‘Reforma’ no ha entendido lo que sucede si se pasa

Este martes, a la menor provocación y sin nada que le diera pie a hacerlo, Andrés Manuel se lanzó en contra del Reforma, dejando libre los 3 días de columnas, twits, videos y críticas que acumuló, tanto de este diario como de la oposición en general, por su reacción tardía a la tragedia de Minatitlán. Obviamente, de inmediato las benditas redes sociales entendieron la instrucción del jefe.

Luego de señalar al Reforma por publicar la narcomanta con la que amenazaron su vida, la cual incluía la dirección de su domicilio que, él mismo reconoce, es de dominio público, Andrés Manuel recibió respuesta de miles de cuentas en Twitter. Posicionando el hashtag #NarcoReforma como tendencia nacional. Incluso recibiendo el apoyo mediático de Regeneración, el órgano de propaganda de Morena creado por el vocero Jesús Ramírez.

La tendencia comenzó como otras —ver el caso de #ReformaTodoLoDeforma—, con críticas a la línea editorial y llamando a boicotear las ventas del periódico, con el agregado de que se le responsabiliza de lo que pueda sucederle a la integridad del presidente. Sin embargo, el tema escaló al grado de que se hicieron llamados públicos a la violencia, a ‘hacer patria y matar a un reportero de Reforma’, a purgar a la prensa fifí de la vida nacional de una vez por todas.

Esto apenas una semana después de que Andrés Manuel le leyera la cartilla a los reporteros de las mañaneras y les advirtiera públicamente que, «si se pasan, ya saben lo que sucede». Poniendo como ejemplo del linchamiento digital a Jorge Ramos, colaborador de Reforma, luego del show que protagonizó con el presidente. Recibiendo también, por cierto, amenazas de muerte en Twitter.

Este miércoles en la mañanera se le podría cuestionar a Andrés Manuel de esta movilización digital y responderá lo mismo que responde siempre. Se garantizará la libertad de expresión, hará uso de su derecho de réplica, no va a censurar a nadie y ya no se puede engañar a la gente porque está muy despierta. Así que sí, Reforma, Pardinas, Junco, Zamarripa, entiendan lo que sucede si se pasan. Porque «no es conmigo, es con la gente». Pórtense bien.

La grilla en el Metro

Desde que el presidente López Obrador anunció la “federalización” del sistema de salud, se corrió el rumor en los pasillos del Metro de que su sistema de salud (el cual es privado) sería asimilado por el ISSSTE. Ante esta situación, muchos trabajadores pegaron el grito y comenzaron a organizarse para evitarlo, pues dijeron que de por sí el ISSSTE con su actual demanda es ineficiente, ¿cómo podrá asimilar a todos los trabajadores del Metro y de otras instituciones de gobierno?

Luego de estos rumores, Sheinbaum vino a ponerle más leña al fuego, pues el 8 de este mes firmó el acuerdo para la federalización “paulatina” de los servicios de salud pública, con el cual la CDMX se sumaba al proyecto de Andres Manuel. Nos cuentan que ante esto los trabajadores del Metro están nerviosos y molestos (pues hay quien dice que el desabasto de medicamentos en sus Centros de Salud se debe a la “asimilación” de López Obrador).

Es así como los trabajadores del gusano naranja tomaron las banderas y anunciaron una marcha que se llevaría a cabo este 22 de abril a las 4 de la tarde, y saldría de la oficina de Serranía en la Dirección General, ubicada a unos pasos del Metro Salto del Agua, hacia la oficina de la mandataria capitalina en el Zócalo de la CDMX.

¿Cuál fue la sorpresa? Que al final no se hizo nada, dado que “todo se pudo resolver con base en el diálogo” con la empresa que provee el servicio de medicamentos. Y pues todo fue atribuido a un “mal entendido”.  

A través de un comunicado improvisado, se dijo que todo estaba súper en el Metro. De hecho, nos cuentan que es solo un grupo de trabajadores los que corren los “comunicados”. Otros trabajadores afirman que tan solo son pugnas internas contra la directora, quien intenta reducir las prestaciones. Bueno. Entre que son peras o manzanas, ¿quién va a mejorar el servicio?