciones le quitaron el sueño a más de un enconado crítico del lopezobradorismo, en una postal más propia a una noche de fiesta con los amigos que al inicio de una nueva era política.

De igual manera, Andrés Manuel continuará el camino hacia la estabilización de las históricamente estrechas relaciones entre México y Cuba. Destacando que será la primera vez que el presidente cubano que se entrevistará con su contraparte mexicana no llevará el apellido Castro desde que, en 1960, Adolfo López Mateos recibiera a Fidel en 1960. Mientras que su hermano Raúl visitó tanto a Felipe Calderón, en 2010, como a Enrique Peña Nieto, en 2015.

En Palacio Nacional, el equipo de Jesús Ramírez Cuevas ha pedido actuar con la mayor discreción respecto al tema hasta no recibir instrucciones desde la plenipotenciaria cancillería de Marcelo Ebrard. Seguramente previendo que la llegada del representante del régimen castrista hará que a más de un conservador se le caiga el monóculo en la champaña.

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