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Nación

De Zapata ‘feminizado’ a Amelio Robles, el zapatista transgénero

Foto: Twitter

En medio de la vorágine de comentarios respecto a la pintura de Fabián Cháirez, en la cual se observa a Emiliano Zapata «feminizado», surge la posibilidad de recurrir a la historia a fin de enfrentar parte de la realidad conocida del proceso revolucionario ante la imagen colectiva que surgió de ella. Hoy organizaciones campesinas señalan como una ofensa la manera en que el general ha sido retratado acusando un «desprestigio» en contra de su memoria para plasmarlo como «gay» o «afeminado»; sin embargo, en las mismas huestes zapatistas hubo al menos un caso donde una persona transgénero terminó siendo aceptada como tal: Amelio Robles.

De acuerdo con Gabriela Cano, historiadora catedrática en El Colegio de México que documentó el caso, Amelio Robles nació en Xochipala, Guerrero, durante el año de 1889 y fue registrado como una niña en su acta bautismal, condición bajo la cual creció durante sus primeros años de vida en medio de una familia de rancheros de los cuales aprendió las actividades del campo.

Como a otros de sus contemporáneos, la Revolución Mexicana lo tomó en los albores de su juventud, con lo cual decidió integrarse a las filas zapatistas que se desplegaron por su región alcanzando el grado de coronel por su desempeño con las armas.

Robles participó en aproximadamente de 1912 a 1918 con este grupo revolucionario combatiendo al huertismo en la batalla de Chilpancingo de 1914; su paso por las fuerzas armadas continuaría al unirse como otros tantos a los grupos hegemónicos encabezados por Carranza en primera instancia, reconociéndolo como presidente constitucional, y a Álvaro Obregón y al ‘Callismo’ al apoyar la rebelión de Aguaprieta y combatir a las huestes delahuertistas que intentaban sublevarse.

Cano da cuenta de cómo contrario a otros casos, el coronel Amelio Robles continuó con su imagen masculina terminado el movimiento revolucionario, quedando acreditado ello en sus credenciales del Partido Socialista de Guerrero (1934), la Liga Central de Comunidades Agrarias (1945), la Confederación Nacional de Veteranos de la Revolución (1948) y la Asociación Ganadera de Zumpango del Río (1956 y 1958), siendo aceptada su identidad en certificados y reconocimientos de la Confederación de Veteranos de la Revolución y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Esta destaca cómo su identidad masculina no cambió tras la revolución, como en otros casos, al final de la lucha armada, puesto que ello «no obedeció simplemente a su afán de disfrutar las ventajas sociales de los hombres, sino que fue fruto de un deseo vital profundo».

La autora explica que este caso fue una excepción dentro del zapatismo, puesto que la homosexualidad masculina era mal vista al percibirla como una “afeminamiento y rechazo de la masculinidad” y como muestra de ello estaba la del poblano Manuel Palafox. Entonces ¿cómo fue posible su aceptación pese a los entonces vigentes, o en construcción cánones de género?

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La académica argumenta que contrario al “afeminamiento”, Amelio Robles “exacerba los valores de la masculinidad que la guerra civil exalta”, construyendo una imagen ante la sociedad “mediante la pose, el gesto y el vestuario”, así como su manejo público ante medios de comunicación y con la gente en general ante quienes destacaba sus rivalidades personales, lealtades y vida dentro de la guerrilla.

La explicación anterior posiblemente permita entender parcialmente las críticas en contra de la pintura creyendo que con ello se busca rechazar la “masculinidad” del héroe revolucionario y con ello sus glorias. “La historia se ha construido con base en héroes de bronce, inamovibles. Es hora de mostrar nuestra visión. Entiendo el enojo de algunos. He sentido rabia por las veces en que se imponen ideas con las que no compagino”, declaró Cháirez tras los intentos de censurar su obra.

Fuente:

Cano, Gabriela. «Amelio Robles, andar de soldado viejo. Masculinidad (transgénero) en la Revolución Mexicana» en Cano, Gabriela, Vaughan, Mary Kay y Olcott, Jocelyn (compiladoras), Sexo y revolución. Género, poder y política en el México posrevolucionario, , Fondo de Cultura Económica, UAM-Iztapalapa, México, 2009

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