La sociedad exige transparencia en relación entre prensa y poder: Krauze

El historiador Enrique Krauze afirmó que la compleja relación existente entre el gobierno y los medios de comunicación debe gozar «de la más absoluta y total transparencia», refiriéndose de forma indirecta a su inclusión en la lista de periodistas que presuntamente recibieron sumas millonarias durante el sexenio pasado; esto durante su participación en el Foro Desafíos a la Libertad en el siglo XXI, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara.

Durante el evento, presidido por el único premio Nobel peruano, el literato Mario Vargas Llosa, quien en el pasado ya se había visto envuelto en la polémica por sus declaraciones contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se discutieron temas como la delicada relación que sostiene la prensa con el poder, el sistema de clientelismo político que presuntamente rige la administración lopezobradorista, y el exponencial incremento de la violencia y la injusticia social en el país.

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Luego de que este fin de semana fuera publicada una lista de 36 periodistas que habrían recibido recursos provenientes del erario público durante el mandato del expresidente Enrique Peña Nieto a cambio de publicidad oficial, y entre los cuales se encuentra Enrique Krauze, el director de la editorial Clío y de la revista Letras Libres señaló que las conferencias de prensa matutinas del presidente López Obrador carecen de una «presencia efectiva de diálogo auténtico y pluralidad» entre los medios que asisten con puntualidad a Palacio Nacional.

Asimismo subrayó la necesidad de que exista «la más absoluta transparencia» en la relación económica entre la prensa y las autoridades; «es algo que la sociedad exige», afirmó el historiador.

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«Tiene que haber una representación plural de la prensa mexicana en ellas (las ‘mañaneras’ de AMLO). Debe haber la más absoluta y total transparencia en la relación económica de los medios de comunicación con el poder, hasta este instante y mes a mes. Es algo que la sociedad exige y los medios están obligados a presentar a la sociedad, pero el gobierno también debe transparentar», dijo.

Por otra parte, llamó a la prensa a defenderse «con las armas de la libertad» siempre que fuera blanco de ataques por parte del Gobierno y agregó que, si por el contrario, es el representante de dicho régimen quien es criticado por la prensa, éste se encuentra obligado a responder sin más que con «la más alta tolerancia».

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«Si un periodista o un intelectual es objeto de ataques, adelante, a defenderse con las armas de la libertad. Si un político es objeto de críticas y este es el presidente de la república, de acuerdo con la jurisprudencia refrendada en México por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tiene que exhibir la más alta tolerancia con respecto a la crítica», afirmó.

Recordó además que durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, uno de los menos favorables para la libertad de prensa, el Gobierno Federal emprendió un «golpe de Estado» contra el diario Excélsior, el cual habría dado inicio con la distribución de un panfleto elaborado desde Gobernación como parte de una campaña para desprestigiar a Daniel Cossío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica y de dos instituciones de las que el propio Krauze ha formado parte: el Colegio Nacional y el Colegio de México.

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«El golpe de Estado acabó con Excélsior y después, propició la libertad de expresión. En vez de dejarse intimidar, los periodistas mexicanos respondieron fundando instituciones independientes que defienden y ejercen la libertad de expresión», dijo.

Al finalizar la primera mesa del Foro Desafíos a la Libertad en el siglo XXI, titulada «La Desilusión Liberal: Comprendiendo el Descontento con la Democracia», Krauze tachó de «inusitada» la forma en la que López Obrador se refirió a la prensa como «el hampa periodística» y aprovechó para señalar que cuando el presidente, en tanto que representante de la nación mexicana, emite «frases injuriosas contra personas, instituciones o medios», se produce un efecto megáfono entre la sociedad entera y «se multiplica exponencialmente en las redes sociales», lo que se traduce, en palabras del historiador, en un acto contrario «al precepto de tolerancia que las leyes nos han dictado».